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Putin se quita la careta: Acepta que quiere invadir Europa

*** El dictador ruso ya se compara abiertamente con Pedro el Grande, recordando la expansión imperial rusa bajo el antiguo emperador.

Por José Piñeiro

Cuando en esta revista nos hemos referido a Putin como «el zar», no lo hacíamos simplemente por una gracia. La guerra en Ucrania, de hecho, demostró hasta dónde llegan las ínfulas del dictador ruso, que ya ni siquiera esconde sus ansias imperiales. Este jueves 9 de junio, comparó sus andanzas actuales con las del zar Pedro el Grande, que en el siglo XVIII estuvo en guerra con Suecia, llegando a ocupar una parte de su territorio, así como parte de Finlandia y algo tanto de Estonia como de Letonia.

Putin ya no se esconde en una supuesta operación especial puntual contra Ucrania. A la basura el discurso defensivo.

“Acabamos de visitar una exposición sobre el 350 aniversario del nacimiento de Pedro el Grande. Es sorprendente, pero casi nada ha cambiado (…) Pedro el Grande libró la Gran Guerra del Norte durante 21 años. Da la impresión de que, al luchar contra Suecia, se apoderaba de algo. Pero no se estaba apoderando de nada, lo estaba recuperando”, le dijo el neo zar a un grupo de jóvenes emprendedores en Moscú.

Cuando Pedro el Grande fundó San Petersburgo y la convirtió en nueva capital rusa, “ningún país europeo reconocía este territorio como perteneciente a Rusia. Todo el mundo lo reconocía como parte de Suecia”, afirmó Putin.

“Pero desde tiempos inmemoriales, los eslavos vivían allá, junto a pueblos finougrios”, por cual el zar “retomaba y reforzaba” lo que era ruso, prosiguió Vladimirovich en su ensoñación histórica.

“Aparentemente, también es nuestra responsabilidad retomar y fortalecer”, subrayó, en una aparente alusión a la actual ofensiva rusa en Ucrania.

Visto lo visto, Suecia y Finlandia también parecen haber recordado las guerras de Pedro El Grande, porque no han dudado en pedir a la OTAN que les de cobijo.

“Sí, ha habido momentos en la historia de nuestro país en los que nos hemos visto obligados a retroceder, pero solo para recuperar nuestra fuerza y avanzar”, proclamó el dictador.

La derrota de Suecia en la Gran Guerra del Norte (1700-1721) convirtió a Rusia en la primera potencia del mar Báltico y en un importante actor en los asuntos europeos.

“Patriota”

Pedro I gobernó primero como zar. Luego, sin más, se declaró emperador hasta su muerte. Putin, en la práctica, parece estar coqueteando con ese día. Hace poco cambió las leyes rusas para ser «presidente» hasta que él quiera.

Pedro el Grande sentó las bases de su imperio en San Petersburgo, una ciudad construida y bautizada en su nombre. ¿Veremos dentro de poco San Vladisburgo? Pero, ante todo, el antiguo emperador quería acercar a Rusia a Europa, de la cual se consideraba arte y parte, muy contrario a lo que está ocurriendo actualmente. Lo de Putin va más por aquello de hacerse fuerte y expandir el territorio.

“Pedro I puede ser una figura emblemática tanto para los partidarios de un liberalismo a la europea como para los partidarios de un Estado fuerte”, le dijo a la AFP el historiador Daniil Kotsubinski.

Putin lo describió el miércoles, en un comunicado, como una “figura militar excepcional” y un “patriota”, cuyas “transformaciones a gran escala contribuyeron a reforzar el prestigio internacional de Rusia y determinaron su desarrollo en los siglos siguientes”.

“¿Cerrar la ventana?”

Todo indica que, para Putin, mantener abierta la ventana a Europa que abrió Pedro el Grande no es prioridad. En redes sociales rusas, controladas por los aparatos comunicaciones estatales, ya empiezan a sembrar la matriz de opinión de que, al fin y al cabo, mantenerse como europeos no es lo más importante.

Pedro I abrió la ventana de Europa, Putin la va a cerrar”, dice un meme en las redes rusas. Otro montaje muestra al emperador (al antiguo) diciendo: “Cierra la ventana de Europa, la vista es terrible”.

Oficialmente, todavía se niega este supuesto. Peskov, el portavoz de Putin, aseguró la semana pasada que “nadie tiene intención de cerrar nada”.

Para el historiador Boris Kipnis, “sean cuales sean las circunstancias históricas, si abandonamos el eje trazado por Pedro I, podemos arruinar al país y al pueblo”. Según él, no hay duda: “Rusia es un país europeo”.

A pesar de las tensiones actuales entre Moscú y los países europeos, Svetlana Stepanova, una petersburguesa de 47 años, ve a Putin como un heredero del emperador. “Pedro I hizo de Rusia una gran potencia, Putin también quiere ver una gran Rusia”, afirmó a la AFP. “Eso es lo esencial”, comentó.

Lo esencial.