Por Carlos Canache Mata
La única guerra que hay es la que Maduro le ha declarado al 87% de los venezolanos, que mal viven o mal mueren debajo del umbral de la pobreza.
Nicolás Maduro recién ha declarado que seguirá enfrentando los “males de la guerra económica”, con “fe en la victoria”, y así “lograr la estabilidad económica del país”. El problema es que esa “guerra”, que supuestamente libran el sector privado de la economía nacional y los enemigos externos en convivencia con “el imperio”, viene denunciándose desde hace varios años, y, si todavía no se ha ganado, habría que concluir que son unos incapaces los que, durante casi cuatro lustros, han venido detentando el poder.
La verdad, que todo el mundo conoce, es que no hay tal “guerra”. Pareciera que no hay en el seno del régimen dictatorial quien le diga a Maduro que el colapso económico que vivimos es causado por el modelo político-económico que se ha venido aplicando, y, lo que es peor, como señala la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE) en su Informe de abril-junio 2018, “no se observa en los actores gubernamentales la voluntad política para realizar ningún cambio… es por ello que, lamentablemente, resulta fácil de vislumbrar un deterioro continuado y acelerado de la situación”.
No es porque exista una “guerra económica” que el país se precipita hacia el quinto año consecutivo de contracción económica. Entre las muchas causas de ésta, hay que mencionar que las empresas no disponen, ni de lejos, de las divisas suficientes para importar los insumos y materias primas que requiere su operatividad. Según Econométrica, en las 19 subastas realizadas por el Dicom en lo que va de año, solo se ha entregado a las empresas un promedio de 151.000 dólares diarios, en tanto que se requieren, ha señalado el presidente de Conindustria, cerca de 120 millones de dólares diarios “para satisfacer los niveles de demanda de 2014”. Las cifras citadas indican que apenas se entrega diariamente el 0,13% de las divisas que necesita el sector privado. ¿Por qué hay esa severa falta de divisas, a pesar del aumento de los precios del petróleo desde mediados del año 2017? Porque PDVSA, cito nuevamente a la ANCE, se encuentra en “una inédita situación de incapacidad productiva… el colapso de la empresa le impide al país tomar ventaja de esta alza en los precios”.
Tampoco el inalcanzable precio de los alimentos y servicios (la canasta básica familiar se trepó a 301.138.353,05 bolívares en mayo, Cendas-FVM dixit) se debe a “la especulación de los comerciantes”, sino que, 1) por la falta de divisas Dicom, hay que importar, para evitar una escasez in extremis, con las costosísimas divisas del mercado paralelo o negro, y 2) por el financiamiento del importante déficit fiscal con dinero sin respaldo, se catapulta la hiperinflación que arrastramos desde octubre del año pasado.
Si todo lo anterior se le explica a Maduro ¿lo entenderá? Si llegare a entenderlo, descubriría que sí hay una guerra, la que él, sin haberlo sabido, le ha declarado a los venezolanos, especialmente a ese 87% de compatriotas que mal viven o mal mueren por debajo del umbral de la pobreza.