* * * La más reciente encuesta de Monmouth deja claro que los americanos sólo andan interesados en asuntos económicos. La pandemia y la guerra no son asuntos prioritarios.
Por Francisco Poleo
No es nada nuevo que los estadounidenses votan según el peso de su bolsillo. Lo hemos repetido mil veces en estas líneas y la más reciente encuesta de Monmouth lo confirma.
A los números. 88% de los encuestados dice que el país va mal. ¿Por qué? ¿Por los tiroteos? ¿Por la polémica en torno al aborto y el estado de los derechos civiles? ¿Por la guerra en Ucrania? ¿Por el coronavirus? No. Según el sondeo de Monmouth, la principal preocupación del 33% es la inflación, del 15% es el precio de la gasolina, del 9% es la economía en general, del 6% son tanto las facturas como el precio de los alimentos, del 3% es el desempleo y del 2% es el costo de la vivienda. Es decir, el 68% está preocupado, principalmente, por su cuenta bancaria. Un poquito más, porque el 3% está preocupado por el sistema de salud y el 1% por alguna enfermedad, que es lo mismo que estar preocupado por el bolsillo dado lo costosa que es la salud en Estados Unidos.
Hay otros asuntos que preocupan a una minoría. Al 5% le quita el sueño el tema del aborto, al 3% el de las armas, al 1% el cambio climático, y así. Lo que no aparece por ningún lado en la encuesta de Monmouth es algún tema internacional, a pesar de que el bienestar económico depende en buena parte de lo que ocurra en el mundo, por la globalización y por la condición de primera potencia que ostenta Washington. Sin ir más lejos, quedándonos en lo elemental, sin entrar en balanzas comerciales y demás menesteres financieros, tenemos el elevado precio de la energía y los problemas en las cadenas de producción al otro lado del planeta que terminan afectando al consumidor final de un remoto pueblo en Arkansas cuyo mayor sinvivir es la inflación.
Pero el americano no está interesado en sacar la nariz más allá de la puerta de su casa. La política le interesa en cuanto a las teorías conspirativas y mientras no le quite mucho tiempo de otras actividades más placenteras. Le importa un comino si Biden está haciendo un fino trabajo en el cual desplazó a Rusia como el principal proveedor de gas natural en Europa o si alineó a las siete principales economías del mundo a la hora de frenar el avance de la voracidad china que tanto ha afectado al productor americano. No. Prefieren las promesas absurdas del populista Trump con eso de «América primero», que más bien es «América sola».
Los americanos son un imperio a pesar de sí mismos. Y no es nada nuevo.
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