*** Hay de todo en las primarias de ambos grandes partidos en Estados Unidos: triunfos de los moderados pero también de los extremistas. Y siguen contando votos.
Por Pete Romero
Los republicanos de Pensilvania eligieron este martes como su candidato a gobernador a un político que niega la victoria de Joe Biden en 2020, pero al parecer también han rechazado a un candidato de extrema derecha al Senado.
Hasta la madrugada de este miércoles, Mehmet Oz, el célebre cirujano cardiovascular respaldado por el expresidente Donald Trump, y el ejecutivo de fondos de cobertura retirado David McCormick, están librando una dura batalla en las primarias republicanas para el Senado que podría tardar días en resolverse. La conservadora Kathy Barnette, a quien muchos funcionarios republicanos temían que superaría a Oz y McCormick a pesar de las preocupaciones sobre su elegibilidad, va en tercer lugar.
El ganador de esta contienda se enfrentará al vicegobernador John Fetterman, quien triunfó en las primarias demócratas a pesar de haber sido hospitalizado después de sufrir un derrame cerebral días antes de la elección. Ambos partidos consideran crucial esta elección en la dura batalla por el control del Senado.
Pensilvania fue uno de los cinco estados que celebraron primarias este martes. En Carolina del Norte, el representante republicano Madison Cawthorn fue derrotado por poco en medio de una nube de escándalos. En Idaho, el gobernador Brad Little aguantó el desafío de su número 2. Y en Oregon, un demócrata moderado quedó rezagado en las primarias del Congreso.
Como ven, hubo de todo en estas primarias.
Pensilvania continúa contando boletas de su elección primaria republicana para el Senado. El resultado final podría retrasarse en parte debido a un error de impresión en el condado de Lancaster que, según los funcionarios allí, dejó alrededor de 22.000 boletas que no pudieron ser leídas por los escáneres.
La primera persona a la que Oz agradeció durante el discurso en su fiesta de la noche electoral fuera de su propia familia fue al ex presidente Donald Trump, cuyo respaldo lo catapultó.
Pero si bien Trump ayudó personalmente a Oz, el trumpismo, la evolución de las fuerzas que el expresidente desató dentro del Partido Republicano, podría haberlo perjudicado. La conservadora Kathy Barnette se postuló como heredera de Trump, aprovechando la antipatía de la base republicana hacia Oz. Y aunque Barnette ocupa el tercer lugar en la carrera cuando se cuentan las últimas boletas, parece haberle quitado los votos necesarios al famoso médico.
Es una dinámica exclusiva de las primarias republicanas: Trump es una fuerza tan absorbente en el Partido Republicano que cuando el candidato respaldado por Trump y aquellos que buscan llevar el trumpismo aún más lejos no son la misma persona, le da espacio a un candidato menos inspirado en Trump como McCormick.
Y es una razón importante por la que la carrera sigue siendo demasiado reñida para cantarla definitivamente.
En la figura del senador estatal Doug Mastriano, los republicanos de Pensilvania han nominado para gobernador a una voz destacada que promueve las mentiras de Trump sobre el fraude electoral, lo que aumenta la posibilidad de que alguien que ya intentó anular la voluntad de los votantes en 2020 tenga poder sobre la maquinaria electoral de uno de los estados que será uno de los campos de batalla más importantes en las presidenciales del 2024.
Mastriano, respaldado por Trump, se enfrentará al fiscal general del estado, el demócrata Josh Shapiro, quien ha defendido constantemente el proceso electoral de Pensilvania y los resultados de 2020. Ambos están en carrera para reemplazar al gobernador demócrata Tom Wolf.
El ganador podría desempeñar un papel importante en las elecciones de 2024: en Pensilvania, el gobernador nombra al secretario de estado, la persona a cargo de dirigir las elecciones y aprobar a sus electores.
Por su parte, y a pesar de una asistencia tardía de Trump, el representante Madison Cawthorn no pudo sobrevivir a una serie de escándalos, ni a los esfuerzos del Partido Republicano por convertirlo en un ejemplo para otras figuras de extrema derecha. Fue expulsado de su escaño en el Congreso del oeste de Carolina del Norte por el senador estatal Chuck Edwards. Es una rara victoria para las élites del Partido Republicano, más moderados que el trumpismo.
La táctica le funcionó a la élite republicana a la hora de frenar a Cawthorn. El senador Thom Tillis y otros importantes republicanos de Carolina del Norte no solo denunciaron abiertamente a Cawthorn, sino que identificaron y apoyaron a un solo oponente en un abanico de hasta ocho candidatos. Aunque el voto en contra de Cawthorn se fracturó entre varios contendientes, los esfuerzos por elevar a Edwards como la principal alternativa valieron la pena.
La derrota de Cawthorn lo fue también para Trump, quien recurrió a su propia red social, Truth Social, para abogar por el congresista de 26 años el domingo por la noche. Trump escribió: «Recientemente, cometió algunos errores tontos, que no creo que vuelva a cometer… ¡Démosle a Madison una segunda oportunidad!».