Por Roberto Mansilla Blanco
La oficialización del fichaje de Cristiano Ronaldo por la Juventus italiana pone fin al primer “culebrón” del verano. Los próximos capítulos de esta telenovela esperan por otro desenlace: si finalmente el brasileño Neymar Jr será su sustituto en el Real Madrid.
En pleno Mundial con final a la vista, el mercado de fichajes del fútbol internacional ya ha definido su primer bombazo. Lo que era un secreto a voces se convirtió este martes 10 en una realidad: tras casi una década como máxima estrella del club merengue, Cristiano Ronaldo se va del Real Madrid para iniciar una nueva etapa en el Calcio italiano, en las filas de la Juventus de Turín.
El frenético ritmo de los acontecimientos, que comenzaron el pasado 25 de mayo tras la final de la Champions League ganada por el Real Madrid, con las enigmáticas declaraciones de Cristiano al final del partido, en las que aseguró que “fue muy bonito jugar en el Madrid”, finalmente se plasmaron esta semana con la oficialización de su fichaje por la Juventus italiana.
Curioso destino el de CR7, ya que precisamente el Madrid eliminó a la “Juve” en cuartos de final de esta Champions, con un mítico gol de chilena de CR7 en el partido de ida en Turín.
El “culebrón Cristiano” tenía un final cantado desde hace semanas: su salida del Madrid. El astro portugués llegó al cuadro merengue en 2009, fichaje estrella del presidente Florentino Pérez en aquel momento, para acabar con el dominio del Barça de Guardiola.
Desde entonces, los registros de Cristiano en el Madrid han sido estratosféricos. Es el máximo goleador en la historia del Madrid, con 451 goles, superando a mitos como Raúl y Di Stéfano. Ha sido artífice de un total de 16 títulos en nueve años, destacando las cuatro Champions, dos Ligas españolas, tres Supercopas de Europa, dos Copas del Rey, tres Mundiales de Clubes y cuatro Supercopas de España. Para mayor colofón de esta gloriosa trayectoria, Cristiano ha ganado cuatro Balones de Oro, que lo colocan en el legítimo altar de mitos del madridismo.
Pero esa etapa en el club blanco ya terminó. Desde 2017, su representante Jorge Mendes tenía claro que Cristiano no estaba a gusto en el cuadro merengue. Tras su renovación de contrato en 2016, donde aseguró que quería seguir jugando en el Madrid “hasta los 40 años”, las negociaciones de Cristiano con el presidente Florentino Pérez para mejorar su contrato (cobraba anualmente menos que Messi y Neymar) fueron infructuosas. Ante esto, Mendes ya buscaba nuevo club para su “diamante”.
Cristiano llega a la Juventus con 34 años, en la etapa final de su carrera. Firmó para los próximos cuatro años, con lo que eventualmente finalizaría su etapa “juventina” con 37 años. El abono de su fichaje por parte de los italianos fue de 112 millones de euros, algo que Cristiano consideró una “devaluación” por parte de Florentino.
Sus declaraciones tras la final de la Champions y sus constantes pulsos y ambigüedades sobre si seguiría o no en el Madrid la próxima temporada no han sentado bien ni en la directiva merengue ni en sus compañeros de equipo. La afición le sigue idolatrando, pero ya sospechaba sobre su marcha.
Igualmente, la súbita renuncia una semana antes del Mundial del ex entrenador Zinedine Zidane para seguir dirigiendo el Real Madrid y la rocambolesca y surrealista contratación del ex seleccionador español Julen Lopetegui como nuevo entrenador merengue, a escasos dos días del debut mundialista español, precisamente ante el Portugal de Cristiano, pudieron persuadir definitivamente al astro luso de dejar la institución merengue.
Pero el quid de la cuestión han sido los constantes rumores en la entidad madridista sobre el posible fichaje del brasileño Neymar Jr para el Real Madrid. Esto muy probablemente fue la gota que derramó el vaso para que Cristiano decidiera irse del equipo blanco.
De continuar en el equipo merengue eventualmente con Neymar como compañero, no sólo se evidenciaría el estancamiento salarial de Cristiano, sino un posible “duelo de egos” en el vestuario madridista, un potencial “incendio” que difícilmente Florentino, ni posiblemente el nuevo entrenador Lopetegui, estarían en condiciones de apagar.
Cristiano llega a una “Juve” que curiosamente ha visto marchar a uno de sus grandes mitos, el capitán y portero Gianluigi Buffon, quien a sus 40 años se marcha al PSG francés, curiosamente el club donde actualmente juega Neymar. Por tanto, el portugués será ahora la piedra angular de un nuevo proyecto deportivo cuyo objetivo es alcanzar un logro que Cristiano conoce de sobra: ganar una Champions League, pero esta vez con la camiseta bianconera de la “Vecchia Signora” de la Juventus.
Definido el futuro de Cristiano, queda ahora el otro “culebrón” del verano: conocer cuál será el destino de Neymar. La eliminación de Brasil del Mundial 2018 parece asestar al astro brasileño en una profunda depresión.
Como Cristiano, Neymar parece también participar en el malabarismo de las enigmáticas declaraciones, esta vez por twitter. Un día después de ser eliminado por Bélgica del Mundial, Neymar escribió en esta red social su “abatimiento” y si realmente “valía la pena seguir jugando”. Palabras que parecían más bien dirigidas a influir en la puja de millones que se lanzan entre París y Madrid los presidentes del PSG y del Real Madrid, el jeque Al Khalifi y Florentino Pérez.
Pero la “era Cristiano” en el Madrid ya es historia. Comienza otra aventura, la cuarta desde que debutara en su club de origen, el Sporting de Lisboa en 2003. El inglés Manchester United, el español Real Madrid y ahora la italiana Juventus. Cuatro ligas distintas para un mítico jugador que intenta convencerse que es posible frenar algo inevitable: el declive biológico, y más en un deporte tan exigente como el fútbol.