Por Héctor Pérez Marcano
***El aislamiento internacional que se le ha aplicado a Maduro debe ir de la mano de un AISLAMIENTO INTERNO que, por ejemplo, se materialice en la negación ciudadana a pagar los impuestos.
Voy a insistir en un tema que considero fundamental para lograr hilvanar una política que pueda expresar el repudio nacional al régimen presidido por Nicolás Maduro.
Se trata de armonizar el repudio internacional con una política de resistencia interna que se corresponda con el aislamiento del régimen en el plano internacional. El más reciente dato sobre tal repudio y aislamiento acaba de patentizarse en la XXVI Cumbre Iberoamericana realizada en la ciudad guatemalteca Antigua. Asistieron todos los convocados de Iberoamérica. No se atrevieron a participar Venezuela y Nicaragua, precisamente los dos sanguinarios -Maduro y Ortega- dictadores que han asesinado a cientos de jóvenes que han manifestado su repudio a dichas tiranías.
El aislamiento internacional le ha creado al régimen dificultades para su desempeño, luego la política de resistencia interna debe asumir una intención subversiva que produzca un AISLAMIENTO INTERNO que se corresponda con el aislamiento internacional. Esta política debe corresponderse con el artículo 350 de nuestra Constitución vigente en el que se establece la DESOBEDIENCIA CIVIL cuando el gobierno desconoce y viola la Constitución. Se trata de ir inculcando, tanto en las personas como en las instituciones que componen el tejido social de nuestro país, la convicción de que el régimen no debe ser obedecido. Lograr que el país se le torne INGOBERNABLE. Así, por ejemplo, negarse a pagar impuestos de manera tal que el régimen no podría disponer de recursos económicos para su política populista que le es necesaria para mantener una base de apoyo político. Como es lógico observar una política subversiva de la sociedad solo es posible con una dirección política opositora unida que pueda impartir directrices políticas que sean obedecidas por las instituciones represivas que en un momento dado se negarían a reprimir las acciones subversivas ordenadas por la oposición.
Ante un gobierno que se asume como una dictadura que no solo desconoce la Constitución vigente sino que intenta modificarla para adecuarla a su ejercicio dictatorial del poder, es decir, un gobierno cuyas ejecutorias, al estar al margen de la Constitución, se han tornado en un ejercicio subversivo del poder hay que responder con una POLÍTICA SUBVERSIVA que recupere la vigencia de la Constitución Nacional de 1999, tal como lo establece el artículo 350 de la misma.