Mucho hemos escuchado recientemente -y también lo hemos vivido, en mayor o menor medida- que las democracias ya no son lo que eran. Para analizar varias cuestiones relacionadas con este asunto, hemos acudido al foro “Una alerta progresista para fortalecer la democracia y el orden multipolar”, que se llevó a cabo en la Casa de América de Madrid, con la presencia de figuras como el expresidente español Felipe González y el jurista Baltasar Garzón.
Durante el encuentro, se analizó la situación de la democracia en América Latina, sobre todo de cara al año electoral tan movido que ha tenido la región, ante lo cual Felipe González, que compartió panel con el ex-canciller brasileño Celso Amorim, aseguró que son muchos los retos que tiene la democracia actualmente y de forma especial, en América Latina.
El primer tema de discusión de la jornada fueron las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en Brasil el próximo 7 de octubre, cuyo panorama es bastante turbio, dado dos hechos fundamentales: En primer lugar, el encarcelamiento del líder de la izquierda, Lula Da Silva, que lideraba las encuestas hasta que, el pasado 11 de septiembre, tuviera que abandonar la contienda electoral a petición del tribunal electoral, dejando en su lugar al ex-alcalde de São Paulo Fernando Haddad y la posterior prohibición de que participe en los comicios. Y en segundo lugar, el reciente apuñalamiento del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, con ideas extremistas y peleándose el liderazgo de las encuestas en Brasil.
«La esencia de un sistema democrático es la aceptabilidad de la derrota»
Con respecto a este asunto, González aseguró que “para mí la esencia de un sistema democrático es la aceptabilidad de la derrota. La victoria es siempre aceptada. Lo que es difícil es aceptar la derrota porque uno comprende que ha perdido habiendo podido ganar en una aceptable igualdad de oportunidades. Cuando esa aceptabilidad de la derrota no se cumple, hay mucha gente que tiende a romper el sistema. Espero que eso no ocurra en Brasil”, expresó el ex- mandatario español.
Por otro lado, con respecto al cambio de gobierno que hubo en México, donde tomará posición el polémico presidente Andrés Manuel López Obrador, González ha asegurado que “el modelo de economía social que ha creado el estado de bienestar en Europa es Patrimonio de la Humanidad y nadie tiene derecho a expropiarlo, ese era el modelo de Lula. Yo de López Obrador sé que si se quiere parecer a alguien en América Latina es a Lula, no al Castro Chavismo, como algunos dicen, porque eso no ha estado en la historia de López Obrador, ni está en su campo visual. Pero ¿Cuál es el problema? El problema es que AMLO mira mucho más hacia adentro que hacia el mundo, desde el punto de vista de su visión de la realidad, que es exactamente lo contrario de lo que hacía Lula, que era completar su visión interna, con su visión hacia el mundo, en eso de verdad no se parecen en nada”.
De este modo, se esbozaron algunos de los retos que tiene la democracia en el continente, no solo desde el punto de vista de los gobiernos, sino también desde los ciudadanos de cara a la exigencia que se le debe hacer a los gobernantes sobre rendición de cuentas y calidad democrática.
Asimismo, el jurista Baltasar Garzón estuvo hablando de Derechos Humanos que, según ha expresado, es “el único idioma en el que nos podemos entender todos y al mismo tiempo es uno de los idiomas más difíciles para que se entiendan los representantes políticos de los destinos países”, aseguró.
«Se utilizan los DDHH para ganar adeptos pero no se profundiza en ellos. Y en nombre de los DDHH se priva o se concede»
En este sentido, se mostró crítico con el hecho de que recientemente se le prohibiera a Lula presentarse a las elecciones de su país. “En Latinoamérica vemos cómo se priva a Lula Da Silva de su posibilidad de ser elegido, teniendo una resolución del Comité de DDHH que debería de ser atendida (…). El curso político de un gran país va a cambiar sí o sí porque ya se ha quitado el acceso a quien tenía derecho. Hay una clara arbitrariedad y se prescinde de todo el ámbito de lo que significan los DDHH y se utilizan los DDHH para ganar adeptos pero no se profundiza en ellos. Y en nombre de los DDHH se priva o se concede. Realmente no hay una política integral -en ningún país- basada en los DDHH. Si avanzamos más allá todavía, veremos cómo se utiliza el interés político, económico, diplomático frente a los derechos de las vidas prescindibles, que son las de los ciudadanos”, expresó.
Finalmente, Garzón se refirió a la Unión Europea, asegurando que actualmente, vive una “crisis política impresionante y probablemente la tiene porque nunca fue una unión política, sino que ha sido una unión económica y en el momento en el que discutimos cosas como los DDHH, ahí comienzan los muros, las fronteras”, e hizo un llamado a los gobiernos europeos a trabajar “de verdad” por la defensa de los DDHH en todo el mundo.