Por.- Alfredo Michelena
-Se pasó de la pobreza a la miseria, y de allí, al éxodo
El chavismo ha logrado no solo pasarnos de la riqueza a la pobreza, sino de la pobreza a la miseria. El ingreso del venezolano se ha pulverizado y los servicios están colapsados, pero lo más grave es que hay una tremenda fuga de cerebros que descapitaliza al país, más quizás de lo que han saqueado los corruptos.
La pobreza
La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de 2017 señalaba que casi dos tercios de los venezolanos estaban en situación de pobreza extrema. La cifra creció de 23,6 % (2014) a 61,2 % (2017) y en casi 10 % más tan solo entre 2016 y 2017. Y eso que para ese año la inflación no había alcanzado el 50% mensual que define la hiperinflación actual, calculada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2018 en 1.000.000 %. Si en 2014 los hogares “no pobres” eran el 51,6 % y en 2017 sólo un 13 % lo eran, en 2018 esto seguramente bajará a un dígito.
En contrapartida, el valor del bolívar se ha pulverizado, por lo que, aunque el régimen aumente el salario, la pobreza seguirá creciendo. En 2018, el salario mínimo ha aumentado cuatro veces, mientras que el salario integral, el que incorpora el ticket de alimentación, lo ha hecho siete veces. Ha crecido de Bs. 797.510,41 en enero a Bs. 5.196.000,00, es decir más de siete veces.
Con base a lo anterior y teniendo en cuenta que en la última subasta de Dicom se cotizó el dólar a Bs. 235.600, el salario integral sería “oficialmente” de unos USD 22 por mes, o sea menos de 1 dólar al día. La actual referencia del Banco Mundial para definir la pobreza es USD 1,25 diario. Pero incluso esa cifra “oficial” se pulveriza al referenciarla con el dólar negro, pues sería cerca de USD 1,25, no por día, sino por mes. Estamos en la miseria.
La escasez
En Venezuela hay escasez de muchos productos y servicios. Lo de la gente buscando en la basura, el adelgazamiento forzado de la población y las muertes por falta de medicinas, son una tragedia que se ha hecho cotidiana.
El régimen se había cuidado de no dejar a Caracas sin luz y eso ahora- hoy mismo, mientras escribo esta nota- ya no es el caso. Lo que en el interior es el pan nuestro de cada día, en Caracas comienza a serlo. El más reciente y patético caso fue el de Maracaibo. En una sesión extraordinaria realizada en el Zulia, el presidente de la Asamblea Nacional recordaba que “este gobierno dice que ha invertido US$ 120.000 millones en el sector eléctrico y miren el desastre que tenemos». Lo mismo con el racionamiento del agua. Sea en Maracaibo o Caracas, o en cualquiera ciudad del país, se vive la misma tragedia de racionamiento del “vital líquido”, mientras que en diversos sectores ya ni lo racionan y no les llega el agua por semanas. El baño de tres minutos con totuma que impulsó Chávez, es ahora una realidad.
Uno de los efectos más visibles del empobrecimiento del país, más allá de lo familiar o individual, es la desaparición del transporte colectivo privado. Los autobuses y “carritos por puestos” o busetas, de los cuales presumía el régimen han desaparecido, por falta de mantenimiento y repuestos, y han aparecido las llamadas “perreras” o “chirrincheras”, que durarán mientras no se dañen. Son simplemente camiones de estaca o camionetas pickup donde suben los venezolanos, como ganado, para poder ir a trabajar. Varios accidentes que lamentar ha causado esta forma de transporte que es permitida por las autoridades.
La corrupción
El Plan Marshall que permitió la reconstrucción de Europa, a precios actuales invirtió unos $100 millardos, en Venezuela según el economista Orlando Zamora el régimen habría gastado un poco más de US$ 2 billones. Era de esperarse que con la destrucción del aparato productivo y el empeño de imponer un modelo socialista, este sería el resultado ¿O no ha sido así en el mundo?
Al ver el estado de abandono del país y evidenciar las mil millonarias cantidades de dólares robadas por unos cuantos, podemos agregar al tema ideológico-político de convertir a Venezuela en un país socialista, el lado delincuencial que ha secado las arcas del país.
Venezuela junto a Haití ha sido catalogada el país más corrupto de las Américas. Muy recientemente, gracias al esfuerzo internacional, primero de los EE.UU. y luego Europa, al que se han sumado varios países del Grupo de Lima, se comienzan a señalar los grandes corruptos y delincuentes financieros ( lavado de dólares) que desfalcaron al tesoro nacional a través de comisiones y contratos con sobreprecios, muchos de los cuales no se cumplieron a cabalidad, como han sido los casos que van desde “Pudreval”, donde se perdieron miles de toneladas de alimentos, hasta las obras del Odebrecht, pasando por las inversiones en electricidad. Esto creó una nueva burguesía ya no parasitaria, como se acusaba a la anterior, sino delincuencial: la boliburgeusía.
