Por.- Roberto Mansilla Blanco.
-Apreciación y previsiones de los dos juegos semifinales
La debacle de Brasil ante Bélgica en cuartos de final confirma la supremacía europea en este Mundial 2018. Por primera vez desde el Mundial 2006, ninguna oncena suramericana llega hasta las semifinales. Este Mundial de las sorpresas y de los batacazos en las quinielas tiene claramente color europeo. Y puede que también asistamos a un inédito campeón.
Ni Messi, ni Cristiano, ni Neymar. Como tampoco Iniesta, Luis Suárez, Cavani o Kroos. El Mundial de las sorpresas ha triturado a todos los teóricos favoritos. En Rusia 2018 se ha impuesto la “clase media” del fútbol, en la que predominan el poderío físico, la táctica y el juego colectivo.
Los resultados en ese sentido han sido contundentes. La vigente campeona Alemania, eliminada en la primera fase. Luego, Argentina, España y Portugal, que cayeron respectivamente en octavos de final. Y finalmente Brasil en cuartos de final. Este Mundial está anunciando el final de ciclo, con vientos de cambio en el universo futbolístico.
Asegurado un próximo campeón europeo, la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) confirma su liderazgo en el fútbol mundial: con el de Rusia 2018 serán ya doce mundiales ganados por selecciones europeas, contra nueve obtenidos por las suramericanas.
La supremacía europea
Este Mundial ha confirmado la inobjetable hegemonía del fútbol europeo. Cuatro selecciones del viejo continente, siendo estas Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia, disputarán las semifinales, con vistas a alcanzar el máximo cetro futbolístico el próximo domingo 15 de julio en Moscú.
Así, y por primera vez desde el Mundial de 2006, las semifinales serán netamente europeas. Entonces, fueron cuatro selecciones europeas las que llegaron a la ronda semifinal: Italia (finalmente campeona), Francia, Alemania y Portugal. Comparando con esa semifinal de 2006, en el caso de 2018 sólo sobrevive Francia.
Esta hegemonía europea se prorrogará por cuatro años más, hasta el próximo Mundial de Qatar 2022. La última vez que América del Sur ganó un Mundial fue en el de Corea-Japón 2002, precisamente con Brasil. Y ese Mundial presenció un hecho inédito: por primera vez una selección asiática, en este caso la co-anfitriona Corea del Sur, alcanzó la semifinal.
Desde entonces, la supremacía europea en los Mundiales ha sido indudable: Italia quedó campeona en 2006, España en 2010 y Alemania en 2014. Y ahora, en 2018, se la disputan tres miembros de esa “clase media” futbolística: Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia.
América del Sur sucumbe ante la “clase media” futbolística
Pulverizados los grandes favoritos, la lección del Mundial Rusia 2018 es el ascenso de nuevas potencias futbolísticas, la que se podría denominar como la “clase media” del fútbol mundial. Aunque en este sentido también sigue imponiéndose la supremacía europea.
Bélgica, Croacia, Suecia y Rusia han sido los principales exponentes de este ascenso de la “clase media” del fútbol. Incluso podría incluirse en esta lista a Francia e Inglaterra, si bien son ambas las históricas campeonas mundiales con irregulares actuaciones en anteriores torneos.
Esta supremacía europea y de la nueva “clase media” futbolística deja fuertemente golpeada a América del Sur, tradicional rival europeo en la disputa por la hegemonía futbolística global.
Si bien Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia lograron el pase a octavos de final, y sólo uruguayos y brasileños lo hicieron hasta cuartos de final, su desempeño ha sido irregular, finalmente doblegados por la sagacidad táctica, el poderío físico y el juego colectivo europeo.
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Este nuevo fracaso suramericano dejará inevitables repercusiones en el futuro de sus respectivas selecciones. No ha sido suficiente la genialidad a cuentagotas de Messi, Neymar, Cavani, James Rodríguez o Luis Suárez. La supremacía europea obligará a conciliar lo táctico y colectivo con el talento genético suramericano. También precisará de un trabajo honesto a nivel institucional, donde ha imperado la corrupción, muy presente en los recientes escándalos del “FIFAgate”.
Del resto de la geografía futbolística, sólo cabe destacar el ascenso de Japón como una especie de representante asiático de esa “clase media” en ascenso. Los japoneses fueron grandes competidores: por primera vez lograron vencer a un país suramericano (Colombia) y estuvieron a punto de eliminar en octavos de final a la semifinalista Bélgica. Igualmente ejemplar fue el comportamiento de sus coloridos y simpáticos aficionados en los estadios rusos.
Otros casos son Irán, que por poco eliminó a Portugal, y Corea del Sur, verdugo de Alemania, ambas en la primera fase. Ello confirma también los avances y las buenas sensaciones que está ofreciendo la confederación futbolística asiática.
Por otro lado, si Asia asciende, África volvió a completar un sonoro fracaso. Ninguna de sus selecciones logró pasar la primera fase. Nigeria, Senegal, Marruecos, Egipto y Túnez se despidieron con claroscuros, alguna victoria notable, pero la sensación de que el fútbol africano, siempre considerado un caldo de cultivo de talentos del que se esperaba en algún momento desnivelara el equilibrio hegemónico europeo-suramericano, pierde atractivo y fuerza.
En Rusia 2018, África dio cuenta de su estancamiento, un síntoma similar al que vive América del Sur, ambos incapaces de desnivelar la ahora incontestable hegemonía europea.
¿Habrá un inédito campeón?
Con todo, en el ambiente planea la posibilidad de asistir a un nuevo un hito en la historia futbolística: la posibilidad de ver a una inédita campeona del mundo.
