El bolívar “bifurcado”

Por Alex Vallenilla

La hiperinflación venezolana difiere por su fenómeno de bifurcación del bolívar.

El madurismo ha producido un fenómeno económico nunca visto, ha “bifurcado” el bolívar: los billetes tienen un valor en el mercado, mientras el cuasidinero tiene otro, muy por debajo del anterior. 

Venezuela es el país 57° que sufre hiperinflación, pero es el primero que lo hace con dinero de dos distintos valores.  Un fenómeno inédito ha ocurrido con el bolívar, debido a su muy particular hiperinflación, que hasta ahora tiene el record de ser la más alta de América Latina y sigue acelerándose. Se puede establecer que la moneda oficial venezolana ha sufrido una “bifurcación”, es decir, de una moneda ha surgido otra y es que el mercado interno tiene las condiciones para asegurar que existe un bolívar electrónico, que tiene un valor y un bolívar físico, que es el dinero efectivo y tiene otro valor.

 En términos de la economía, el dinero que es electrónico, es un componente de la liquidez monetaria, se trata del cuasidinero, y los billetes y monedas, son otro componente, que es el dinero en efectivo. Sería la primera vez en la historia que debido a una crisis económica, el cuasidinero tiene un valor y el dinero físico otro, en una hiperinflación.

En la calle se consiguen operaciones de compra y venta en las que las personas logran un muy sustancioso descuento si hacen los pagos con dinero efectivo, mientras que si lo hacen con tarjetas de débito o crédito, el usuario debe cancelar el precio completo del artículo. El economista Jesús Casique explica que es el resultado de un proceso de destrucción del sistema de pagos en Venezuela. Esto responde a que la cantidad de dinero efectivo es de apenas 1,15% al compararse contra el resto de la liquidez monetaria. En la frontera colombovenezolana, el precio en bolívares electrónicos o “por transferencia” es de 350% a 500% superior al marcado para pagos en efectivo.  Este tipo de operaciones se repite en los mercados.

La administración Maduro ha tenido que recurrir a la emisión de dinero electrónico porque no puede cubrir los costos de acuñar o imprimir dinero en efectivo. Además de que los ingresos por la vía tributaria son muy bajos al compararse con el gasto para dar cobertura a las operaciones de gobierno, como el pago de nóminas públicas, pensiones y bonos clientelares.

Hiperinflación salvaje

La hiperinflación en la que ha caído Venezuela es muy salvaje.  Pese a que se ha visto a personas con bultos de billetes, si no fuera por las tarjetas de débito, el caos sería más grande, la cantidad de dinero en efectivo que tendrían que cargar las personas serían enormes para realizar pagos en los comercios y en los mismos no entrarían los bultos gigantescos de efectivo necesarios de la venta de un día. De esta manera la administración Maduro ha logrado esconder la hiperinflación bajo las operaciones con tarjetas de débito o transferencias electrónicas. Es la primera economía del mundo en que la hiperinflación hace desaparecer el dinero en efectivo, lo contrario a lo que ha ocurrido en la mayoría de los casos de megainflación donde los gobiernos han tenido que imprimir dinero en grandes cantidades, tal cual ocurrió en Zimbabue, país en el que se veía a las personas con carretillas de dinero para pagar productos de consumo.

 Lo anterior se traduce en que el gobierno ha tenido un desplome gigantesco del Producto Interno Bruto (PIB) y las estimaciones son de -18% para este año. Esto quiere decir que la crisis la atraviesa no sólo la población, sino la administración pública llegó a tal extremo, que ni siquiera hay dinero suficiente para mandar a imprimir más dinero. Venezuela no tiene divisas para fabricar sus propios medios de pago, un billete cuesta 0,30 dólares y la hiperinflación se ha acelerado tanto, que si el gobierno tarde en imprimir dinero, este al llegar a circular, ya habrá perdido todo su valor real, tal cual ocurre con los billetes de Bs 100.000.

El economista Casique indica que otra de las particularidades de esta hiperinflación es que la monetización del déficit estatal se combina con la altísima escasez de bienes y servicios. Hay que recordar que el extinto Hugo Chávez llevó adelante un proceso de expropiaciones de empresas, que tuvo gran impacto en el sector agrícola, cuando uno de los actuales voceros del madurismo, Elías Jaua, fungía de ministro de Agricultura y Tierras, con la confiscación de fincas y tierras productivas que hoy están abandonadas y saqueadas, lo que ha generado una fuerte escasez en la producción de alimentos en Venezuela, derivando en una situación de hambre propia de una crisis humanitaria, luego que los reportes de desnutrición aumentan de manera alarmante. La escasez es tal, que hasta los billetes escasean.

El mercado de intercambio de dinero físico, por dinero electrónico es una de las manifestaciones de la distorsión económica que atraviesa el país y es que mientras el Banco Central de Venezuela (BCV) se mantenga bajo control político del madurismo, no se evidencia una situación de rectificación o cambio y la situación tiende a empeorar.

La crisis económica producida por el chavismo/madurismo tras la estatización de la economía, el control cambiario y una política contra la actividad privada, han creado una forma de hiperinflación nunca pensada en un país con las enormes riquezas que posee Venezuela, siendo este país con las reservas petroleras más grandes del mundo, además de todas la riquezas minerales que posee.

El madurismo ha convertido el bolívar en una moneda mala, tan así, que un salario mínimo es de 5.196.000 bolívares al mes y el mandatario Nicolás Maduro regala con el carné de la patria 7.000.000 de bolívares por pagos. Para Maduro el bolívar ya ha de significar nada, cuando lo regala a raudales con el artefacto mencionado.

@alexvallenilla

 

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