Estas acciones criminales han llegado hasta las más altas esferas. Hay corruptos de este tipo perfectamente identificados, como los que ha señalado la Secretaría del Tesoro de EE.UU. ,tales como el caso de Tareck El Aissami y sus testaferros, o los sobrinos de Cilia Flores presos en EE.UU. por narcotráfico. Pero también están los boliburgueses que han predado a la vera del Estado. El caso más patético es uno recientemente develado en el cual un grupo de estos boliburgueses junto a funcionarios de PDVSA han sido señalados por una Corte Federal de Miami de lavar USD 1,200 millones obtenidos fraudulentamente. Allí hay nombres como Francisco Convit Guruceaga, uno de los principales accionistas de la polémica firma Derwick Associates, que a su vez ha sido señalada en el caso de la crisis eléctrica. Sobre esta empresa, Thor Halvorssen Mendoza, presidente de Human Rights Foundation, nos dice “son grupo de jóvenes sin experiencia alguna en el sector eléctrico que obtuvieron 12 contratos de PDVSA, Corpoelec y Sidor/CVG para enfrentar la crisis eléctrica del año 2010” y ya vemos como estamos en materia de electricidad. Pero también el presidente de Globovisión y unos hijastros de Maduro a través de Cilia Flores, estarían involucrados, según Antonio María Delgado, de El Nuevo Herald.
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Maduro también ha sido acusado ante el Tribunal Supremos de Justicia legítimo, que opera fuera del país, de corrupción en el caso Odebrecht. Por cierto que Alejandro Rebolledo, magistrado de ese tribunal y experto en el tema de legitimación de capitales, calculaba para el año pasado, que más de $800 millardos se han lavado desde Venezuela.
Pobreza intelectual
Venezuela se está también empobreciendo en términos de su capital humano. No solo el régimen ha tratado de destruir a los centros de educación más reconocidos nacional e internacionalmente, sino que ha plagado al país con centros de dudosa calificación académica. Una muestra es la crisis por la que pasan las universidades autónomas como la UCV o la LUZ. En ellas hay una “fuga de cerebros”, de profesores con altas calificaciones que han conseguido sin mucha dificultad compartir sus conocimientos en otras tierras. El mismo Ministro de Educación del régimen ha reconocido la gravedad del asunto.
También ha habido una fuga de profesionales de diverso tipo. El venezolano Daniel Suchar Zomer, Director del Centro Internacional de Postgrados en la Universidad Latina de Costa Rica, calcula que más de un millón de personas con títulos universitarios se han ido de Venezuela. Según la Federación Médica Venezolana, alrededor de 22 mil médicos han salido del país en los últimos 14 años.
Una constatación de esta realidad en el extranjero son las cifras recientes de la Oficina de Inmigración de Perú. De acuerdo a ellas, la mitad de los 368,000 venezolanos que han migrado en los últimos años a Perú tienen títulos avanzados como maestría o doctorado. En cuanto a los médicos más de la mitad de lo 4.000 médicos que se inscribieron para revalidar su título en Chile, fueron venezolanos. La Oficina de Migraciones de Argentina, ha registrado la llegada de 6.500 ingenieros y 1.200 profesionales de la salud y está a la búsqueda de médicos, ingenieros y trabajadores del agro, venezolanos para darles trabajo en el sur del país.
Esto para no hablar de los venezolanos que están ya dirigiendo o enseñando en grandes centros de enseñanza como MIT, Harvard, Oxford, París o en España, o participando en grandes proyectos como en la NASA, o dirigiendo y aportando en grandes compañías como Google, o como directores de orquesta y músicos y artistas famosos.
El empeño de aferrarse al poder a toda costa y de crear un modelo socialista, no solo ha generado una dolorosa miseria material medida en términos de ingresos y disponibilidad de servicios. A esto hay que agregar el despilfarro del enorme ingreso que tuvimos por vía de los precios del petróleo. Toda esa fortuna, esos petrodólares, los dilapidaron por su crasa incompetencia, por haberlos usado para crear una complicidad internacional y financiar otros procesos “revolucionarios”, o simplemente se los robaron. Pero más grave aún es que han espantado a lo más valioso de un país: su gente, y más específicamente a los profesionales y técnicos venezolanos que son en últimas, la verdadera riqueza de una sociedad. Más que una crisis, se esta produciendo una hecatombe inducida desde el Estado, algo que ninguno pudimos imaginar que sucedería en Venezuela.