*** La entrada en la OTAN de Suecia y Finlandia cuenta con un gran opositor dentro de la alianza: el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Por José Piñeiro
A pesar que Finlandia y Suecia han declarado firmemente su intención de unirse a la OTAN, uno de los miembros de la alianza militar no está muy de acuerdo: Turquía, y su presidente manifestó en forma muy clara sus razones.
El primer mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que su país, un miembro clave de la OTAN, no es «favorable» a la posibilidad de que Finlandia y Suecia se unieran al bloque.
«Estamos siguiendo los desarrollos con Suecia y Finlandia, pero no tenemos pensamientos favorables», dijo en rueda de prensa.
Posteriormente, Erdogan reiteró su oposición a las solicitudes de Finlandia y Suecia y describió a este último país como un «criadero» de organizaciones terroristas. Ninguno de estos países tiene una actitud clara y abierta hacia una organización terrorista. ¿Cómo podemos confiar en ellos?» dijo el presidente turco.
Turquía, sin embargo, no ha dicho oficialmente que vetaría la membresía de los dos países.
Erdogan dijo también que los diplomáticos suecos y finlandeses que iban a visitar Turquía para discutir este tema no deberían tomarse el trabajo de viajar.
«¿Van a venir aquí el lunes para tratar de convencernos? Discúlpennos, pero no es necesario que se molesten», indicó Erdogan durante la conferencia en Ankara.
Rusia, por su parte, ha indicado que está siguiendo de cerca el proceso de unión a la OTAN de las naciones escandinavas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la decisión de Finlandia y Suecia de unirse a la alianza no amenazaba a Moscú directamente, pero enfatizó que cualquier expansión de la infraestructura militar provocaría una respuesta del Kremlin.
Suecia y Finlandia se basan en la invasión de Rusia a Ucrania para unirse a la alianza. Suecia dijo el lunes que, debido a este hecho, Europa está viviendo una peligrosa nueva realidad.
Turquía acusa a las dos naciones nórdicas de albergar a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo que considera una organización terrorista, y a seguidores de Fethullah Gulen, a quien Ankara acusa de orquestar un intento de golpe de estado en 2016.
El PKK es un grupo militante kurdo que ha luchado durante décadas como una insurgencia separatista en partes de Turquía. Fue designado por Estados Unidos como una organización terrorista en 1997.
Turquía también se vio indignada por la decisión de Estados Unidos y Suecia de apoyar a una milicia afiliada al PKK en Siria, donde el grupo luchaba contra el autodenominado Estado Islámico.
Turquía reprendió a Estados Unidos en febrero de 2021 por este hecho, y Ankara convocó al embajador de Suecia en Turquía dos meses después.
Ankara también ha expresado otros reclamos sobre Suecia y Finlandia, incluidas sus preocupaciones sobre garantías de seguridad y el bloqueo a las exportaciones de armas a Turquía.
El gobierno turco también había prometido bloquear las solicitudes de países que le han impuesto sanciones.
En 2019, ambas naciones nórdicas impusieron un embargo de armas a Ankara después de su incursión en Siria.
En declaraciones en el parlamento en Helsinki el lunes, el ministro de Relaciones Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, dijo que estaba sorprendido por la postura de Turquía, pero agregó que su gobierno no estaba interesado en «negociar» con Erdogan.
El domingo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país expuso varias condiciones para su apoyo, incluida que las naciones nórdicas pongan fin a lo que llamó apoyo a las «organizaciones terroristas» en sus países, así como como prohibiciones de exportaciones a Turquía.
El sábado, un asesor de Erdogan dijo: «No estamos cerrando la puerta. Pero básicamente estamos planteando este problema como una cuestión de seguridad nacional para Turquía».
Y el domingo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en respuesta a las preguntas sobre la postura de Turquía, expresó confianza en que el proceso avanzaría rápidamente.
«Turquía lo ha dejado claro: su intención no es bloquear la membresía. Por lo tanto, confío en que podremos abordar las preocupaciones que Turquía ha expresado de una manera que no retrase el proceso de adhesión».