Tensión mundial tras llegada de Pelosi a Taiwán

Pelosi en Taiwán

***China advirtió que sus militares no se quedarían sentados ociosamente y que Estados Unidos pagará el precio por socavar la soberanía de China.

Por Pete Romero

Haciendo caso omiso a todas las amenazas de Pekín, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, cumplió con las expectativas y aterrizó este martes en Taipéi, consumando su deseo de visitar Taiwán, como apoyo a la democracia y contrariando el deseo del presidente Joe Biden.

A los pocos minutos de desembarcar en el aeropuerto de Songshan, Pelosi emitió un comunicado en el que afirmó que la comisión del Congreso visitaría la isla hasta este miércoles centrándose en las relaciones con Taiwán sobre seguridad, comercio, pandemia, crisis climática, derechos humanos y «otros asuntos de interés mutuo» con el autogobierno de una isla que cuenta con 23 millones de habitantes.

“Nuestra delegación visita Taiwán para honrar el compromiso inquebrantable de Estados Unidos en apoyo de su vibrante democracia”, afirmó. Y matizó, en un intento de atemperar el ataque de nervios que ha provocado: “Nuestra visita es una de varias delegaciones del Congreso que han venido a Taiwán y en ningún sentido contradice la política de Estados Unidos (de una sola China), establecida por tratado de 1979. Estados Unidos continúa oponiendo a un esfuerzo unilateral de cambiar el status quo”.

Pelosi agregó que Estados Unidos se solidariza con los 23 millones de habitantes de Taiwán, tras asegurar que «hoy es más importante que nunca», ya que -a su juicio- «el mundo se enfrenta a una elección entre la autocracia y la democracia».

Eso no evitó que el ministerio de Exteriores chino le respondiera con otro comunicado de “firme oposición y severa condena” del viaje. “Su visita a Taiwán, en cualquier forma y por cualquier razón, es una gran provocación”, se añadió. Y se subrayó que este viaje «infringe la soberanía china y su integridad territorial».

Previamente, China advirtió que sus militares “no se quedarían sentados ociosamente”. La Casa Blanca temía que el presidente Xi Jinping ordenara disparar misiles como provocación en el estrecho de Taiwán, que enviará aviones de guerra hacia la zona de defensa de Taiwán y que hiciera un importante despliegue naval.

La tensión mundial se disparó cuando a las 22,44 horas aterrizó en la capital de la isla (10,44 de la mañana en Nueva York). Pekín aseguró que “Estados Unidos pagará el precio por socavar la soberanía de China”, por cuanto reclama que la isla forma parte de su territorio. El gobierno de Xi Jinping ordenó realizar ejercicios militares en torno a la isla como respuesta inmediata. Los temores de anexión por la fuerza no han hecho más que acrecentarse.

El sitio de seguimiento de vuelos Flightradar24 aseguró que el avión Boing C-40 de las fuerzas armadas de EE.UU. en el que viajaba la presidenta de la cámara baja, era el más rastreado del mundo la tarde noche del martes en ese territorio de Asia. Había mucha inquietud por su destino ya que, si bien se daba por hecho que se dirigía a Taiwán, procedente de Malasia tras una primera parada en Singapur, Pelosi no quiso avanzar sus planes. Era consciente de que iba a disparar la tensión, puesto que recibió numerosos informes de su gobierno sobre las consecuencias de su viaje. No pocos analistas coinciden en que este no era un viaje en defensa de los intereses estadounienses.

El aterrizaje despejó algunas dudas. No sólo confirmó el programa de la ‘speaker’ de la ‘House’, sino que también aclaró cosas sobre la retórica china. Había dudas de si cazas chinos escoltarían la aeronave indeseada e impedirían su aterrizaje, cosa que no se produjo finalmente.

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