Por Rafael Bayed
***Ni Estados Unidos, ni la Unión Europea, ni los países democráticos podrán hacer nada si el pueblo no reacciona ante la barbarie de la tiranía.
El gobierno venezolano anunció en 2007 una reconversión monetaria que, de acuerdo a Hugo Chávez, beneficiaría a la población porque, al quitarle los tres ceros a la moneda (en ese momento, una moneda de Bs. 1 equivalía a Bs 1.000), se combatirían temas como la inflación y el “fortalecimiento” del bolívar en ese momento. Ahora, luego de un poco más de 10 años con los actuales billetes, el presidente Nicolás Maduro anunció una nueva reconversión monetaria, en el marco de un país que vive en hiperinflación y en el que se evidencia una falta de efectivo para las personas.
Todo bajo el concepto de eliminar ceros para que la población no evidencie que la están robando. Casi nadie tenía los ceros pretendidos por el régimen sino montos considerables, muchos eran de millones de bolívares, ¿con este disparate a dónde fueron a parar todas esas cantidades millonarias, que no eran ceros?
Chávez no solo robó de todas las instituciones del Estado y sus negocios con Cuba, Argentina, Ecuador, Brasil, Bolivia, sino que desbancó a los ciudadanos de Venezuela, al igual que ahora Maduro en sus convenios secretos con países totalitarios y la nueva reconversión monetaria. Nadie dice nada de los números de las cuentas, sino ayer tres ceros y ahora cinco ceros.
Lo más grave de esto es que analistas “expertos” salieron a explicar cómo se despluma un pueblo, con la sola explicación de que esto es por la hiperinflación.
La verdad es que llegados al poder estos forajidos, apoyados por venezolanos y golilleros, se estructura un sistema de vandalismo. Cada uno tiene un sector de acción. En la medida en que va pasando el tiempo, estos sectores de acción solo generan gastos y reflejan producción.
El bandidaje de los miembros de la cúpula del poder Estado, no solo está en la expoliación de los bienes públicos, sino también la de los particulares. Paulatinamente nos van despojando de nuestros bienes y capitales, y solo para ir aumentado los seguidores de un Estado fallido de oscuros intereses.
No hay institución de la República que no esté carcomida por el gorgojo de la descomposición, las de tradiciones democráticas nubladas por la cantidad de ministerios y organismos creados para el control totalitario del Estado.
Con una inflación provocada por el exceso del gasto público y la reiterada devaluación de la moneda, hasta llegar a una hiperinflación por el solo afán de ir repartiendo dinero inorgánico, la cúpula cree que así arrastra más simpatía.
Para garantizarse la impunidad fueron paulatinamente controlando los órganos de control y vigilancia de la actividad pública, hasta que se toparon con la Asamblea Nacional, único órgano legítimo y legalmente constituido, hasta hoy, con el control del Poder Judicial y la instauración del poder Torquemada, creando decisiones contrarias a derecho para afianzar al régimen de truhanes.
Ni USA, ni la Unión Europea, ni los países democráticos podrán hacer nada si este pueblo sumiso y genuflexo no reacciona ante la barbarie de la tiranía.