Por Lorena Arraiz Rodríguez
Madrid, 05.12.18.- Los expertos auguraban un avance irreversible de Vox en Andalucía, pero nadie creyó que fuese tan cierto como que el recientemente renacido partido político situado más a la derecha del espectro político, se adueñaría de 12 escaños en el parlamento andaluz y, asimismo, de la llave del Gobierno de la Junta de Andalucía. Y Vox lo sabe, así que ya ha comenzado a hacerse rogar.
El feudo socialista se ha quedado acéfalo. El PSOE lleva 36 de los 40 años de democracia española, gobernando la región. Hasta ahora, que ha ganado las elecciones (partido más votado), pero aún así ha perdido la posibilidad de gobernar en solitario (y tampoco parece que ninguna sumatoria posible le alcance para permanecer en el poder).
Los números
El parlamento andaluz está compuesto por 109 escaños, de modo que la mayoría parlamentaria son 55 diputados. El PSOE se ha quedado bastante lejos de estos números, bajando de los 47 diputados que obtuvo en 2015, a 33 en las pasadas elecciones del domingo. Ciudadanos le dio la llave de la Junta hace tres años, pero ha dicho que no lo hará esta vez (y tampoco le serían suficientes sus 21 escaños), de modo que al PSOE solo le quedaría pactar con Adelante Andalucía (la formación de Teresa Rodríguez), que obtuvo 17 diputados, pero eso suman 50, así que tampoco les sirve. De modo que un gobierno de izquierda está prácticamente descartado.
Por otro lado, están el Partido Popular, segunda fuerza más votada y que obtuvo 26 escaños, que, por supuesto, solo no va a ningún lado, pero si suma los 21 escaños de Ciudadanos tendrían 47 y -aquí viene lo bueno- solo sumando los 12 escaños de Vox, rozarían por encima la mayoría que necesitan para gobernar Andalucía. Y aquí etsá el ajedrez político en pleno: El PP se pide la presidencia por ser la fuerza más votada, Ciudadanos también se la pide por ser el único partido que creció en votos y escaños (de 9 escaños en 2015, pasó a 21 el pasado domingo, aumentando a su vez cerca de 300 mil votos) y Vox, por su parte, sabiendo que no puede gobernar, pero que de ellos depende que se forme el nuevo gobierno, ya ha comenzado a poner sus condiciones.
Las medidas que pide Abascal
El presidente del partido de extrema derecha Vox, Santiago Abascal, ha puesto como condición para apoyar la formación de gobierno en Andalucía, que se cierre Canal Sur –medida que el PP está dispuesto a estudiar–, una reforma del Estatuto andaluz que devuelva las competencias de Sanidad y Educación al Estado, un estudio detallado de «organismos superfluos», la defensa de la caza y de la tauromaquia, derogar leyes relacionadas con Género y Memoria Histórica, la supresión del impuesto de sucesiones y la rebaja del tramo autonómico del IRPF, entre otras.
Sobre la eliminación de Canal Sur, Abascal ha explicado que la medida se encuadra dentro de su oposición crítica con el Estado de las autonomías. Así, ha indicado que se posicionan en contra de las televisiones autonómicas porque «acaban siendo televisiones de partidos». Ha subrayado que se trata de un servicio «prescindible» que se ha convertido en herramienta de «propaganda».
Preguntado sobre si de esa manera no se garantizaría el derecho a la información de la sociedad, Abascal ha indicado que ese derecho «esta garantizado a pesar de ustedes», refiriéndose a los periodistas que han asistido a la rueda de prensa. Además ha añadido que existe «un discurso político y mediático que no coincide con el discurso soterrado de la población» y que hay «unanimidad en los medios al referirse» a Vox.
La polémica sobre Vox continúa… o tal vez debamos decir que a penas comienza. Pero lo más importante es saber que ya han entrado al juego político español -y europeo- de 2019 y lo han hecho pisando fuerte en territorio tradicionalmente socialista, como lo es Andalucía. ¿Pactarán el PP y Ciudadanos con la formación de Abascal? Y de ser así -que es lo más probable- ¿en qué términos?