Por Alfredo Michelena
***El régimen se prepara para resistir a través del Foro de San Pablo, por eso la comunidad democrática internacional debe entender que el Foro es el enemigo a derrotar para facilitar la vuelta a la democracia no solo en Venezuela sino en Nicaragua.
La pasada reunión de Foro de San Pablo no fue tan alegre como solía ser. Los grandes discursos en los cuales se regodeaban con sus éxitos se convirtieron en un rosario de quejas y acusaciones al imperio y a una derecha que conspira internacional y nacionalmente. Buscaron fuelle en el pasado, elogiando la figura de otro muertico, el finado mayor: Fidel Castro, quien junto a su hermano sometieron al pueblo cubano en nombre de la libertad y la igualdad que pregona el socialismo, creando una de las dictaduras más longevas del mundo donde reina la pobreza.
Lo cierto es que el Foro está a la defensiva. Se ha cimbrado con los golpes que “mediante el derrocamiento de gobiernos, los golpes parlamentarios y judiciales” han “… logrado hacer retroceder a las fuerzas de izquierda y progresistas (SIC)”, ofensiva que ellos catalogan como “una multifacética ofensiva reaccionaria, conservadora y restauradora neoliberal”. Y preparan una “acción concertada entre la izquierda de Europa y la de América Latina y el Caribe” para su defensa y en especial la defensa de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Los gobiernos democráticos del continente se han articulado para contener y presionar a los regímenes de Venezuela y Nicaragua. Recientemente han pedido en la OEA un adelanto de elecciones y la creación de una comisión especial para analizar la crisis de Nicaragua.
El Grupo de Lima sigue obteniendo victorias, pero está llegando a un nivel en que requiere una mayor acción punitiva. Cuatro de sus miembros han avanzado colocando sanciones individuales a violadores de derechos humanos y corruptos, aunque solo EE.UU. ha avanzado sanciones financieras. Este número debería crecer para aumentar la presión sobre el régimen de Caracas.
Una acción de fuerza, o “intervención humanitaria”, está descartada a menos que el Foro de San Pablo, que dirige La Habana, cometa un error de magnitudes alarmantes que la justifique y convierta a Venezuela, Cuba y/o Nicaragua en un “real and present danger”, no para sus ciudadanos, que lo son, sino para EE.UU. y el vecindario. De pasar esa línea roja se cuidarán mucho.
En lo doméstico, nuestra oposición está atomizada más por el fuego “amigo” que el del enemigo, y claro sus errores y sus pequeñas ambiciones. Y lo que es peor, ninguno de esto grupos tiene una estrategia movilizadora de masas o de cuadros que apunte efectivamente a la quiebra de la alianza en el poder. Tampoco aparece un líder que unifique y logre movilizar a la población.
Maduro no caerá solo con la acción internacional o/y por la crisis humanitaria si no ponemos de nuestra parte. El régimen ha logrado dividirnos y desmovilizarnos. Y se prepara internacionalmente para resistir. Como la política es el “arte de lo posible” apuremos lo que se puede hacer y dejémonos de fuegos fatuos. El Foro tiene una estrategia clara y un comando unificado en La Habana, y en lo doméstico el régimen tiene el control del aparato represivo. Por eso el enemigo a enfrentar en lo internacional es el Foro de San Pablo no solo para restaurar la democracia en Venezuela sino en Nicaragua, y por qué no en Cuba. Y en lo doméstico hay que socavar el poder apuntado a desarticular la alianza gobernante aprovechando las fisuras que presentan y adelantando acciones contundentes y concretas.