Por.- Juan Fernández
Una semana con muchas expectativas relacionadas con la reunión del Comité de Seguimiento en Argelia del fin de semana pasado, con representación de los países miembros del acuerdo de reducción de suministro OPEP- NO OPEP.
El objetivo de la reunión, además del seguimiento al mercado y la efectividad del acuerdo, fue la anunciada distribución adicional entre los diferentes países del acuerdo de un millón de bpd con el fin de satisfacer el balance de oferta/demanda, por el efecto de la inminente aplicación de sanciones a Irán que afectarán su capacidad de suministro al mercado del orden de 1,5 millones de bpd, y la continua caída de la producción de Venezuela, que con respecto al compromiso del acuerdo, ha disminuido su producción en 700 mil bpd, con proyecciones que pueden llegar al millón de bpd de disminución.
La reacción de Irán no se hizo esperar y en las declaraciones en contra de acordar la decisión para la distribución del volumen adicional, Irán argumento que dentro de las facultades de la Comisión de Seguimiento no está la de promover el acuerdo para la distribución del volumen adicional al no estar presentes todos los países miembros. Las declaraciones de funcionarios iraníes llegaron a calificar a diversos países árabes productores de petróleo como instrumento del gobierno de los EEUU. Es decir la geopolítica subyacente también influencia las posiciones de los países del golfo.
En el ínterim hubo un tweet del Presidente Trump con el siguiente contenido: “Nosotros protegemos a los países del Medio Oriente, ellos no estarían seguros por mucho tiempo sin nosotros, y todavía continúan empujando los precios altos y más altos del petróleo. Nosotros nos recordaremos. El monopolio de la OPEP debe bajar los precios ahora”. Esto fue el día 20.09 y como se observa en la gráfica tuvo un efecto el día 21.09, con la disminución de la cotización de los marcadores Brent y WTI, lo que, tal como lo observamos, no duró mucho.
No obstante, la tensión, la incertidumbre se mantuvieron a lo largo de la semana y el mercado, al recibir la noticia de que la decisión sobre los volúmenes está diferida hasta la reunión de la OPEP del 3.12, reaccionó al alza. Esa fue la respuesta del mercado. De hecho, la cotización del Brent para el martes 25.09, ha sido la más alta desde noviembre de 2014.
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La nota de Bloomberg, sobre el mercado es similar a los comentarios dados en nuestras notas anteriores sobre el desbalance en cuanto a la oferta y demanda, que obligará a los países consumidores a utilizar sus inventarios operativos, por la dificultad del uso de potencial de producción para reemplazar el suministro afectado por las sanciones y Venezuela. En este sentido, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Rusia, han insistido en tener la capacidad de aumentar producción rápidamente. El ministro de petróleo de Arabia Saudita, Khalid Al-Fallih, declaró: ”Nuestro plan es satisfacer la demanda. La razón de Arabia Saudí de no incrementar más, es porque todos nuestros clientes están recibiendo todos los barriles que ellos desean” y agregó que el reino no producirá más en septiembre y en octubre sin comprometerse con volúmenes.
Con esta situación y la escalada del precio, nuevamente las estimaciones y proyecciones vuelven a ser actualizadas y para algunos el crudo podría llegar a los US$100 por barril. Sin embargo, este escenario no parece sostenible, por los efectos que causaría en la economía global, incluyendo inflación, aumento del costo del dinero, etc. Pero además esta la “guerra comercial” entre los EEUU y China, que también repercute en otras economías y pudiese afectar el crecimiento global del PIB y por ende la demanda de petróleo.
Para el Bank of América-Merril Lynch, el escenario para el próximo año es un barril en US$80 promedio. CITIBANK proyecta los US$80 por barril durante el último trimestre del 2018, y observa riesgos para que pueda aumentar aun más, entre los US$90 a US$100 por barril.
La situación de suministro al mercado interno de combustibles, evidencia la escasez de gasolina. Según funcionarios de la supuesta revolución, en los estados andinos, específicamente en el Táchira, achacan la culpa al saboteo eléctrico en el Estado Zulia, pues afecta a la refinería de Bajo Grande y al poliducto hasta el Ejido en donde hay una importante planta de llenado.
La escasez de combustible es generalizada en el país, Caracas se abastece a costa de otros lugares por el impacto de una situación conflictiva en la ciudad debido a la falta de combustible y en realidad la razón por el supuesto saboteo eléctrico, no es. Cabe señalar, que Bajo Grande como refinería lleva años sin funcionar. La realidad de la crisis del combustible para el mercado interno, se debe: a la caída de la producción de crudo con lo cual la carga a las refinerías es baja, luego el propio sistema de refinación del país tiene graves problemas de operación y mantenimiento. De hecho, es frecuente como las plantas se tienen que parar, con lo cual la operatividad de las refinerías es pésima. Según data que opera en el Centro Refinador Paraguaná, la carga a la Refinería de Amuay, está en mínimos y en Cardón, tienen problemas con la planta de craqueo catalítico. La refinería el Palito lleva años también sin funcionar. Por esta razón, Venezuela tiene que importar componentes de gasolinas.
La data del Departament0 de Energía es que Venezuela compra a los EE.UU. en el orden de 125 mil bpd de petróleo y productos (incluyendo componentes de gasolina), y dada la situación financiera de PDVSA que como hemos indicado es de quiebra, la compra se le hace complicada pues PDVSA ni siquiera tiene acceso a crédito comercial. En conclusión, menos petróleo, menos refinería, y menos compras combinadas, generan la escasez. Ahora además se complica echar gasolina con el nuevo mecanismo del llamado Biopago, sin que todavía al momento de escribir esta nota se sepa cuál será el precio internacional que tanto menciona el presidente Nicolás Maduro. En definitiva, estamos ante un sistema que implementará la Tarjeta Electrónica de Racionamiento de Combustible.
Por último, Gente del Petróleo nos recuerda como el 25 de septiembre del 2003, en horas de la madrugada, un grupo de guardias nacionales de la gobernación del estado Falcón y de PDVSA, arremetieron en contra de las familias viviendo en Los Semerucos, un campo petrolero. A partir de allí se demostró el verdadero accionar de la supuesta revolución: utilizar la fuerza, negar la vivienda a quienes la tienen asgnada, sin permitir que niños venezolanos hijos de petroleros asistiesen a las escuelas, sin acceso a la salud, sin posibilidades de trabajar en su profesión, y sólo por manifestar que piensan diferente. Han pasado 15 años, pero los hechos permanecen presentes en nuestras mentes y corazones.
Hoy Los Semerucos somos la inmensa mayoría de los venezolanos, sin derechos como ciudadanos. Hoy el país cada vez más empobrecido, tiene que salir de sus casas, de sus colegios, de sus familias, igual que las familias de los Semerucos, y también los echan de su país.
En mi modo de pensar, a pesar de las circunstancias tan adversas que hoy vivimos, la esperanza siempre debemos tenerla presente, no tengo duda que lograremos el país que nos merecemos, creando oportunidades, un estado del bienestar social para todos, y sobre Los Semerucos, – prohibido olvidar
@JFernandeznupa