Por.- Richard Sanz
No solo es que el régimen de Nicolás Maduro se burla de los ancianos al prometerles un pago que no cumple, tal como ocurrió el pasado 1º de septiembre: tras incontables horas en colas, también les cancela chucutas sus pensiones y de paso los expone al escarnio público al sugerir que “bachaquean” el efectivo.
«No se burle de nosotros los viejitos, ni nos humille». Así encaró Franklin Martínez, profesor universitario jubilado de 77 años, a Nicolás Maduro, al exigir el pasado jueves junto a otros ancianos el pago completo de su pensión en efectivo cuando pretendían protestar en la sede del Banco Central de Venezuela en el centro de Caracas, pero un piquete de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) dispuesto contra los viejitos indefensos, les impidió llegar a su destino.
Y es que las vejaciones del régimen de Maduro han ido incrementándose durante las últimas semanas, al punto que los ancianos, en vez de amedrentarse, han decidido tomar las calles con sus bastones, sus muletas, sus andaderas y sus sillas de ruedas, para levantar su voz de protesta y exigir respeto para lo que se ganaron trabajando durante su vida.
El psiquiatra desmiente a su jefe
El pasado domingo 26 de agosto, Maduro comenzó a arreciar la escalada de vejaciones en contra de los ancianos, cuando en el marco de una serie de anuncios que hacía desde la segunda Plenaria del IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que se realizaba en el llamado Cuartel de la Montaña, dijo, textualmente, que la cancelación de las pensiones comenzaría a hacerse a través de “la billetera digital del carnet de la patria” de forma “permanente” a partir del mes de septiembre.
Esas palabras provocaron una angustia colectiva en los abuelos, dado que –en su mayoría-, al no estar familiarizados con el manejo de Internet, el implícito registro computarizado anunciado por Maduro los dejaba sin la posibilidad de cobrar la jubilación.
“Con mi pensión no te metas”, fue una de las consignas que más retumbó en las calles y en las redes sociales en el transcurso de la semana siguiente al anuncio de Maduro, dadas las protestas de los abuelos y el impacto nacional e internacional que las reseñas de las manifestaciones generaron en los distintos medios.
El rechazo a la medida fue de tal magnitud, que el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, tuvo que salir a desmentir a su jefe Nicolás Maduro y atribuir a “una campañita de El Nacional”, que los jubilados iban a recibir sus pensiones a través de la billetera móvil del carnet de la patria. “Van a seguir cobrando sus pensiones como lo han hecho toda la vida, a través de los bancos”, dijo con su sonrisa de psiquiatra frente al paciente.
La burla del 1º de septiembre
El primero de septiembre podría ser catalogado como “el día de la infamia contra los abuelos”, dado que millones de ancianos no pudieron cobrar una fracción de su jubilación, a pesar de la promesa del régimen, debido a que los bancos no abrieron sus puertas ese sábado. Zeta confirmó que solo las agencias de 100% Banco abrieron a nivel nacional, mientras que el resto de las entidades financieras, tanto públicas como privadas, no laboraron, lo que provocó cierres de calles y hasta quema de cauchos en la ciudad de Puerto Ordaz, protagonizadas por la ira y la indignación de los pensionados.
La política comunicacional de Miraflores volvió a quedar como los “fake news” –noticias falsas-, que suelen denunciar al estilo del presidente de EEUU, Donald Trump –al que ellos mismos bautizaron como “el líder de la supremacía blanca”-, debido a que la información del pago de pensiones nunca fue explicada de forma amplia y didáctica, lo que se tradujo en que las personas de la tercera edad sufrieran un calvario de penurias que ninguno de los miembros de la cúpula del régimen padece en medio de sus lujos y necesidades ampliamente satisfechas.
Lea también: Carnet de la Patria: Sometimiento absoluto del pueblo venezolano
Pero la burla no paró allí.
El lunes 3 de septiembre, nuevamente las incontables filas integradas por ancianos con sus cuerpos aún adoloridos por el esfuerzo en vano que hicieron 48 horas antes, volvieron a sentir en carne propia el “humanismo”, cuando solo les cancelaron 90 bolívares soberanos en efectivo, de los 450 que les habían depositado.
La escena de adultos mayores, molestos unos, decepcionados otros, indignados todos, se repitió durante toda la semana, hasta este viernes 7 de septiembre, cuando ya tenían disponible en sus cuentas la segunda fracción de 450 bolívares soberanos y apenas pudieron retirar en efectivo entre 50 y 90, y, de paso, en muchos casos en monedas.
Los embustes de Nicolás
«Maduro dijo que el nuevo cono monetario estaba completo en la calle y que a partir del día 20 de agosto no íbamos a tener problema de efectivo más nunca porque íbamos a tener un nuevo cono monetario ¿Qué pasa? Nadie ha visto el billete de 500 ni el billete de 200 ni el de 100 (bolívares soberanos)». Así lo declaró a la agencia EFE el diputado Arnoldo Benítez, que además calificó a Maduro de «embustero», por “engañar al país” y a los jubilados porque el régimen no tiene efectivo para pagar: «Si quiere que me desmienta, que nos pague con esos billetes», dijo al referirse al cono monetario de 100, 200 o 500 bolívares soberanos, agregó el diputado, públicamente, a través de EFE.
Lo único cierto de esta etapa de supuesto “relanzamiento económico” del país con las mayores reservas de petróleo del mundo, es que los ancianos son unas de las principales víctimas del desastre humanitario que ha generado el chavismo en estas dos décadas en el poder, porque además de que muchos de ellos están solos debido a que sus hijos y nietos buscan en otras naciones un futuro de bienestar que Venezuela no les ofrece, también deben intentar sobrevivir a la hiperinflación, falta de medicinas, de comida y a las humillaciones de un régimen “socialista”.
Nota al margen
Además del vía crucis para cobrar algo de la pensión, otro de los motivos de la exigencia de los ancianos para que les cancelen completo y en efectivo sus pensiones, se debe al descarado robo del que son objeto cada vez que pagan con tarjeta de débito, y para muestra un botón: mientras que en efectivo un kilo de queso blanco puede adquirirse en 60 bolívares soberanos, con tarjeta de débito sale en 120 bolívares soberanos; o un cartón de huevos, si lo consiguen regulado, cuesta más de 120 bolívares soberanos, pero en billetes se puede comprar en 80 bolívares soberanos. La restricción de entrega de dinero en efectivo es otro engaño adicional, que afecta a los pensionados.
Twitter: @rsanz777