***El presidente culé, Joan Laporta, se la juega in extremis para salvar al club español.
Por Daniel Rodríguez – ESPN
Joan Laporta, el aclamado presidente del FC Barcelona que hoy en día se ufana de ser el redentor de un club al que regresó y encontró en ruinas, bien puede ser catalogado también como ‘el hombre de las incongruencias’.
Con el paso de los meses, poco a poco se han ido aclarando algunas situaciones que parecían no tener respuesta, por ejemplo: ¿cómo es que luego de usar el nombre de Leo Messi y presumir de su amistad en plena campaña rumbo a las elecciones del equipo, cuando fue elegido, resulta que en más de medio año no pudo rebajar la masa salarial para renovar al mejor futbolista en la historia del club?
En por lo menos 10 ocasiones, luego de ser declarado triunfador de forma aplastante sobre Víctor Font y compañía, Laporta, ya en su segunda etapa en la presidencia del Barça, garantizó la renovación del contrato de Messi y que el argentino terminaría su carrera deportiva como culé.
El resto es historia y hoy queda más claro que nunca que Laporta no solo le mintió a Messi, si no a todo el barcelonismo. Justificó que no iba a “hipotecar” al club y dejó ir libre a Leo ante el estupor mundial.
¿Qué cambió, qué pasó? Solamente el hoy presidente del Barcelona lo sabe, pero es una realidad que en su espalda cargará de por vida la decisión de abrirle la puerta de salida al histórico capitán y mentir bajo el argumento de que no fue posible registrarlo por un tema económico.
El propio Víctor Font, rival de Laporta en las elecciones y que tuvo a Xavi como estandarte de su campaña rumbo a la presidencia, declaró hace algunos días que tenía un plan perfectamente aterrizado que aseguraba la renovación de Leo, así que el cuento de que fue por “la masa salarial” no se lo cree nadie a Laporta.
Cuando está por cumplirse un año de la marcha de Messi, el Barça ha gastado casi 200 millones de euros en fichajes, siendo el de Robert Lewandowski el más significativo e incongruente. No así el más caro, ese fue Ferran Torres, hasta ahora, sin resultados, por cierto.
¿Incongruente? Sí, y aquí podría estar de más aclarar que sería un absurdo poner en tela de juicio la calidad del polaco; sin embargo, pagar 50 millones de euros por un futbolista que en unos días cumplirá 34 años y firmarlo por tres temporadas, ¡tres temporadas!, eso es lo que convierte la contratación en algo inexplicable.
Como contexto y para reafirmar lo que sí es un buen fichaje: el Manchester City, según se sabe de forma extraoficial, desembolsó 75 millones de euros por Erling Haaland, de 21 años. El noruego es el presente y el futuro del futbol y tranquilamente, si así lo deciden ambas partes, podría jugar durante una década para los ‘citizens’…
Lewandowski, en su tercera campaña como culé tendrá 37 años, y pese a la anterior explicación, resulta increíble que se tenga la certeza de que, como lo hizo en el Bayern Munich, marcará 50 goles por temporada. Algo poco probable. Muy poco probable.
Y sí, sí, claro que en el momento en que se dio la salida de Messi y ahora la llegada de Lewandowski, muchas cosas han cambiado y el club ha ingresado importantes sumas de dinero, eso es incuestionable; lo que sí puede señalarse y criticarse es ese empeño, insistencia, fijación, necedad e intensas negociaciones con el Bayern para que aceptara soltar a su goleador histórico…
A Laporta, ni por asomo, se le vio el mismo esfuerzo cuando el tiempo se le vino encima y con una mano en la cintura salió a decir que fue “imposible” renovar a Leo.
Es más, desde la partida del ‘10’, el directivo colecciona una serie de declaraciones desafortunadas en torno a Messi: desde que no se arrepiente de que se haya tenido que ir, hasta poner en duda un posible regreso, pues tendría que recibir el “visto bueno” del cuerpo técnico en turno. Como si Messi necesitara el visto bueno de alguien, así tenga 40 o 45 años.
Como remate, y aunque esas salidas se dieron bajo la gestión del ‘innombrable’ Josep María Bartomeu, recordar que se habló de una “renovación” del club y por eso echaron a Arturo Vidal, Ivan Rakitic y Luis Suárez, todos ellos arriba de los 30 años, pero no con 34 como Lewandowski. Vaya ironía.
Así las cosas, queda claro que Laporta mintió, a Messi y al barcelonismo… Y ahora resulta que hay que ilusionarse con un polaco que, según alguno de sus cercanos, siempre soñó con vestirse de blanco.