Un café con… Efrén Rodríguez Toro

En España estamos en verano, el tiempo «sagrado» de los españoles para dedicar al ocio, lo cual se suele asociar -en estas fechas- con irse a la playa. Pero eso es tan solo una de las múltiples opciones que tenemos para disfrutar del tiempo libre y de las tan ansiadas vacaciones. Sí, son muchas las opciones -privadas o públicas- para aprovechar este tiempo, pero nunca llegamos a conocerlas todas y nos quejamos constantemente de «no tener nada que hacer».

Para analizar el verdadero significado y la importancia de saber emplear el tiempo libre, hemos tomado Un café con… Efrén Rodríguez Toro, educador venezolano (UCAB-Caracas), con Master en Estudios Políticos Aplicados (FIIAPP-España), Máster en Gerencia Pública (IESA-Caracas) y actualmente cursando el Doctorado en Ocio, cultura y comunicación de la Universidad de Deusto, en España.

Una terraza muy céntrica de Madrid, con vistas a toda la ciudad, ha sido el escenario idóneo para conversar con el experto sobre estos temas. Lo primero que hemos querido saber es ¿qué es el ocio y cómo se pueden promover políticas públicas que ofrezcan alternativas positivas para hacer buen uso de ese tiempo libre?

La «madre de todos los vicios» o un «reducto de libertad»

«El ocio es un concepto que ha variado durante la historia. Los griegos lo utilizaban como la contemplación, como la vida buena, pero lamentablemente durante la historia fue tornándose como un concepto negativo, de hecho la iglesia católica, en el medioevo lo catalogó como la madre de todos los vicios. Afortunadamente, el siglo XX lo recuperó en clave democrática, no en clave de esclavitud como en la antigua Grecia, y para entendernos actualmente podríamos verlo como la manifestación de la cultura, el deporte, el turismo y la recreación. Es un concepto que en Europa tiene mucho valor, es lo que haces con tu tiempo libre, es la capacidad de decidir, pero que en América Latina todavía se tiende a ver como algo negativo», ha explicado Rodríguez Toro.

Con respecto a la creación de políticas públicas destinadas al ocio en España, el especialista en esta área ha explicado que en el país ibérico el concepto está muy bien comprendido. «España tiene una cultura muy bien consolidada del ocio, de hecho, la Universidad donde hago el doctorado tiene un instituto de estudios de ocio que ya cumplió 30 años y eso ha logrado incidir en las políticas públicas de muchas ciudades, incluyendo Bilbao (…). De modo que en España podemos encontrar tanto ofertas privadas de ocio, es decir, donde pagas por ir a un concierto o a una exposición, pero también una oferta pública, es decir, que nadie está excluido de recibir una oferta de ocio«, aseguró.

Pero en América Latina, la concepción es muy diferente. «En mi tesis, que va sobre políticas públicas de ocio, hago un estudio comparado entre Bogotá y Caracas, y parto de que la clave está en el lenguaje. Partiendo de un autor que se llama Rafael Echeverría, que habla sobre la ontología del lenguaje, él señala una cuestión obvia y es que el lenguaje crea realidades. ¿Qué pasó en América Latina? Que decidimos condenar el ocio como algo malo porque la iglesia lo veía como un competidor para la salvación de las almas, pero paradójicamente acuñamos el término de recreación, proveniente de los EEUU (…) pero la recreación es solo una parte del ocio, que es más complejo porque el ocio incluye la recreación, la cultura, el deporte y el turismo. Y por eso creo que América Latina necesita pensar en qué implica la recreación en términos higienistas y qué implica el ocio en términos de la libertad para decidir. También hay que tener en cuenta que el ocio, como cualquier política pública, puede desvirtuarse cuando tú pretendes manipular a la gente, ya lo hizo la Roma clásica con el pan y el circo. Entonces hay que promover políticas públicas para que la gente pueda elegir, pero también pedagogía, para que la gente esté clara sobre que el ocio es aquello que tú haces de manera autotélica, es decir, que lo haces sin esperar nada a cambio, que lo haces por puro placer y eso es lo que lo diferencia de cualquier otra actividad», ha enfatizado el educador.

¿Rechazo o exceso?

Aunque hemos dicho que en España se entiende muy bien el significado del ocio, también es cierto que hay algunas personas que o bien rechazan todo lo relacionado con actividades de ocio, o bien se exceden en el uso de esa libertad de elección. «Yo creo que como en toda política pública, se requiere de equilibrio. Quizás en España hay cierto rechazo por los excesos que se cometen, el caso de Barcelona con el turismo, el caso de las borracheras que se suceden en distintas ciudades durante la madrugada, yo creo que más bien lo que tiene que haber es un equilibrio en el uso del tiempo, en el respeto a los demás y valorando aquello que te hace crecer como persona«, explica Rodríguez Toro.

Pero no solo algunos ciudadanos tienen dificultades para entender el significado del ocio, sino que también existen algunos políticos que tienen las mismas dificultades para crear políticas públicas de calidad destinadas a este asunto. «Mi doctorado tiene que ver con el desarrollo humano y el ocio puede tener un impacto tremendo en la sostenibilidad de las ciudades, el rescate de los espacios públicos, de las zonas verdes, la mejora de la calidad del aire, de los carriles bici para que la gente vaya al trabajo en bici, es decir, esto puede tener un efecto mucho más sistémico que simplemente pasarla bien. Si los ayuntamientos entienden la política pública de ocio como algo sistémico, como algo para la ciudad sostenible, puede ser tremendamente bueno», sentenció el especialista.

Finalmente hemos pedido a nuestro invitado que nos diera unos consejos para que aprendamos a disfrutar plenamente del tiempo libre. «A mí me preocupa que las personas dicen que están aburridas cuando hay muchas cosas que hacer. Y lo primero es que cada persona se pregunte qué es aquello que disfruta, porque lo rico del ocio es eso, que no hay una receta determinada. A algunas personas les puede gustar ir a la ópera, pero a otras personas les gusta ir a un concierto de música urbana, algunas personas puede practicar deporte, otras simplemente quieren caminar por una ría o una plaza, de modo tal que es un ejercicio de introspección, ver aquello que me gusta y que me hace mejor persona, porque al fin y al cabo, el ocio es un reducto de libertad, es lo que tú decides hacer con tu tiempo libre, que es lo más valioso que tenemos, porque es un tiempo que no se renueva, aquello que no aprovechas se pierde para siempre», terminó, antes de responder a nuestras preguntas ping pong ya típicas de estos «Café con…» y que podrás ver en el video a continuación.