Foto: Cortesía de El Político

El socialismo denigra del régimen venezolano

Crónica chavista

Foto: Cortesía de El Político

Por Jaime Granda. 

los socialistas del mundo retiran apoyo al régimen venezolano porque no quieren que confundan su ideología con lo que se acumula en cada rincón de Venezuela: basura y corrupción.

En cada rincón de Venezuela se multiplican las protestas por problemas con los servicios públicos de agua potable a través de las tuberías residenciales; apagones continuos, algunos por largo tiempo; mal servicio telefónico y su secuela en Internet y todas las plataformas tecnológicas de las propias oficinas del Estado y del sistema bancario; y lo más detestable por los malos olores y las enfermedades que ocasiona, es la ausencia de camiones para recolectar la basura acumulada en todas las ciudades.

En ese aspecto, Caracas es de las más sufridas. Se acumulan miles de kilos de basura en las calles, en los bajantes de los edificios, y en cualquier parque que antes era para que la gente fuera a respirar aire puro.

La desidia del actual régimen en materia de recolección de basura no es comparable con ninguna experiencia anterior y lo peor es que a los usuarios les cobran altas cifras supuestamente para mantener el relleno sanitario de La Bonanza y otros. Ese pago sale en el recibo del desastroso servicio eléctrico, pero también lo incluyen en los recibos de condominio de los edificios residenciales.

Todo eso es una de las peores consecuencias del grupo que maneja los recursos del Estado y quiere seguir haciéndolo, a pesar de la tragedia nacional que han provocado con su incapacidad para entender que los gobiernos son para resolver los problemas de cada comunidad, no para llenar los bolsillos de los gobernantes y encima de eso utilizar al “glorioso” cuerpo militar y demás fuerzas armadas para reprimir sin piedad a quien se atreva a reclamar por esos desvíos económicos y mentales.

Hay obras como grandes complejos residenciales, universidades, liceos y hospitales, construidos antes de la llegada del llamado “chavismo” que hoy son irreconocibles porque han perdido todos los avances que tenían para la época de su construcción.

A todo eso hay que agregar la destrucción de la industria petrolera y sus consecuencias en el abastecimiento de gasolina para los millones de vehículos, y de gas doméstico para millones de hogares. Las colas para obtener esos productos crecen día tras días en todo el territorio nacional.

El mundo despierta

Los socialistas del mundo han comenzado a retirar el apoyo al régimen venezolano, supuestamente socialista, porque no quieren que confundan su ideología con lo que se acumula en cada rincón de Venezuela: basura y corrupción.

Las atrocidades del régimen venezolano para acallar a quienes difunden parte de la realidad que los medios al servicio del chavismo tratan de ocultar, circulan por todo el mundo.

Los chavistas originarios que no están de acuerdo con la cúpula que desde hace seis años se apoderó del proyecto, crecen en número hora tras hora, desde la base hasta los altos cargos.

Que al exguerrillero y actualmente miembro de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC) Julio Escalona lo hayan sacado del aire en Venezolana de Televisión cuando admitía que la política de precios acordados es un fracaso, al igual que la ANC, no hace más que avivar el rechazo de la base chavista a los métodos arcaicos que utiliza el llamado “madurismo” para mantenerse en el poder.

La colaboración de extranjeros en la aplicación de torturas a los presos políticos ya es del dominio universal y todo eso se acumula para cuando llegue la hora de los responsables ante los organismos y los tribunales correspondientes.

En diferentes medios del mundo se puede leer que nadie entiende cómo cuatro dirigentes obreros han dado con sus huesos en la cárcel por reclamar que se cumpla una de las cláusulas del contrato colectivo que obliga a la empresa Venalum, del Estado en Guayana, a entregar juguetes a los hijos de los afiliados a la organización sindical.

La represión contra los trabajadores al servicio del Estado derrumba el empeño de los medios chavistas y maduristas de presentar y promover al que encabeza la cúpula como el “presidente obrero”.

Igualmente, el mundo se entera que estos supuestos socialistas son un atajo de irresponsables a los que les importa poco la suerte de millones de venezolanos que están emigrando para salvar sus vidas ante las complicadas condiciones que hay en Venezuela para conseguir lo básico que un ser humano necesita cada 24 horas.

El mundo también se entera que el régimen venezolano le debe una vela a cada santo y les sigue pidiendo milagros. Esta semana, frente a la estatua de Simón Bolívar en la avenida da Liberdade de Lisboa, Portugal, fue colocado un cochino muerto sobre una tela blanca en la que los frustrados importadores de perniles a Venezuela exigen del régimen venezolano que les pague lo que todavía les adeuda desde hace dos años. Eso se suma a la fama de malos pagadores que estos administradores del Estado venezolano acumulan en todo el mundo. Todos deben aprender que a esta cúpula no le importa nada, a tal extremo que le deben a Rusia y China que son sus pilares fundamentales para mantenerse en el pedestal.

Debido a su morosidad comenzaron las denuncias en su contra en tribunales internacionales para que asuma sus deudas con tenedores de bonos y con quienes enviaron productos para la dieta de los venezolanos sin revisar que en Venezuela estos maulas acabaron con la seriedad comercial, nacional e internacional.