La Fuerza Armada debe pronunciarse en aras del respeto y obediencia a la Constitución

Por Mitzy Capriles de Ledezma

*** La Fuerza Armada forma parte del pueblo, y está en el deber de hacer un pronunciamiento en aras del respeto y obediencia a la Constitución.

Las absurdas medidas económicas anunciadas por Nicolás Maduro el pasado viernes están destinadas al fracaso, y sus efectos sólo acentuarán el hambre y la miseria en el pueblo, que ya  tiene  varios años  soportando esta pesada cruz mientras que la situación se torna cada día más  intolerable.

La casi totalidad de los  comercios  e industrias han sido condenados a su desaparición con el demagógico aumento salarial que no pasa de ser un espejismo y tendrá una carga muy pesada sobre el sector privado. No hay empresa que pueda soportar este fuerte impacto, y no se necesita ser clarividente, ni tener la bola de cristal para presagiar que dentro de poco tiempo centenares de miles de venezolanos formarán filas en el largo contingente  de desempleados, cuando estos establecimientos se vean forzados a cerrar sus puertas  y los precios de los alimentos, medicinas y servicios sean más inalcanzables, nublando aún más el oscuro panorama que se nos presenta.

Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional y de destacados economistas indican que la hiperinflación cerrará este año sobre 1.000.000 %,  lo cual  hace imposible que  esa reconversión y las medidas puedan tener éxito alguno. Antonio las calificó como “diabólicas”. “Ese menjurje no traerá soluciones, porque es una pócima envenenada que terminará de liquidar la economía nacional”.

Con esos anuncios es imposible generar empleo e inversión. Era necesario un incremento del salario, porque los ingresos se les convierten en sal y agua a los trabajadores con los altísimos precios de los productos de consumo básico; pero este aumento debió hacerse dentro de un programa de ajustes integral, y no con esta irracional política que conduce al país a una ruina total.

Estamos en momentos cruciales para Venezuela, y no hay otra alternativa que la de continuar sin desmayo enfrentando esta cruel dictadura que ya se encuentra muy debilitada y en fase terminal. Estamos solidarizados con todos los mecanismos de lucha que active un pueblo secuestrado y martirizado como el nuestro.

La Fuerza Armada también forma parte del pueblo, y está en el deber de hacer un pronunciamiento en aras del respeto y obediencia a la Constitución. La hambruna y las enfermedades campean a sus anchas por todo el territorio patrio, y cada vez se hace más imperativa la intervención humanitaria de la comunidad internacional. En el país nos necesitamos todos, porque aquí a todos nos anida el mismo sentimiento y preocupación con un objetivo común que consiste en salir de  esta dictadura  lo antes posible y de esa forma salvar a Venezuela del desastre total.