Cuatro años y un mes estuvo Lorent Saleh preso en Venezuela. Hoy tiene 30 años y al fin puede ver la luz del sol, saber la hora, abrazar a su madre, a sus familiares, comer con cubiertos, sentarse en una silla. Son cosas sencillas, de la vida diaria, que todos podemos hacer o usar a diario, sin darnos cuenta de su valía. Pero él sí lo sabe. Y dice estar agradecido con España y más fuerte que nunca para continuar con la lucha por la defensa de los DDHH que comenzó hace 10 años.
Estas palabras las dijo el pasado martes en su primera rueda de prensa en libertad. La dio en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid, sentado junto a su madre y acompañado por otros ex presos políticos y perseguidos venezolanos que hoy hacen oposición desde el exilio. Durante su intervención Saleh reiteró que “en Venezuela se cometen crímenes de lesa humanidad. En Venezuela hay una violación sistemática de los DDHH”.
Luego de agradecer al Gobierno español “por haber hecho la gestión para que yo pudiera salir de esa celda” en el momento que -aseguró- “tenía más miedo porque al concejal opositor Fernando Albán fue asesinado días antes por el Estado Venezolano”, Saleh explicó que “en Venezuela se vive un estado de terror, hay una política de estado que llega a aterrorizar, a intimidar a la sociedad. El terrorismo de estado es un hecho, ocurre en Venezuela y todos los medios que puedan usar para generar pánico en la colectividad lo hacen efectivo para mantenerse en el poder; por eso hay más de 400 presos políticos en Venezuela, por eso muere tanta gente y por eso los jóvenes huyen del país. Nadie deja su tierra por gusto, nadie camina kilómetros y kilómetros por gusto, y ahí definitivamente hay un interés del estado venezolano de que la juventud abandone Venezuela. Dentro de su lógica ellos consideran que mientras menos venezolanos hayan más fácil va a ser la cosa, más van a poder controlarlo; y los jóvenes desde hace bastante tiempo han sido una piedra en el zapato para el proyecto totalitario en Venezuela”.
“En Venezuela hay persecución política, en Venezuela no hace falta agarrar a todos los periodistas y meterlos presos, necesitan agarrar a un periodista, y a ese periodista darle tan duro, tan fuerte, y exponerlo tanto para que todos los demás tengan miedo y de eso se trata. Tú no necesitas agarrar a todos los activistas de DDHH en Venezuela, necesitas agarrar a uno y hacerlo sufrir tanto y exponerlo tanto que todos los demás activistas tengan miedo de defender los DDHH; y así van haciendo con la mamá, con el que cuida perros, con el mecánico, con el periodista, con el empresario, con el médico, con todos y cada una de las personas que representan los sectores de la sociedad sin importarles nada la dignidad humana; la dignidad humana no importa con tal de mantenerse en el poder”, aseguró.
Con respecto a la solidaridad de la Comunidad Internacional, Saleh declaró: «La celda que yo ocupé no está vacía, mientras yo estoy aquí con ustedes, en esa misma celda donde yo estuve hay gente inocente; mientras a mi me estaban sacando por una puerta, por otra puerta estaban metiendo gente. Hagan lo que hagan hoy, no se puede ocultar lo que pasa en Venezuela. Hoy hay más presos políticos que hace un mes, y seguramente el mes que viene va a haber más presos políticos que hoy; por eso es indispensable que no abandonemos la lucha y es indispensable el acompañamiento internacional en esto. Los crímenes de lesa humanidad, las violaciones sistemáticas de DDHH es un tema de responsabilidad global, indiferentemente del modo que crea que debe abordarse: En pleno 2018 no deberíamos aceptar que lancen a alguien de un piso 10. Deberíamos cuestionarnos como civilización que eso esté pasando; en pleno 2018 no deberían estar muriendo niños porque no tienen que comer, no deberíamos aceptar eso; en pleno 2018 no deberíamos aceptar que haya gente muriendo por falta de medicamentos, por la arrogancia y la prepotencia de un grupo de personas que quieren mantenerse en el poder a como dé lugar, porque no quieren darle la cara a la justicia internacional, porque de eso se trata, de un acto de arrogancia política, un acto de cobardía política, y el trabajo internacional es fundamental para que esto cese. Si bien es cierto que cada pueblo debe buscar su propio destino y debe atender sus realidades, también es una realidad que solos no podemos”.
El joven defensor de los DDHH, contó que durante sus 4 años de prisión fue torturado “bajo las órdenes de la fiscal Katherine Harrington” y aseguró que “las torturas físicas dejan marcas, pero las torturas psicológicas dejan huella, no sabes dónde sobarte, ni cómo hacer que se curen (…) Es difícil despertarse sabiendo que vas a pasar el resto de tu día en ese mismo recuadro de concreto resistiendo todos los abusos, todos los atropellos, todas las humillaciones que uno sufre sin saber cuándo vas a ser liberado (…) Lo más difícil es la incertidumbre y zozobra a la cual estás sometido y eso en sí es una tortura psicológica que puede que no deje marca pero que deja huella, que no sabes donde sobarte. Eso fue lo más difícil: cual rehén secuestrado por bandas criminales, orándole a Dios que algún día te toque a ti ser libre o que termine de una buena vez esa pesadilla”.
Sobre el momento de su liberación, Saleh contó que “cuando me dijeron: ´Lorent, recoge tus maletas que inicias un nuevo proceso´, primero, uno no lo cree porque cuando te van a torturar no te dicen que te van a torturar, te dicen lo contrario, pero después como que te lo crees. Te sientes feliz, pero inmediatamente te entra una profunda tristeza porque te vas solo, no sabes cómo despedirte y te sientes culpable porque te sientes feliz de que te vas, te sientes culpable porque te estas yendo tú y se están quedando ellos allí y tampoco tienen porqué estar ahí”.
El Premio Nobel intentó ocultar algo que el Sajarov visibilizó
El ex preso político también fue consultado sobre las acciones que tomó el expresidente de Colombia Juan Manuel Santos, quien lo entregó al Gobierno de Venezuela en el año 2014. Para Saleh, en su caso, el exmandatario violó todos los pasos de la ley cuando lo puso en manos del Ejecutivo venezolano.
“En algún momento nos reencontraremos Santos y yo. El tomó una decisión fuera de la ley; no lo digo yo, lo dice la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ese crimen no ha prescrito, ese crimen quedó allí. Lo importante es que no puede suceder nuevamente. Ningún gobierno del mundo puede secuestrar y enviar a una persona a un lugar donde se le violarán sus derechos humanos. Yo no busco venganza, yo buscaré el despertar de la conciencia de los gobiernos del mundo frente a lo que sucede en Venezuela”, anticipó.
Además, agregó: “El Premio Nobel intentó ocultar algo que el Sajarov visibilizó. El mismo año que a Santos le entregaban el nobel, Europa reconocía la lucha por la democracia y la libertad en Venezuela”, expresó.
Yo crucé un puente que no quiero dinamitar
Para finalizar, Saleh demostró su fortaleza en la lucha por los DDHH: “Yo crucé un puente que no quiero dinamitar, porque quiero que otros presos políticos también quieran cruzarlo”, aún así, se despidió diciendo: “Sigo comprometido con la causa de la defensa de los DDHH y la libertad de conciencia. Se inicia un nuevo capítulo en este sentido. Me dolió irme del país, no lo elegí yo, me montaron en el avión. Por segunda vez me sacaron de Venezuela, pero sé que voy a regresar y no voy a regresar solo. Vamos a ser miles los que vamos a regresar a nuestra amada Venezuela”.