* * * El asesinato de Shinzo Abe, en uno de los países más seguros del mundo, ha generado conmoción en la comunidad internacional.
Por José Piñeiro
Una lluvia de reacciones de asombro, condena y tristeza en todo el mundo se han generado tras el asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe ocurrido este viernes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó la muerte de Abe y dijo que este asesinato es “una gran tragedia para Japón». Horas antes, la Casa Blanca había expresado que estaban «conmocionados y entristecidos al escuchar sobre el violento ataque contra el ex primer ministro japonés Shinzo Abe».
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, ofreció sus «profundas condolencias» a Japón. Blinken habló desde la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores del G20 en Bali, Indonesia, al inicio de una reunión con los ministros de Relaciones Exteriores de Japón y Corea del Sur.
Blinken describió el tiroteo como «impactante» y «profundamente perturbador». Y agregó que «para Estados Unidos, el primer ministro Abe fue un socio extraordinario y alguien que claramente fue un gran líder para Japón y el pueblo japonés» y agregó que Abe, durante su mandato, «llevó la relación entre nuestros países -Estados Unidos y Japón- a nuevas alturas.»
Mientras, los presidentes de las instituciones de la Unión Europea (UE) también expresaron su conmoción por este asesinato. «Este brutal y cobarde asesinato de Shinzo Abe conmociona al mundo entero (…) una maravillosa persona, gran demócrata y campeón del orden mundial multilateral», escribió en Twitter la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, que poco antes había deseado «fuerza» a Abe tras conocer que había sido herido gravemente en el atentado ocurrido en plena calle antes de los comicios parlamentarios que se celebran este domingo.
Abe, al igual que el actual primer ministro Fumio Kishida, esperaba revalidar la amplia mayoría del Partido Liberal Democrático (PLD) en las elecciones parciales a la Cámara Alta del Parlamento japonés.
Otra Institución de la UE que dejó sentir su voz fue el Parlamento Europeo. Su presidenta Roberta Metsola, expresó también en Twitter sentirse «entristecida y conmocionada por el asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe durante un evento político en Nara» y expresó sus condolencias por el fallecimiento del líder conservador.
A estas voces también se unió el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para «lamentar profundamente» el fallecimiento del ex mandatario y expresar su incomprensión y condolencias por lo sucedido. «Nunca entenderé el brutal asesinato de este gran hombre. Japón, los europeos lloran contigo», escribió en la misma red social.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se sumó a la condena y dijo sentirse «profundamente entristecido por el atroz asesinato de Shinzo Abe, un defensor de la democracia y mi amigo y colega durante muchos años».
En ese mismo mensaje, Stoltenberg también dio sus condolencias a la familia de Abe, así como al actual primer ministro de Japón, Fumio Kishida, y a la población japonesa «en este momento difícil».
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró estar «conmocionado por el atroz ataque» y envió las condolencias de Francia a la familia de Abe, «un gran primer ministro» y al pueblo japonés. Macron y Abe mantuvieron muy buenas relaciones durante sus mandatos hasta la salida del gobierno de Abe en septiembre de 2020.
«Ambos líderes contribuyeron a acercar a Francia y Japón y a intensificar su cooperación frente a los desafíos mundiales, «estabilidad y la prosperidad en el espacio indopacífico», señalaron fuentes del Elíseo.
Líderes de Alemania, Pakistán, Suecia, Filipinas, España y Australia también han dado sus condolencias.
El primer ministro de Japón suspendió su campaña electoral y regresó a Tokio. Kishida llamó al tiroteo de “cobarde y bárbaro” y alabó a Abe, a quien definió como «un gran político, que ha dejado un gran legado en muchos sectores diferentes».
Los líderes de Turquía y Singapur también condenaron el ataque, y el primer ministro británico Boris Johnson calificó el tiroteo de «despreciable».
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, tuiteó sus «más profundas condolencias a su familia y al pueblo de Japón en este difícil momento.» «Este atroz acto de violencia no tiene excusa», agregó.
Irán, por su parte, condenó el tiroteo como «un acto de terrorismo”. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores expresó que «como país que ha sido víctima del terrorismo y ha perdido a grandes líderes ante los terroristas, estamos siguiendo la noticia de cerca y con preocupación».
A su vez, el primer ministro de la India, Narendra Modi, que sostuvo una estrecha relación con Abe, declaró este viernes que mañana sábado 9 de julio será un día de duelo nacional por la muerte del exmandatario “como muestra de nuestro más profundo respeto por el ex primer ministro Shinzo Abe”.
«Estoy conmocionado y afligido más allá de las palabras por la trágica muerte de uno de mis amigos más queridos, Shinzo Abe. Fue un destacado estadista, un extraordinario líder y un notable administrador», expresó Modi.
Líderes y representantes de Gobierno de los países del Sur de Asia, entre ellos Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka, expresaron también sus condolencias por el fallecimiento de Abe.
Lo propio hizo la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, que expresó su sorpresa por el tiroteo. Ella dijo que Abe fue uno de los primeros líderes que conoció después de asumir el cargo y lo describió como profundamente comprometido con su papel, generoso y amable.
Las reacciones también llegaron desde Corea del Sur. Su presidente, Yoon Suk-yeol, calificó el ataque contra Abe como “un acto criminal imperdonable” y expresó su sentimiento de pesar. «Quiero ofrecer mis condolencias y consuelo a la familia y al pueblo japonés por la muerte del primer ministro que más tiempo ha estado en el cargo durante la historia constitucional de Japón y que era un político respetado».
Los mítines electorales suelen celebrarse en Japón en plena calle y con mínimas medidas de seguridad, debido al bajo índice de criminalidad y a que los ataques con armas de fuego -cuya regulación es muy estricta- son casi inexistentes en Japón.