*** El presidente ucraniano ha acusado a más de 60 funcionarios públicos de trabajar desde los territorios ocupados contra Ucrania.
Por José Piñeiro
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, destituyó a la fiscal general, Irina Venediktova, y al jefe de los Servicios de Seguridad del país (SBU), Ivan Bakanov, acusados de traición.
«Esta decisión se debe al «desempeño inadecuado de sus deberes con el consiguiente coste de vidas humanas», según dijo Zelenski en su cuenta de Telegram.
Esta operación, denominada «autodepuración» por el mandatario, implica la mayor reorganización del gobierno ucraniano desde el inicio de la invasión rusa a finales del mes de febrero.
Zelenski aseguró que más de 60 empleados de la oficina de la Fiscalía y del Servicio de Seguridad de Ucrania, dirigidas por los cesados, permanecieron en los territorios ocupados y «trabajaron contra nuestro estado».
El mandatario dijo además que se habían detectado conexiones entre fuerzas de seguridad ucranianas y los servicios especiales de Rusia, lo que «constituía un crimen contra los cimientos de la seguridad nacional».
El escogido para sustituir a Irina Venediktova es Oleksiy Simonenko. Sin embargo, Ivan Bakalov, considerado amigo íntimo de Zelenski hasta el momento, todavía no tiene sustituto.
Los motivos del cese de la fiscal general no han trascendido, sin embargo, el decreto alude concretamente al Artículo 11 de la Ley Marcial que está en vigor en Ucrania y que «concede al Presidente la potestad de destituir a un funcionario cuyo nombramiento esté bajo su autoridad».
Por su parte, el jefe de los Servicios de Seguridad ha sido destituido de conformidad con el Artículo 47 del Estatuto Disciplinario de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que alude a la «falta de desempeño (o desempeño inadecuado de) deberes de servicio con el consiguiente el coste de vidas humanas».