Por Alex Vallenilla.
Los trabajadores de las empresas estatizadas tienen los peores salarios de su historia, a pesar de que el mandatario Nicolás Maduro se hace llamar el “Presidente Obrero”.
Atrás quedaron las consignas de trabajadores y obreros, una vez que el madurismo ha desplazado al chavismo y ha comenzado a someter a los dirigentes sindicales.
En el pasado, Hugo Chávez hizo todo lo que pudo por destruir a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), promoviendo sindicatos paralelos leales al chavismo. Bajo una visión que se definía como “troskista”, los sindicatos que tenían como propósito defender los derechos laborales, han sido prácticamente borrados.
Sin ambergo, actualmente el madurismo ha iniciado una nueva fase y mantiene bajo arresto a los dirigentes de Ferrominera y Venalum.
Lo anterior indica que en el proyecto madurista, de concretar su alianza con China y Rusia, en que se proponen también desmantelar a la Asamblea Nacional (AN), la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) que cambió Chávez vuelva a ser cambiada ahora por Maduro.
El dirigente sindical, Rubén González, que también fue perseguido por Chávez, hace varias semanas anunció que empresas privadas de China estarían interesadas en invertir en Ferrominera al menos 970 millones de dólares y aseguró haber estado en las reuniones en que se hizo el anuncio. Días después, la DGCIM lo detuvo.
Acusados de promover paros y protestas, los dirigentes sindicales están siendo pasados a juicio. No existe pronunciamiento de otros sindicatos, controlados por el chavismo y que en su tiempo apoyaron las expropiaciones de las empresas básicas, sabiéndose que lo hacían por temor.
Existen datos de acuerdos entre Pdvsa y empresas que recibirían contratos de servicio para operaciones de explotación y entre las normas se asegura que todo el aspecto laboral quedará bajo criterio de las compañías, lo que significa un desconocimiento a la LOT que actualmente está vigente.
Obreros arrasados
El terror laboral que ahora promueve el madurismo se evidencia en los 1.600 trabajadores de Smurfit, una empresa fabricante de cartones que recientemente quedó abandonada en Venezuela por su filial matriz. Los trabajadores piden que no sea el gobierno de Maduro el que tome las riendas de la empresa, porque alegan que verán destruida la compañía.
La gran mayoría de trabajadores de las empresas estatizadas por Hugo Chávez, han visto empeorar su situación luego de seis años de mandato de Nicolás Maduro. Las empresas cementeras, la telefónica, las empresas de Guayana y la petrolera Pdvsa, han hecho que los trabajadores pierdan la calidad de vida y se han hundido en los peores salarios de su historia.
En el giro que está dando el madurismo, el mismo ex ministro chavista Elías Jaua, quien estando al frente de la cartera de Educación manifestó que no apoyaba que los educadores tuvieran un sueldo único que imponía la reconversión monetaria del 20 de agosto del año pasado, cargó con las consecuencias por haber hablado. Esto le valió quedar fuera del gobierno.
Sem 2/ 2019
@alexvallenilla