Por Eduardo Martínez
Corresponsal en Italia
El presidente Donald Trump recibió el pasado en la Casa Blanca al premier italiano Giuseppe Conte, en su primera visita oficial a los Estados Unidos.
En este encuentro, Conte recibió un abierto apoyo de Trump a las acciones emprendidas por el ministro del Interior, Matteo Salvini, quien ha declarado reiteradamente en contra de las entrada de inmigrantes y su permanencia en territorio italiano.
El apoyo llega en momentos en que en Italia estalla una corriente xenófoba, rechazada por el presidente Sergio Mattarella, por la que la oposición acusa al ministro Salvini de haberla provocado. En varias ciudades de Italia, los agresores han atacado con disparos de pistolas de aire a inmigrantes africanos y del Medio Oriente, al grito de “Salvini, Salvini”.
En Turín , al norte de Italia, pocas horas antes del encuentro presidencial en Washington, se sucedieron ataques xenófobos significativos. La deportista olímpica Daisy Osakue, nacida en Italia y de padres nigerianos, fue atacada desde un vehículo en marcha mientras practicaba en una instalación deportiva. Daisy, quien encabeza la selección italiana de lanzamiento de disco para las próximas competencias europeas, recibió el impacto de un huevo de gallina en la cara. Una astilla de la cáscara afectó la cornea. Lo que ameritó una intervención quirúrgica que ha puesto en riesgo su participación olímpica.
En otro ataque en Turín, un marroquí falleció mientras era perseguido por varios vecinos que lo confundieron con un ladrón que hurtaba un auto. Al inmigrante se le había accidentado su automóvil.
La visita
El presidente de los EEUU elogió a Conte al señalar que “Europa actúe como Italia”, en referencia a las medidas migratorias.
Trump afirmó “estoy muy contento de lo que está haciendo Italia sobre la inmigración (…) otros países europeos deberían hacerlo también”.
Sin embargo, Trump, como hombre de negocios que ha sido, no perdió la oportunidad para advertir en sus declaraciones que “los Estados Unidos tienen, como saben, un gran déficit comercial con Italia, 31 mil millones, por lo tanto debemos arreglar las cosas. Veremos como sistematizarlo”.
Conte por su parte, llevó en su maletín de viaje tres temas del interés del gobierno italiano: el apoyo estadunidense a la próxima conferencia internacional sobre Libia; una sala situacional Italia-EEUU para el control de la inmigración en el Mediterráneo y lograr que las medidas restrictivas de Trump no afecten a las empresas italianas.
Trump, particularmente hábil al negociar, no perdió el momento para tocar con gran tino el orgullo nacional de los italianos.
A título de reconocimiento, Trump señaló “el rol de liderazgo de Italia en el Norte de África”. Un rol que nadie había subrayado desde antes de la Gran Guerra. Libia es un tema fundamental en la política migratoria del gobierno italiano, que va más allá de la simple restricción de entrada a los ilegales que llegan a costas italianas. En este sentido, Trump razonó que ambos países trabajarán conjuntamente para estabilizar Libia, en el interés del pueblo libio y con la esperanza de parar la trata de seres humanos. “El premier Conte y yo estamos convencidos que naciones fuertes deben tener fronteras fuertes”, afirmó Trump.
En cuanto al tema comercial, Conte anunció que “estamos de acuerdo sobre la necesidad de reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC). Las reglas son viejas. No podemos seguir considerando China como país emergente”.
En cuanto al posible acuerdo comercial UE-EEUU, Conte señaló que “A Trump expresé satisfacción por el acuerdo sobre el comercio de él con Juncker (presidente de la Comisión Europea). Es un acuerdo que creo fundamental y que se aplicará rápidamente uniendo los esfuerzos para asegurar beneficios concretos a los ciudadanos americanos , europeos, italianos, para un comercio más justo inspirado en una completa reciprocidad”.
En el encuentro no quedaron por fuera dos temas álgidos de la política estadounidense: las sanciones a Rusia y la nuclearización de Irán.
Sobre Irán, Conte informó estar de acuerdo con Trump sobre el “no” a las armas nucleares en ese país. Y en lo que respecta a las sanciones a Rusia, Conte se mostró cauto. Resaltó la importancia de Rusia en su rol dentro del cuadro de negociaciones en las crisis internacionales. Aunque reconoció “las sanciones no pueden desaparecer de un momento a otro, pero auguramos que no golpeen a la sociedad civil”.
En la bilateralidad de las relaciones entre Italia y EEUU, ambos gobiernos sacaron provecho de la visita del premier italiano a Washington. Giuseppe Conte regresa a Roma como el líder de Libia. Y Donald Trump consigue una cabeza de playa para sus políticas en la Unión Europea.