Lester Toledo: «En Venezuela hay tres grandes polos políticos»

La diáspora venezolana y ronda los cuatro millones de ciudadanos repartidos por el mundo, algunos triunfando en el exterior, otros sobreviviendo a las penurias del exilio, pero todos compartiendo el gentilicio que nos vio crecer. La desesperanza aprendida durante estos 20 años de frustraciones de libertad está presente en muchos corazones, pero la gran mayoría sueña con el día en que pueda volver a pisar esa Tierra de Gracia.

Mientras tanto, no solo más del 10% de la población está en el exilio, sino que también gran parte de la clase política, dirigentes de varias generaciones que han tenido que salir del país, algunos en condiciones nefastas, y que ahora les toca orientar el rumbo político del país desde fuera. Sí, ellos siguen trabajando por una Venezuela Libre y Democrática, desde las distintas ciudades en las que se encuentran. Aun en los momentos más difíciles y cuestionables que ha vivido la oposición venezolana, los dirigentes en el exilio siguen poniendo su granito de arena por nuestro país. Para profundizar un poco más en la visión de los políticos en el exilio y saber cómo están llevando a cabo esta reorganización de la diáspora venezolana, hemos entrevistado en exclusiva a Lester Toledo, vocero internacional del partido Voluntad Popular.

La responsabilidad con los ciudadanos dentro y fuera del país

Un político debe ser, sobre todo, responsable con aquellos que han depositado su confianza en él. Y también con quienes no lo han hecho, pero que también dependen de su gestión, de sus acciones, de sus palabras, de sus buenas prácticas. Cuando una persona asume esa responsabilidad por vocación -más allá de un resultado electoral- jamás deja de ejercerla. Lester Toledo era diputado en el estado Zulia cuando tuvo que salir perseguido, como muchos otros. Hoy, dos años después de aquella faena, se ha mantenido en pie de lucha, visitando más de 30 países para llevar la voz de la Venezuela democrática a las instituciones internacionales. En la Revista Zeta hemos querido saber cómo ha sido ese proceso de seguir siendo un político venezolano desde el exilio y cómo ha canalizado las necesidades de los ciudadanos venezolanos que ahora estamos desperdigados por el mundo.

Lester Toledo junto a Antonio Ledezma y otros políticos venezolanos en la marcha en repudio de las elecciones del pasado 20 de mayo

“Es muy duro porque ya hay más gente fuera de la que hay en algunos estados del país. La diáspora venezolana puede ser el estado 24 o 25 de Venezuela y como servidor público tu labor es tratar de adaptarte a las necesidades de tus connacionales y ver cómo les echas una mano. Ahora, las necesidades del venezolano que está fuera son muy distintas a las del venezolano dentro. El que está en el país quiere cubrir sus necesidades básicas: salud, resguardar su vida, medicinas, colegio de sus hijos. La gente que sale tiene un problema desde el mismo instante en que pone un bien en el aeropuerto de destino (los que salen por vía aérea, porque muchos están viajando por tierra en una travesía de ocho, nueves días en carretera para llegar a Ecuador o a Perú), entonces ¿cuáles son las necesidades de esas personas? Primero, la entrada al país. Hay gente que viene a España, por ejemplo y desde que llega al aeropuerto, lo retienen varios días para demostrar si tiene un problema de persecución política o no, o si aplica su entrada al país. Luego está el tema de tramitar su legalidad, cuál es su estatus. Luego está el tema de refugio: dónde van a vivir, qué van a comer, cuáles son los colegios para sus hijos, si tienen acceso al sistema de salud o no. Luego, cuáles son las destrezas que tienen, porque si son abogados, médicos o ingenieros, eso acá, por lo menos los primeros meses, no vale de nada. Luego entrar en la cartera de empleo y después conseguir un trabajo estable. Esta línea yo la llamo la línea de la emancipación y luego, está el tema de que vivimos en dos mundos paralelos porque tenemos los pies aquí pero la cabeza y el corazón están siempre allá”, así ha descrito Toledo a los venezolanos de la diáspora y su proceso de emigración, conocido por todos.

Pero, ¿cómo han contribuido los políticos a mejorar la calidad de vida de los venezolanos en el exterior? Toledo asegura que por lo general “siempre está el deseo de volver” y hay que aprender a convivir con eso en el país de destino. “Lo que hemos hecho nosotros es tratar de darle unos tips generales a quienes conforman la diáspora venezolana y aprovechar el acceso que la política nos ha dado a autoridades de primer nivel, para poner en primer plano esos problemas, porque el tema de los venezolanos está ahí, en los detalles más básicos. Si tú tienes tu estabilidad legal, laboral, familiar, tú vas a ser productivo aquí para ayudar a los de allá. En la diáspora venezolana hay una sensación de que los hicieron ir, que la situación del país los obligó a irse, pero que si un domingo cambia eso, el lunes están comprando boleto para regresar a Venezuela, la mayoría me repite mucho eso, que esto es un mientras tanto. Yo procuro ayudar a la diáspora con sus problemas más básicos, pero nunca desarraigarla de los problemas de Venezuela porque nuestro sueño es volver”, expresó.

