*** Mattarella, quien en principio no era candidateable, resultó que “se hizo el muerto a ver quien lo lloraba”.
Por EDUARDO MARTÍNEZ – Corresponsal en Italia
El parlamento italiano, luego de ocho votaciones, reeligió a Sergio Mattarella como presidente de la República de Italia. En la tres primeras votaciones, ningún inscrito por los grupos parlamentarios, había obtenido los dos tercios de los votos del universo de senadores, diputados y grandes electores.
La elección
Fue muy significativo que en la primera votación las abstenciones sumaran exactamente 672 votos, los dos tercios de votos requeridos constitucionalmente. El mensaje fue muy claro: “somos los grandes partidos los que tenemos los votos”.
Luego de las tres primera votaciones, de acuerdo al precepto constitucional, el número de votos requeridos baja a la mitad más uno de parlamentarios y grandes electores (505). Serían necesarios cinco votaciones más para que un candidato obtuviera más de la mitad de los votos, lo cual ocurrió el sábado en la octava votación.
Es usual que, luego de la primera votación, los “recogedores” de votos muestren su poder ante los grandes partidos en las votaciones sucesivas. De esta manera, los grandes partidos y alianzas van estimando si pueden elegir al presidente. Eso casi siempre toma varios días.
En este proceso, surgieron unas personalidades con algunos cientos de votos, cuyos nombres rompían las proyecciones iniciales. Fueron como unos globos de ensayo.
En esta ocasión los partidos mayoritarios, ante la imposibilidad de elegir un presidente, optaron por la vía más fácil: reelegir a Sergio Mattarella, presidente en funciones.
En la alocución presidencial de aceptación, el presidente Sergio Mattarella señaló que «me gustaría agradecer a los parlamentarios y delegados regionales por la confianza que me han expresado. Los días difíciles vividos para la elección de la Presidencia de la República, en los días de emergencia que aún atravesamos, exigen sentido de responsabilidad y respeto a las decisiones del Parlamento. Estas consideraciones imponen no eludir los deberes a los que se está llamado y deben prevalecer sobre las consideraciones y perspectivas personales».
La jugada maestra
La historia dirá que Mattarella fue el 12º presidente de Italia, que después fue releecto para un segundo período de 7 años. Sin embargo, la historia de cómo logró la reelección será probablemente un clásico de cómo los italianos hacen política.
Para empezar, Mattarella hizo saber por todas las formas posibles que no optaría a la reelección. “Estoy cansado”… “llegó la hora del retiro”… “no quiero seguir siendo presidente’’, entre otras expresiones. Llegó incluso a alquilar un apartamento en su natal Palermo, en Sicilia.
En medio de las fiestas navideñas y el año nuevo, luego de realizar visitas protocolares de despedida, y asistencia a la apertura de la temporada de Ópera de Milán, se marchó a su nueva residencia. Los medios registraron la llegada de la mudanza con sus efectos personales desde el Palacio del Quirinale en Roma, la pasada semana cuando se recalentaba la agenda de los partidos con el tema de la elección del presidente.
Conocedor de la tradición política italiana, a la hora de elegir presidente, el presidente de 81 años conocía la profunda división que impera entre los partidos en el parlamento. Las elecciones parlamentarias del 2018 demostraron que ninguno de los partidos tiene mayoría para formar gobierno, a menos que llegue a un acuerdo con sus adversarios. Esto se logró por presiones del propio Mattarella y ante una situación de crisis como ha sido la pandemia.
Al no estar en discusión su nombre, Mattarella se sentó a esperar que las posibilidades de los candidatos se diluyeran en las negociaciones. Se quemaron nombres, y en las votaciones sucesivas Mattarella fue incrementando los votos, hasta que logró superar el mínimo requerido en la octava votación. Por supuesto, luego que los partidos -con excepción de Fratelli de Italia, de la derechista Giorgia Melone- llegaran a la conclusión de que era mejor reelegir a Mattarella.
El desempeño de Mattarella
Elegido para el período 2015-2022, a Sergio Mattarella le tocó resolver siete grandes crisis políticas de gobierno en Italia, un promedio de una por año. Ninguno de los nce presidentes anteriores estuvieron sujetos a semejante número de contratiempos.
Entre estas crisis destacan la caída de los gobiernos de Matteo Renzi, de Giusseppe Conte (1 y 2), la amenaza de “impeachment” por parte del Movimiento 5 Stelle, un serio conflicto con Francia, el estancamiento de designar un nuevo gobierno luego de las parlamentarias del 2018, y la crisis del Covid 19, que llevaría a Mario Draghi a la jefatura de gobierno.
¿Quién es Sergio Mattarella?
El reelecto presidente italiano es un siciliano nacido en Palermo en 1941. Abogado de profesión (1964), es egresado de La Sapienza de Roma. Fue parlamentario por siete legislaturas seguidas (1983-2008), siendo parte de las listas de la Democracia Cristiana (DC). Como diputado de la DC, fue presidente del grupo parlamentario.
Como diputado, formó parte de la Comisión de Asuntos Constitucionales, de la Comisión de Asuntos Exteriores y del Comité para la Legislación. Además, fue ministro de Relaciones con el Parlamento y ministro de Educación. Desde el 2009-2011, fue elegido como Juez Constitucional, formando parte del Tribunal Constitucional (2011-2015) cuando fue elegido presidente de Italia.
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