*** A juicio del autor, Venezuela está siendo explotada y destruida como en un pasado lo fue Sudáfrica. Como se asesina a diario la reserva forestal en Brasil. Como se destruye la fauna y los océanos.
A pesar de la gran creatividad de Edgar Allan Poe, al imaginar con sobria nitidez y fascinante narrativa las aventuras de Auguste Dupin, el primer detective con metodología deductiva, que combinaba lógica, suspenso y misterio, dando origen a la novela policiaca. Fue Agatha Christie, en su novela Telón, quien describe con elegante mordacidad al: “Asesino perfecto”, al caracterizar -quizás exageradamente- al Yago personificado en el clásico de Shakespeare “Otelo” representándolo, como un hombre astuto, mezquino y sombrío personaje, que fue capaz de sembrar tanto odio e incertidumbre en el corazón de su amigo, como para transformar sus ansiedades en un odio -capaz de convertirlo- de un buen hombre, a un asesino.
A la agenda globalista definitivamente le importa un carajo la literatura y los clásicos. Tal vez ni siquiera se han tomado la molestia de investigar los grandes clásicos de Sir Arthur Connan Doyle o Georges Simenon. O qué representa, el inspector Maigret, Miss Marple o Sherlock Holmes en el género de investigación y deducción dentro de la literatura universal.
La agenda globalista, desde hace muchos años, ha conspirado para que sus intereses económicos sobrepasen límites y fronteras, entre esos países del mundo, que se han delimitado geográficamente, a lo largo de la historia universal. Asesinatos, felonías y fechorías forman parte de la trama, que parece extraída de las novelas y que supera la ficción de la imaginación humana. Todo este sainete con un solo objetivo: Abultar sus arcas, sólo por llenarlas. Porque, ni pueden vivir más, ni pueden comer más, y ni siquiera pueden tener más sexo que cualquier otro plebeyo o mendigo en el mundo. Por pura vanidad -por creer dentro de su profunda riqueza e ignorancia- que dios hará una excepción con ellos.
No es ningún secreto para ningún político del mundo, que el comunismo, el socialismo y la agenda ecológica mundial son sólo fugaces ilusiones, que ocultan los intereses del poder económico y bancario mundial. El poder detrás del poder. El interés de quienes solo pretenden hacerse y controlar la explotación de las materias primas que existen en la “Aldea Global” (Marshall McLuhan, Sociólogo. 1962).
Las consecuencias, independientemente de su arrogancia y el desprecio hacia los mejores científicos del mundo, siguen presentes:
* El calentamiento, que afecta la capa de ozono por el alto consumo de combustibles fósiles.
* El cambio de la temperatura media del océano, que derrite a diario millones de metros cúbicos de glaciares de agua dulce, contribuyen al cambio del PH de la salinidad de los océanos.
* La Variación de salinidad oceánica que afecta la circulación de las corrientes interoceánicas. Con su ciclo estimado en mil años.
* La teoría de David Attenborough, donde explica cómo los vientos que soplan en el Sahara, que elevan partículas de las arenas diminutas del desierto, transportando hasta el Amazonas – al otro lado del Atlántico- que sirven de nutrientes alimenticios microscópicos a todos los árboles de la selva serán afectados.
* La deforestación del Amazonas. El “pulmón del mundo” que afectaría irremediablemente, la producción de oxígeno.
* Y la contaminación de los recursos hidráulicos en los países en desarrollo para extraer oro, diamantes, y tantos otros minerales que serán inútiles para aportar soluciones, para proteger el planeta.
Venezuela está siendo explotada y destruida como en un pasado lo fue Sudáfrica. Como se asesina a diario, la reserva forestal en Brasil. Como se destruye la fauna, los océanos. Poco a poco se comete homicidio en contra de cada ser humano, que viene al mundo con esa inocencia innata, y desconoce la maldad que sus padres y abuelos tuvieron, para dejarles un planeta en ruinas.
Se busca Némesis con la espada de Damocles, para cercenar la codicia humana.
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