Por Jaime Granda
***Hace 14 años del incendio en Torre Este y aunque se han gastado miles de millones de bolívares, la torre sigue sin recuperar su funcionalidad y las causas del siniestro nunca fueron aclaradas.
El pasado miércoles 17 de octubre se cumplieron 14 años del gran incendio desatado en la torre Este del complejo Parque Central en Caracas, una estructura que demostró su calidad al soportar más de 15 horas de fuego sin colapsar, aunque 10 de sus 59 pisos quedaron completamente destruidos.
Cuando el complejo fue inaugurado en 1973 se consideró como el «desarrollo urbano más importante de América Latina». Desde ese entonces ha sido referencia obligada del casco central de Caracas, su gran cantidad de instituciones gubernamentales y culturales, adyacente a la zona cultural de museos de Caracas, así como su proximidad al este de la ciudad, interconectada por un sistema vial de autopistas y por el Metro de Caracas, le ha otorgado por más de 40 años privilegios territoriales como desarrollo habitacional, comercial, cultural, recreacional y financiero.
Sus dos torres gemelas siguen siendo el ícono de la arquitectura venezolana y de Caracas en particular. Desde 1979, cuando se inauguró la Torre Oeste, hasta 2003, ostentaron el título de los rascacielos más altos de América Latina, hasta que fueron superadas por la Torre Mayor de Ciudad de México y en 2013 por la Gran Torre Santiago del complejo Costanera Center de Santiago de Chile en América del Sur.
Para el momento de su construcción fueron las edificaciones de hormigón armado más elevadas del mundo, superando al edificio de la Ciudad de México Hotel Presidente Intercontinental, récord del cual fueron desplazadas después por la Torre Taipei 101 en Taiwán.
Al igual que todos los adelantos y buenos servicios que los gobiernos anteriores al chavismo dejaron en gran parte de Venezuela, su destrucción ha sido constante.
Sus residentes más antiguos lamentan todo lo que ha ocurrido con los actuales usufructuarios de la administración del Estado. Parece que la destrucción de todo el país, sus mejores empresas, industrias y servicios públicos comenzó con la Torre Este de Parque Central aquella noche del 17 de octubre de 2004.
Con similar dureza a la del hormigón armado de sus torres, los habitantes de Parque Central resisten la pérdida de calidad de su ambiente y las secuelas del populismo chavista que ha desviado el uso del complejo, al igual que sus salas y hasta el Teatro Teresa Carreño, convertido en escenario de reuniones políticas y maltrato por parte de los militantes aburridos.
Durante el incendio se destruyó la planoteca de la torre, un archivo donde estaba toda la historia en planos de edificios públicos del país desde hace dos siglos, incluyendo sistemas de acueductos y cloacas. Desde un principio se dijo que el incendio fue provocado para borrar documentos sobre aviones utilizados por los incipientes corruptos para el narcotráfico. Algunos de los señalados están presos fuera de Venezuela, mientras aquí reina el silencio y la Torre Este sigue sin recuperar su funcionalidad a pesar de los miles de millones de bolívares gastados.
Foto: Rescate.com