Por JOSÉ PIÑEIRO
La estrategia china en la guerra de Rusia con Ucrania empieza a aclararse. En vez de lanzarse detrás de Putin en su aventura imperial, Xi quiera aprovechar la oportunidad para convertirse en un factor decisivo para conseguir la paz. Este martes, Pekín señaló que ese es el rol que quiere jugar en este momento. Además, aseguró que «deplora» el estallido.
Pekín dijo que estaba «extremadamente preocupado por el daño a los civiles». Así le aseguró, en una llamada telefónica, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, a su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.
«Ucrania está dispuesta a reforzar la comunicación con China y espera que este país desempeñe un papel en la consecución de un alto el fuego», aseguraron los chinos en un comunicado.
El escrito añade que los asiáticos respetan «la integridad territorial de todos los países». De esta manera, tampoco queda claro si Pekín acepta la reclamación rusa de la península de Crimea, por ejemplo. Tampoco el reconocimiento a los separatistas del Donbás, en el este de Ucrania. De esta manera, deja la mesa servida para ser un interlocutor válido para ambas partes.
Esto es un viraje en la posición china. El 24 de febrero, el ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín calificó la situación como «una combinación de factores», más no como una violación. Además, aprovecharon la oportunidad para señalar a Estados Unidos como responsable de la crisis «aumentando las tensiones, creando pánico e incluso exagerando la posibilidad de una guerra». Sin embargo, ahora condenan la invasión y el ataque a los civiles mientras dejan en el aire su reconocimiento a los territorios separatistas. Una concesión a cada parte.
El viernes pasado, China se unió a los Emiratos Árabes Unidos y a la India para abstenerse en una resolución de la ONU que condenaba la invasión rusa de Ucrania y que contaba con el apoyo de otros 87 países.
En los Juegos Olímpicos de Invierno en enero, Xi Jinping se reunión con Vladimir Putin. El ruso declaró que la amistad entre sus países «no tenía límites» y que no había áreas de cooperación prohibidas.
Pekín, a pesar del comunicado de este martes, mantiene sus críticas a la OTAN. Afirman que «la seguridad regional no puede lograrse ampliando los bloques militares».
En el comunicado ucraniano, Kuleba dijo que había «pedido a Wang Yi que utilice el nivel de las relaciones entre Pekín y Moscú para obligar a Rusia a detener su agresión armada contra el pueblo ucraniano».
Kuleba dijo que su homólogo chino le había asegurado «la disposición de China a hacer todo lo posible para poner fin a la guerra en suelo ucraniano a través de la diplomacia, incluso como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU».