*** El Comisario General de la DISIP Atahualpa Montes hace una semblanza de su colega Henry López Sisco, conocido como el «Rambo venezolano».
Por Atahualpa Montes
Lo conocí cuando siendo él un imberbe jovencito, llegó a integrarse a las filas de la Digepol, en donde yo fungía como Inspector Jefe de lo que entonces era la sección de capturas del Cuerpo.
Hasta donde recuerdo, venía de PTJ y su rango inicial creo que era de Agente, con un sueldo mensual de Bs. 644.00.
También creo recordar que practicaba alguna de las artes marciales orientales, Judo o Karate y dio clases de esa disciplina.
Su padre, el viejo López Morao, era Inspector Jefe de la sección de Transporte y despachaba desde el garage o sótano del edificio «Las Brisas» en la avenida Colina de la urbanización Los Chaguaramos.
Henry comenzó a incursionar en las variadas operaciones policiales, diferentes a las de PTJ y fue ascendiendo progresivamente en los distintos escalafones.
En algún momento de su dilatada carrera profesional, creó el grupo de Comandos, ya en Disip, y las operaciones antiguerrilleras que dirigió personalmente lo catapultaron a las primeras páginas de los diarios que basados en sus indiscutibles éxitos, dieron en bautizarlo como el Rambo venezolano.
Sus éxitos como Jefe del grupo de comandos incluyeron combates contra grupos guerrilleros urbanos y rurales y también el rescate de aeronaves secuestradas por piratas aéreos.
Henry fue y sigue siendo una leyenda viva en ese mundo difícil y peligroso que es la policía.
Tiene el cuerpo cubierto de cicatrices de las heridas recibidas en combate, incluyendo algunas gravísimas como consecuencia de la caída de un helicóptero derribado por fuego enemigo.
Hemos sido amigos por todos esos años que vienen desde la Digepol hasta el exilio de ambos en países diferentes y esa amistad se ha perpetuado y estoy seguro que continuará exacta hasta el día en que alguno de los dos deje este mundo.
Henry López es a mi juicio, un valor venezolano al que no se le ha correspondido históricamente como merece porque sus actuaciones con riesgo cierto de su vida, contribuyeron en mucho a que la democracia venezolana lograra alcanzar, como en consecuencia lo hizo, 40 años, con todo lo que eso significó para nuestra patria y sus ciudadanos.
Henry López o Saturno 14, como se le conoce también a nivel policial, sigue incursionando en el mundo de la seguridad y mantiene contacto permanente con sus colegas, subalternos e iguales en jerarquía y se niega a desvincularse de lo que desde que escogió el camino peligroso y difícil de ser policía, ha sido su leitmotiv.
Hoy quiero dejar aquí mi testimonio de admiración y afecto, como testigo de excepción, hacia este guerrero de libertades en Venezuela.
Atahualpa Montes fue Comisario General de la DISIP en Venezuela.
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