*** El Viacrucis estuvo marcado por la guerra en Ucrania, pues unió bajo la cruz a dos mujeres, rusa y ucraniana, en señal de reconciliación.
Tras dos años de suspensión por la pandemia de COVID-19, este viernes el Papa Francisco presidió el viacrucis en el Coliseo de Roma ante unos diez mil feligreses.
Su Santidad volvió al anfiteatro, en silencio como es tradición, en un rito que estuvo marcado por la guerra en Ucrania, pues unió bajo la cruz a dos mujeres de nombre Albina e Irina, rusa y ucraniana respectivamente, estudiantes de enfermería, en señal de reconciliación. Miles de fieles oraron en silencio por la paz y el final de ese conflicto.
El Sumo Pontífice conmemoró el camino de Cristo a la crucifixión y luego de escuchar los 14 pasajes bíblicos, tomó la palabra para pronunciar una oración pidiendo para que «los adversarios se den la mano».
«Tómanos de la mano, como un Padre, para que no nos alejemos de ti; convierte nuestros corazones rebeldes a tu corazón, para que aprendamos a seguir proyectos de paz; haz que los adversarios se den la mano, para que gusten del perdón recíproco; desarma la mano alzada del hermano contra el hermano, para que donde haya odio, florezca la concordia», dijo
Durante el Viacrucis, catorce grupos de personas, este año familias, se pasaron la cruz mientras se leían meditaciones, y las dos mujeres lo hicieron en la estación 13, que refleja la muerte de Cristo.
Los actos del Viernes Santo en el Vaticano comenzaron con la celebración de la Pasión en la Basílica de San Pedro, donde se dio la novedad que el papa, de 85 años, no se postró en el suelo del templo como manda la tradición pues se mantuvo de pie motivado a que padece un dolor en la rodilla desde hace tiempo lo que le dificulta caminar y por ello optó por permanecer de pie, rezando en silencio ante la tumba del apóstol Pedro; después se sentó en el trono, desde donde continuó la ceremonia.