*** En pleno año electoral, Florida queda cuesta arriba para el Partido Demócrata tras alivio de un par de sanciones a regímenes de Cuba y Venezuela.
Por Pete Romero
La reciente decisión del presidente de EE.UU, Joe Biden, de suavizar las sanciones a Cuba y Venezuela ha levantado una polvareda, especialmente en Florida en un año de elecciones en el que los republicanos buscan recuperar la mayoría en la Cámara de Representantes.
La controversial decisión puede dejar a los demócratas aún más desvalidos electoralmente en un estado dominado por los conservadores y puede ser una ayuda extra para los candidatos rivales de los correligionarios de Biden en Florida.
«El plan de Biden para apuntalar a la dictadura de Cuba representa otro fracaso más cuando se trata de defender la libertad en nuestro hemisferio», dijo este martes el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en un mensaje similar al de los dirigentes del exilio cubano, en su mayoría alineados con el Partido Republicano.
Con el telón de fondo de una afluencia récord de cubanos hacia EE.UU. desde 2021 y la amenaza de un boicot a la Cumbre de las Américas de Los Ángeles, si no se invita a Cuba, Venezuela y Nicaragua, los cambios anunciados, aunque esperados, han desatado en Florida un aluvión de críticas.
El condado de Miami-Dade, el más poblado y rico de Florida, es donde los cambios en la política hacia Cuba y Venezuela pueden perjudicar más al Partido Demócrata, pues aquí se concentran las mayores comunidades de cubanos y venezolanos, así como de nicaragüenses.
El supuesto riesgo de un EE.UU. «socialista» si Biden ganaba, con el que los republicanos buscaron «el voto del miedo» en 2020, fue un argumento que caló bien en los electores floridanos originarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua y de otros de países latinoamericanos.
Los congresistas y senadores de origen cubano, que mantienen vivo desde entonces el fantasma del «socialismo», han reaccionado al unísono con la mayoría de los grupos del exilio tras los anuncios de la Administración Biden sobre Cuba y Venezuela.
«Las concesiones unilaterales del presidente Biden son una traición a la causa de la libertad en Cuba», escribió este martes el representante Mario Díaz-Balart.
Rosa María Payá, hija del fallecido líder opositor cubano Oswaldo Payá, calificó de indignante la «ineptitud de una administración que prefiere la aprobación de la dictadura y cede a su chantaje migratorio, aún en contra del clamor del pueblo».
Ramón Sául Sánchez, del Movimiento Democracia, fue la voz disonante en el exilio al apoyar el que existan más vuelos hacia Cuba, que los cubanos puedan recibir más dinero de sus familias en EE.UU. y que los que viven aquí podrán de nuevo «reclamar» a sus familiares en la isla en virtud de un programa de reunificación que será reactivado.
Aun así, reprochó a Biden que no consultara a las fuerzas del exilio como, al inicio de su mandato, había prometido hacer a la hora de tomar decisiones sobre Cuba.
El anuncio de que la Administración Biden levantará las sanciones a Venezuela para propiciar la reanudación del diálogo entre Gobierno y oposición también produjo el rechazo de organizaciones de exiliados venezolanos.
Un influyente senador demócrata, Bob Menéndez, de origen cubano, advirtió que «la historia demuestra que las negociaciones basadas en concesiones unilaterales no conllevan cambios factibles en las acciones de regímenes autoritarios».
Sin embargo, Juan González, asesor principal de Biden para asuntos de América Latina, dejó claro que la mano dura aplicada por Donald Trump durante su Presidencia no devolvió la libertad a países como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En un aparente esfuerzo de control de daños, el presidente del Partido Demócrata de Florida, Manny Díaz, hizo hincapié en que las medidas son «alentadoras» para los cubanos de a pie y «especialmente para las miles de familias que siguen separadas por la política draconiana de la pasada administración».
El Comité Nacional Republicano, a través de su portavoz Julie Friedland, subrayó: «Los demócratas de Florida tienen 99 problemas y el alivio a las dictaduras comunistas por parte de Joe Biden es definitivamente uno de ellos».