Por Eduardo Martínez – Corresponsal en Italia.
La conmemoración de los 100 años del fin de la Primera Guerra Mundial, que se realizó en un evento central en Francia, despertó en toda Europa el interés por los héroes locales de esa gran guerra.
Italia no escapó de esta conmemoración, donde la prensa rescató para la memoria de los italianos la figura del Cosma Manera. Un oficial de Carabineros con un listado de logros que lo convirtieron en el principal héroe italiano de todos los tiempos. Se estima que repatrió más de 10 mil italianos.
Lo sorprendente de estas hazañas de Cosma Manera, es que se sucedieron mayormente entre el 1918 y 1920, después de finalizada la Primera Guerra Mundial.
En el cumplimiento de la tarea asignada, el Mayor Manera se trasladó a zonas de alto riesgo y peligrosidad. Ubicó a los soldados italianos irredentos, presos o dispersos. Los agrupó. Los adiestró. Y los convirtió en soldados redimidos y miembros de las fuerzas armadas italianas. Para luego, en la medida de las posibilidades, repatriarlos a Italia a cada uno de ellos.
A un siglo de distancia, no se conoce con exactitud la cifra de cuantos italianos fueron encontrados en Rusia y repatriados a Italia, por la acción del Mayor Cosma Manera. El rango varía de poco menos de 10 mil a más 20 mil efectivos.
En la Primera Gran Guerra
Italia, que antes de la guerra había firmado un pacto con el Imperio Austro-Húngaro y Alemania, se abstuvo de entrar en guerra al considerar que Austria había sido el agresor a Serbia, y el acuerdo era de carácter “defensivo”. Lo cual, estaba considerado en los términos del acuerdo de la “Triple Alianza”.
En consecuencia, Italia no se sintió obligada a entrar en el conflicto.
Esta posición de Italia, también tomó en cuenta la rivalidad con el Imperio Austro-Húngaro. Desde principios del siglo XIX, Austria ocupaba territorios del norte de Italia.
Esto sin embargo no fue problema para que los austríacos reclutaran cerca de 65 mil italianos, que engrosaron los contingentes del ejército imperial.
Cuando Italia declara la guerra a Austria en 1915, el alto mando del Imperio decidió enviar al frente ruso a los italianos reclutados, para evitar el problema de la “lealtad” nacional.
La declaración de guerra a las potencias germanófilas, convirtió a Italia en aliada de Rusia. Sin embargo, el triunfo de la Revolución Rusa complicó las cosas para los soldados italianos de los ejércitos austro-húngaros.
Aprovechando la nueva relación con los rusos, el capitán Manera –que había estado destacado en la frontera norte a cargo de la protección de las ferrovías- fue enviado a Rusia por al Alto Mando del Ejército Italiano como miembro de la Misión Militar Italiana en Siberia, con el fin de ubicar a los dispersos y repatriarlos. En abril de 1918, Cosma Manera asumió el mando de la Misión, al regresar a Italia el coronel que estaba al mando.
Era crítica la situación de los italianos dispersos o prisioneros. S les conocía como “irredentos”, por haber nacido en territorio italiano no “redimido” por Italia, pero militares del ejército austro-húngaro.
En su desempeño en Rusia, Manera logró reunir un contingente de irredentos en el campo de prisioneros de Kirsanoff. Eran 57 ex oficiales y 2.600 soldados presos o en desbandada en zonas desoladas de Rusia, Siberia y Turkestán. La tarea asignada al Mayor Manera: enviarlos de vuelta a Italia.
Cosma Manera, considerando el perfil militar de los irredentos, los organizó militarmente en tres batallones y cuatro compañías cada uno.
A pesar de ser Italia aliada de Rusia, los fervores de la Revolución Rusa amenazaban a estos nuevos contingentes italianos, por lo cual Manera debió transferirlos a Siberia en pequeños grupos por vía férrea.
La aventura de recorrer miles de kilómetros a través de Siberia, hasta llegar a la costa del Pacífico, no estuvo exenta de riesgos. A la espera de encontrar una vía de escape, logró agrupar unos 4 mil Irredentos en la ciudad de Krasnoyarsk.
Reagrupados en Vladivostok, Manera no pudo evacuarlos por vía marítima. En consecuencia los trasladó a China hacia la Concesión Italiana de Tien Tsin, en Machuria, y a Beijing.
En marzo de 1918, Manera fue designado Agregado Militar en la Embajada de Italia en Tokio, pero con residencia en Beijing. Desde allí adiestró al llamado “Cuerpo de Irredentos”, organizándolo en 5 compañías para un total de 1.500 efectivos.
Al recibirse la noticia de más italianos desbandados o prisioneros en Siberia, Manera recibió el encargo de reorganizar la Misión Militar en Siberia, logrando recuperar 1.700 efectivos y reorganizarlos militarmente en ocho compañías en la que sería llamada la “Legión de Irredentos”.
Igualmente, sus actividades de búsqueda de soldados italianos dispersos le llevó a Hungría, Bulgaria y Rumania.
El último contingente de Irredentos, fueron evacuados el 23 de febrero de 1920. Salieron del puerto de Chin-kwan-tao en la nave “France Maru”, un barco fletado de bandera japonesa. A bordo, el coronel Fassini-Camossi, 13 oficiales y los últimos 463 hombres de tropa.
La nave atracó en el puerto italiano de Trieste el 16 de abril de 1920, luego de haber cruzado por el Canal de Suez, y haber tocado el puerto de Nápoles.
Cosma Manera estuvo destacado en Rusia, China y Japón hasta 1920, ejecutando tareas de ubicación, reagrupación y repatriación de los italianos, regresando a Italia en 1921.
Cosma Manera
A 100 años de las hazañas que convirtieron en héroe a Cosma Manera, surgen preguntas sobre ¿quién fue este hombre?, ¿de dónde provino?, ¿de qué madera estaba hecho?.
Cosma Manera nació en 1876, en la ciudad de Asti en el Piemonte italiano. Su padre. Ferdinando fue General de División de los Carabineros Reales.
A los 11 años entró al Colegio Militar de Milán. Fue brillante en sus estudios. Tenía facilidad para los idiomas, aprendiendo el francés, el inglés, el alemán, el griego, el turco, el búlgaro, el serbio y el turco. Lo que signará su destino militar en la Primera Guerra Mundial.
A los 18 años egresa de la Academia con el grado de Subteniente de Infantería, siendo destacado en Catania, en la isla de Sicilia.
Creta será su primera misión internacional. Con el paso de siglo, a Manera le será concedida su solicitud de pasar al cuerpo de Carabineros Reales, luego seguirá Macedonia, representa a Italia en el Comité Balcánico en Londres en 1906, estudia alemán en Berlín en 1913, y es enviado a Bengasi en 1916, poco antes de ser enviado a al Misión Militar en Siberia.
Es el oficial de Carabineros con mayor cantidad de condecoraciones oficiales y distinciones, italianas e internacionales.
Luego de la Primera Guerra Mundial, y a su retorno a Italia, Cosma Manera prosiguió su vida militar y personal con discreción y no exenta de algunos problemas.
Su recorrido militar de guerra, solo le permitió contraer matrimonio a los 47 años con María Amalia Pozzoló -25 año menor. Era la hija de su mentor, el coronel de Artillería Giulio Pozzoló.
Cosma Manera pasó a la reserva en 1940. Se retiró con el grado de General de División, habitando en Rivalta, Torino, dónde falleció a los 81 años en 1958.