¿Unidad?

Luego de las protestas de 2017, donde se les arrebató la vida de cientos de venezolanos que luchaban por una Venezuela libre y democrática, la confianza de los ciudadanos en los actores de oposición mermó. Los ciudadanos volvieron a la desesperanza, a la frustración, al dolor. Y además, debían hacer frente a la terrible situación de supervivencia diaria en la que se ha convertido el país. Ante esto, la hasta entonces “Unidad” comenzó a fracturarse y ha pasado un año en picada que dejó como resultado el desmembramiento de la MUD en diferentes movimientos políticos que ahora se están reacomodando, según explica el dirigente zuliano en el exilio.

Yo soy de la tesis de cambiar la palabra unidad por sinceridad. Creo que es lo que le ha faltado en los últimos tiempos a la oposición política en Venezuela, sincerar entre los distintos colores, entre los distintos actores cuál es la ruta política que está viendo cada quien. Yo no creo que la unidad es buena en sí misma. Se ha dado un proceso de decantación en la propia población venezolana que aunque ha sido tortuoso por los sube y bajas de la oposición, es bueno que la gente se decante y pueda saber con honestidad en qué anda cada quien. Creo que los grupos no es un tema de ponerles nombre y apellido, sino de tener las reglas del juego claras. Hay una oposición política que comparte unos valores, unos objetivos y unas metas políticas y otro grupo que se hacen llamar oposición porque no les gusta el Gobierno, pero tienen una dinámica de lucha que nosotros no compartimos”, aclaró.

Para que no quede duda, Toledo afirma enfático: “La MUD no existe. Eso está muerto, enterrado y sepultado, por las razones que los venezolanos conocen: porque hubo incoherencia en algunas posiciones, porque otras organizaciones se decantaron por otras formas de lucha precisamente porque ese espacio dejó de ser útil, la MUD era un espacio de encuentro de los partidos políticos democráticos para afrontar el tema electoral, pero como todo parte del diagnóstico y nuestro diagnóstico es que hoy en Venezuela está cerrada la vía electoral, la MUD no existe porque perdió su razón de ser. Quedó demostrado que ganar elecciones no es suficiente: nosotros ganamos la elección de la Asamblea Nacional y lo irrespetaron. Entonces, al dejar de ser lo electoral una tesis en el momento actual, la MUD dejó de existir. Hay una oposición política que se está reorganizando, que fue la que se consiguió en Bogotá”, explicó.

Y justamente sobre esas reuniones en la capital colombiana, también conversamos y el dirigente de Voluntad Popular insistió en que le asombra que la noticia sea que los líderes políticos se reunieron. “Lo que hicimos fue un ejercicio responsable. Si el presidente Iván Duque nos invitó a todos a asistir a su toma de posesión y coincidimos distintos dirigentes de diferentes organizaciones, lo irresponsable hubiese sido no reunirnos la idea era debatir cuál es el diagnóstico de la situación, si lo compartimos o no y cuál es la tesis política que estamos por presentar. Tenemos 99.9% de afinidad Voluntad Popular, Primero Justicia y La Causa R en cuanto al diagnóstico y las formas de lucha y luego ese mismo diagnóstico lo compartimos con Vente Venezuela y Alianza al Bravo Pueblo. Lo que tenemos que terminar de ajustar son las ideas importantes de todos para definir la táctica y las formas de lucha. ¿Cuál es ese diagnóstico? En primer lugar, que la vía electoral está cerrada porque la dictadura demostró que con las condiciones actuales no se puede ir a elecciones. En segundo lugar, no vamos a participar más en falsos diálogos porque lo que ha demostrado el Gobierno es que esto es un diálogo trampa que solamente se utilizó para oxigenarse, para ganar tiempo, para perseguir a la oposición y demostrar que no hay voluntad real de llegar a nada porque con acompañamiento internacional, con cancilleres, con unas reglas de juego en una mesa, las rompió; entonces el único diálogo posible es uno para discutir los términos de la salida de Maduro, una negociación para que se vaya, no un diálogo para que se quede. En tercer lugar, que tenemos que planificar una transición ordenada para que no vuelva a pasar lo que pasó en 2002. No podemos experimentar”, afirmó.

