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La lucha de la mujer en Venezuela

Por WILLIAMS DÁVILA

El día Internacional de la mujer tiene un origen político y social. Siempre se recordará la acción del sindicalismo femenino en Nueva York hace más de 100 años, en defensa de las condiciones laborales de la mujer trabajadora debido al incendio de un fábrica de textiles que trajo como consecuencia la muerte  de más de 100 mujeres.

          Desde entonces, la mujer ha escenificado en el mundo luchas de todo tipo por las reivindicaciones de sus derechos. En Venezuela es larga la lista de mujeres luchadoras desde los tiempos de la Independencia como Luisa Cáceres de Arismendi, Juana “la Avanzadora”, entre otras; y después, en diferentes órdenes, la mujer venezolana ha protagonizado cambios y éxitos.

Teresa de la Parra, Teresa de Carreño, La Madre María de San José, Susana Dujim, Josefa Camejo, Lupita Ferrer, Margarita Zingg,  Carolina Herrera, Fedora Alemán, Ana Enriqueta Terán, Morella Muñoz,  Sofía Imber, Isa Dobles, Irene Sáez, Deyna Castellanos, Lucila Palacios, Isabel Carmona, Evangelina García Prince, Ana Luis Lovera, Ada Pérez Guevara,  Adicea Castillo,  Ana Lucina Maldonado,  Argelia Laya,  Carmen Clemente travieso,  Elisa Jiménez Armas, Esperanza Vera, Eumelia Hernández, Mercedes Fermín,  Franca Donda,  Gloria Comesaña,  Gioconda Espina, Isolda Salvatierra,  María Teresa Castillo,  Mercedes Pulido de Briceño,  Rosa paredes, Sonia Sgambatti, Lilian Arvelo, Lilian de Rivera, Yulimar Rojas, entre otras, han brillado por sus cualidades humanas e intelectuales, en diferentes épocas en la lucha contra la opresión política y el respeto que se han ganado de toda la sociedad,

Es un reconocimiento a la trayectoria y lucha de la mujer en Venezuela por rescatar a Venezuela en los campos en los cuales se han destacado, pero igualmente es la lucha que están librando por una sociedad justa e igualitaria donde la equidad de género no sea un motivo de recelo ni de competencia para los hombres, sino que es la conquista de un derecho humano, así lo reafirmo. Es inherente a la mujer en lo relativo a su participación en el campo de las decisiones políticas, sociales, económicas, tanto en Venezuela como en el mundo.

          Para no ir más lejos debo reconocer a las colegas diputadas que han librado una batalla desde la AN, venciendo obstáculos de todo tipo: agresiones, golpes, empujones, bombas lacrimógenas, amenazas y acosos de los organismos de seguridad del Estado totalitarista de Maduro y sus secuaces.

Mis colegas diputadas han puesto en alto la dignidad y el decoro político, en todos los foros nacionales e internacionales. Han estado en las barriadas, en las comunidades agrícolas y obreras. Han desarrollado iniciativas sociales de primer orden para salvar vidas y no se han doblegado ante la dictadura.

Han desarrollado una teoría de la solidaridad mundial en el campo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en el seguimiento de los delitos de lesa humanidad de Nicolás Maduro y su élite gobernante. Es decir, un valor que transmonta fronteras aun cuando tienen hijos que procrear.

Porque algo sublime es que siendo la mujer el taller natural gracias a Dios, donde se forja el ser humano, no descuidan su responsabilidad social ni profesional ni mucho menos humana, cuando se trata de defender valores y principios del bien común.

Es lo admirable porque no abandonan a su familia; prefiere pasar hambre antes que ver a sus hijos morir de hambre en un país donde la desnutrición infantil se ha triplicado desde 2018.

Con dolor ven el sufrimiento de sus familias ante los embates de la dictadura y de la emergencia humanitaria; ven con dolor la diáspora de sus familiares hacia otros lares y solo se apegan a Dios todopoderoso con sus oraciones para encomendar a sus familias a la protección divina.

La mujer venezolana ha sido valiente ante el machismo del régimen de Maduro, porque está consciente y así lo creo yo de que es un factor de cambio en nuestra sociedad. Un ejemplo, las posiciones determinantes que han logrado dando aportes a la humanidad. Algunas han sido pioneras en la ciencia, en la botánica, el magnetismo, la física experimental, las matemáticas.

Hemos visto a la mujer médica, enfermera o trabajadora de la salud, como se dedican a sus pacientes de Covid-19 arriesgándose a todo. Personalmente las he visto actuando con amor y dedicación porque en mi hospitalización por el virus vi el esmero, la profesionalización, la precisión del tratamiento y el seguimiento de la recuperación.

Es increíble. Este personal me lleva a mí a decir enfáticamente que los mejores médicos del mundo están en Venezuela, y la mujer médico se lleva el galardón por su dedicación y esmero.

El rol de la mujer periodista es extraordinario, porque se enfrenta al machismo represor del régimen solo para cumplir su labor de comunicar al país lo que está sucediendo en el momento. Muchas son agredidas, encarceladas y vituperadas por los representantes de la dictadura.

          Hoy día, en Venezuela, vivimos el fenómeno del femicidio y filicidio y esto es muy grave. El Estado tiene que desarrollar políticas educativas y preventivas ante estos crímenes que nos han azotado recientemente en nuestro país.

          El hecho mismo de la pandemia que vivimos ha promovido la violencia doméstica y los abusos sexuales. Frente a esto debemos ser inclementes  en la aplicación de la ley.

          En suma, la mujer hoy día lucha por su derecho y desde esta columna le doy mi modesto apoyo y por eso intervine en la sesión de la Comisión Delgada por el Día Internacional de la Mujer que no es un conmemoración más. Es el reconocimiento de los derechos de la mujer y del rol que les toca jugar en el establecimiento de una sociedad justa, igualitaria y realmente democrática.

          Es inadmisible, en consecuencia, que una espuria AN electa por un fraude del 6 de diciembre pasado, machista por lo demás,  haya dicho que tiene que comparecer ante esa írrita AN las esposas de Juan Guaidó, Leopoldo López y Henry Ramos. Tanto Fabiana, como Liliana y Diana tienen mucha compostura y dignidad como para ir ante una AN que no representa al pueblo de Venezuela.

Se equivocan los convocantes, porque ni sus esposos se van a amilanar ni estas damas echarán al cesto de la basura la dignidad y decoro que tienen.