Por Mitzy Capriles de Ledezma
***Quien dio la orden de apresar al diputado Requesens y quien la ejecutó incurren en el delito de desaparición forzosa, el cual incluye responsabilidad penal.
El secuestro del diputado a la Asamblea Nacional Juan Requesens por 14 funcionarios fuertemente armados pertenecientes al Sebin (policía política del régimen) demuestra una vez más la abierta y flagrante violación de nuestra Constitución. Sólo bastó que Nicolás Maduro en cadena de radio y televisión lo acusara de estar implicado en un supuesto magnicidio para que de inmediato se procediera a su captura.
Así actúa el régimen, y estos arbitrarios y violentos procedimientos ya convertidos en práctica habitual del sistema, solo sirven para confirmar que en Venezuela impera una dictadura que mantiene secuestrado al país. Se transgrede el constitucional artículo 200, toda vez que la inmunidad parlamentaria solo puede ser levantada por la Asamblea Nacional. Ningún otro organismo puede hacerlo. La ilegal asamblea constituyente carece de facultades para ello y todos sus actos son nulos.
Por otra parte, también mintió Tarek William Saab, quien fue designado fiscal general por esa espuria constituyente, cuando descaradamente afirmó que en este caso “se cumplieron todos los trámites legales de rigor”. Después de haber transcurrido más de 48 horas de su secuestro, se desconoce el sitio de reclusión de Requesens. Es de recordar el artículo 44 de la Constitución en el cual se indica que “toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiares, abogado, abogada o persona de confianza, y éstos o éstas, a su vez, tienen el derecho a ser informados sobre el lugar donde se encuentra la persona detenida (…).
No se les ha permitido ni a familiares ni abogados saber cuál es el sitio de reclusión, lo que conlleva al delito de la desaparición forzosa que acarrea responsabilidad penal, a quien da la orden y a quien la ejecuta. Se trata de una retaliación contra el joven dirigente, quien anteriormente había pronunciado un valiente y emotivo discurso en el hemiciclo del parlamento denunciando los atropellos de la dictadura. “Me niego a rendirme, a arrodillarme frente a quienes quieren quebrarnos la moral”.
El atropello no solo se produce contra el parlamentario, las instituciones democráticas y los derechos ciudadanos. También es atropellado el elector, quien con sus votos lo llevó a ser representante del pueblo al elegirlo como diputado a la Asamblea Nacional en el 2015.
El pasado miércoles Antonio se reunió en Bogotá con el presidente de la Cámara del Senado de Colombia, Ernesto Macías, a quien le solicitó un pronunciamiento del congreso colombiano rechazando este abominable acto.