“En Venezuela ya hay un Golpe de Estado”

Una de las críticas que ha habido hacia la dirigencia opositora en el país, es que no estén clara la estrategia para salir del régimen, pero tal y como expresa Toledo, “no se pueden develar las estrategias, lo que sí se puede es dejar claro cuál es la visión que nosotros tenemos. La constitución plantea distintos mecanismos para restituir el orden constitucional. Entonces, la gente a veces se confunde con los términos, por ejemplo, si un militar se organiza desde la cúpula hasta los componentes y deciden desconocer el mandato de Nicolás Maduro y exigirle la salida, en mi criterio jurídico, eso no es un golpe de Estado, es restituir el orden constitucional. Porque golpe de Estado en Venezuela hay todos los días, hoy tenemos un Gobierno que se soporta en una Asamblea Nacional Constituyente fraudulenta, que se eligió al margen de la constitución y eso es un golpe de Estado. Tenemos un Tribunal Supremo de Justicia que lo agarraron por asalto y nombraron a unos magistrados a dedo que no son y esos pretenden legislar en el país. Y tenemos un supuesto presidente que se eligió en un fraude el 20 de mayo, que no reconocen más de 50 países en todo el mundo, que no reconoce la Unión Europea, ni Estados Unidos, ni Canadá, ni el Grupo de Lima, porque todo el mundo sabe que es una farsa. Entonces, golpe de Estado hay, hay un Gobierno de facto hoy. Entonces, el militar que actúe para acabar con eso, no está tumbando un gobierno, está restituyendo el orden constitucional porque eso no es un gobierno legítimo”, aclaró.

“En Venezuela hay tres grandes polos políticos”

El diputado reiteró la necesidad de que cada actor político (personas o partidos) aclaren su postura públicamente, para que así la sociedad, dentro y fuera del país, sepan a quien seguir, qué tesis defender y cómo actuar. “Estos cinco partidos que te nombré coincidimos en eso, pero hay otra ´oposición´ que está hablando de ir a dialogar con el gobierno y de inscribir candidatos para las elecciones, bueno, ellos no están con nosotros, entonces no lo asumamos como unidad. Asumámonos en la sinceridad: nosotros tenemos un diagnóstico, una visión y una ruta política para que cambie el país y hay otros actores políticos que tienen otra. Y eso es sano, la sinceridad para dejar claro que lo que hay en Venezuela son tres grandes polos políticos: la dictadura que se configura en el PSUV, un polo de lucha que tiene muy claro que con la dictadura lo único que tenemos que hacer es trabajar para salir de ella y un polo intermedio que plantea que hay una dictadura pero que hay que convivir con ella, con las reglas de juego de la dictadura, con el TSJ de la dictadura, con el CNE de la dictadura, convalidar sus partidos ante la dictadura, seguir asistiendo a procesos electorales con esa dictadura, seguir dialogando con esa dictadura, entonces vamos a asumirlo y que se definan los que están en el medio. El Gobernador Capriles, que se defina, ¿quiere dialogar? que vaya y dialogue él, pero él no representa al resto. Entonces, no es que estamos peleando, es que hay que sincerarnos de dónde está cada quien y que la gente elija a cuál de los tres polos políticos quiere seguir y apoyar”, instó.

Mensaje a la diáspora: “Venezuela no nos cabe en la maleta”

Venezolanos en Madrid

Finalmente, Toledo ha asegurado que, a su juicio, el finde la tiranía está cerca y los venezolanos que estamos por todo el mundo, debemos mantenernos esperanzados. “Tengo razones objetivas para pensar que el fin de esta pesadilla está pronto, en cuestión de semanas o meses y cuando todo esto pase, nos tienen que quedar grandes aprendizajes, entre los, que a todos nosotros nos va a quedar una cicatriz de lo que nos tocó sufrir y esa historia hay que contarla por años y que no se borre porque esa cicatriz tiene que servir para que valoremos muchísimo la democracia y lo que nos costó recuperarla”, dijo.

Para terminar, envió un mensaje a toda la diáspora venezolana: “Del tamaño que sea, Venezuela no nos cabe en la maleta, tenemos que llevarla a todas partes. Así que a los venezolanos yo les doy dos consejos: el primero es que cuando sientan desesperanza piensen en cuál es su motivación, qué es lo que le genera arraigo, ese gancho que nos jala todos los días como país. Cada quien tiene el suyo, al que le guste el olor del café por la mañana que se acuerde de eso, los que son del Zulia estarán soñando todo el día que están pasando el Puente sobre el Lago o estarán pensando en La Chinita, que están entrando en la Basílica; los que son de Barquisimeto, en su música; los que son de Oriente, en sus playas; los que son de Caracas que se acuerden de cómo se veía El Ávila todos los días por la ventana de su casa. Veamos en olores, en sabores, en recuerdos bonitos, a esa Venezuela de la que nos enamoramos y en la que crecimos, que no es la que tenemos hoy; entonces en primer lugar eso, que busquen qué los motiva a pensar en Venezuela para no olvidar a nuestro país. Y lo segundo es que aprovechen el tiempo, porque lo que podemos sacar quienes estamos en la diáspora, es convertir esta adversidad en una oportunidad de relacionarnos, de aprender nuevas artes, nuevas culturas, nuevos idiomas, nuevas profesiones, nuevas tecnologías y todas esas experiencias que acumulemos, no seamos egoístas con el país que nos lo dio todo, esa experiencia es para regresar y aplicarla allá, en la reconstrucción de Venezuela. Allá nacimos, crecimos y tenemos que soñar con morir allá y tendremos que dar lo mejor de cada uno de nosotros para crear la mejor Venezuela, no una nueva, ni una diferente, sino la mejor que podamos”, sentenció.