Salvo Francia, campeona en 1998, e Inglaterra, vencedora en 1966, ninguna de las otras dos selecciones ha conseguido ganar el título. Su techo han sido las semifinales, donde vuelven tras varios años. Bélgica y Croacia, por tanto, intentarán hacer historia en este extraordinario Mundial Rusia 2018.
De cara a estas semifinales, ofrecemos el siguiente análisis y pronósticos, si es que es posible hacer pronósticos en este Mundial de las sorpresas.
Primera semifinal:
FRANCIA-BÉLGICA. San Petersburgo. Martes 10 de julio
Semifinal inédita, aunque ya se han enfrentado con anterioridad en los mundiales. Hay dos precedentes: octavos de final del Mundial Francia 1938 y partido por el tercer y cuarto lugar en el Mundial México 1986. Ambos fueron ganados por Francia (3-1 y 4-2 respectivamente).
Pero la historia en 2018 puede cambiar. Bélgica repite la gesta de 1986, ubicándose entre las cuatro mejores selecciones del mundo. Para ello, los belgas sorprendieron al sacudir a la favorita Brasil (2-1) en cuartos de final. Es el único equipo en este Mundial que ha llegado hasta semifinales ganando todos sus partidos.
Bélgica tiene estrellas en ataque, liderados por su capitán Hazard, De Bruyne y Lukaku, así como cuenta con las salvadoras intervenciones de su portero Thibaud Courtois (vitales ante Brasil) y el incansable trabajo en la medular de Witsel y Fellaini.
Por su parte, y tras una primera fase poco atractiva, Francia ha ascendido a medida que avanza en el torneo. Despachó en octavos de final a la Argentina de Messi (4-3) y en cuartos a la combativa Uruguay (2-0), diezmada ésta por la ausencia de su estrella Cavani y por el garrafal error de su portero Mulsera en el segundo gol galo.
Esta victoria gala ante los uruguayos rompió su particular maleficio ante los uruguayos en los Mundiales: nunca antes una selección francesa le había ganado a los suramericanos en los tres precedentes de enfrentamientos directos (1966, 2002 y 2010).
Además de su poderío físico, Francia ha demostrado una fría racionalidad y paciencia para “leer” las debilidades del rival y manejar el partido, como lo demostró ante Argentina y Uruguay. Fuerte en defensa, destaca la potencia de Pogba y Kané en la medular, pero sobretodo por la sagacidad e inteligencia de su estrella Griezmann y del astro en ascenso Mbappé.
En un Mundial que se quedó sin Messi, Cristiano y Neymar, los galos Griezmann y Mbappé pueden convertirse en sus sustitutos como las estrellas protagonistas de un Mundial marcado por la igualdad.
Tal y como ocurriera hace 20 años en “su Mundial” de 1998, Francia quiere volver a la gloria con otro título. Un dato curioso: uno de sus héroes de aquella gesta, el ex atacante Thierry Henry, es actualmente ayudante del seleccionador belga, el español Roberto Martínez. Por tanto, la semifinal ante su país Francia será un duelo sentimental y emotivo para Henry.
Pronóstico: Hacer cábalas, quinielas y pronósticos en este Mundial de las sorpresas es un ejercicio para prestidigitadores. En el papel, Francia luce favorita. Pero Bélgica tiene potencial suficiente para romper los moldes presuntamente hegemónicos en este torneo. Brasil da fe de ello.
Segunda semifinal:
INGLATERRA-CROACIA. Moscú. Miércoles 11 de julio.
Otra semifinal inédita, así como será el primer enfrentamiento de ambas selecciones en los Mundiales. Los ingleses vienen rejuvenecidos por el inteligente relevo generacional impulsado por su seleccionador, el ex jugador Gareth Southgate. Este es un relevo que parece estar asegurado en el futuro próximo, con el previsible ascenso de nuevos talentos ingleses campeones mundiales sub-17 y sub-20 en 2017, en esta última final precisamente ante Venezuela.
Liderados por el goleador del torneo Harry Kane, el incansable mediocentro Henderson y la savia nueva de los Rashford, Sterling y Delle Alli, los “spurs”, calificativo con el que se conoce a la selección inglesa, han reestructurado una oncena que no alcazaba las semifinales desde el Mundial 1990. Su objetivo es conseguir el segundo entorchado tras su único título, logrado en 1966 como país organizador.
Los ingleses tuvieron problemas para eliminar en octavos de final a Colombia (1-1, 4-3 en decisión por penales), incluso bajo sospecha de presunto chantaje a la FIFA. Pero despacharon con relativa facilidad (2-0) a la sorprendente Suecia en cuartos de final. Fútbol típicamente inglés, de pases largos, fuerza física y velocidad en las bandas.
Su rival, Croacia, repetirá semifinal como la del Mundial 1998, cuando perdió contra la posterior campeona Francia. Jugadores de talento que hacen de los croatas una selección competitiva dispuesta a todo.
Croacia ha maravillado con su fútbol de toque y constante circulación de balón, donde brillan su estrella Luka Mödric y los incansables Rakitic, Perisic, Kramaric y Mandzukic. Cuenta también con gente de experiencia y oficio, como los defensas centrales Vida y Lovren, y el portero Subasic. Pero habrá que observar cuál será el estado físico de los croatas luego de superar por penales a Dinamarca (tras igualar 1-1) y la anfitriona Rusia (2-2). Muchos minutos de juego en las piernas de los croatas que pueden hacer mella en su rendimiento ante unos ingleses físicamente más frescos.
Pronóstico: El cansancio provocado por dos eliminatorias seguidas, ambas decididas por tiros penales, puede influir en los croatas. Por lo demás, se intuye un encuentro igualado. Por su estilo de juego, Croacia buscará llevar la iniciativa, pero Inglaterra suele ser peligrosa en los contragolpes, aunque también sufre si el rival se adueña