*** En una entrevista ofrecida a El Diario, Marrero comentó que su detención ocurrió para darle «un golpe» a Juan Guaidó.
Por Ángela Betancourt
Luego de estar un año y medio preso en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), el dirigente opositor Roberto Marrero dijo que tiene la suerte de estar vivo y ahora en libertad, a pesar de los muchos momentos que tuvo que atravesar.
«Me quitaron el placer de compartir con mi hijo durante un año y medio, de estar con mi esposa. Estuve tras una reja con condiciones que no eran las adecuadas, en un cuarto sin ver el sol. Las visitas de los presos no se deben prohibir y me las prohibían a cada rato», recordó.
Durante una entrevista ofrecida a El Diario, Marrero comentó que su detención ocurrió para darle «un golpe» a Juan Guaidó.
«El general Figuera declaró públicamente que mi cárcel fue ordenada por Maduro para darle un golpe a Guaidó. No podían tocarlo por el tema de la inmunidad parlamentaria y el respaldo de los países, no era conveniente políticamente para ellos. Entonces quisieron darle un golpe a su equipo operativo, a la persona política, y ese fui yo. Ese era el riesgo. Que yo era una persona que componía, que mantenía relaciones con el Parlamento, los diputados y los partidos políticos y ese era mi gran peligro», expresó.
Roberto Marrero obtuvo su libertad como parte de un grupo de 110 opositores a los que Nicolás Maduro les concedió un indulto en el marco de las negociaciones previas a las elecciones legislativas de 2020.
«Esa fue una de las tantas políticas erradas de Maduro. Hizo ese indulto buscando legitimarse ante la Unión Europea para que fueran reconocidas las elecciones parlamentarias fraudulentas. Esa fue la idea: liberar a unos presos y meter a la oposición en la cuestión electoral; pero no sé si es que él no dominaba internamente las distintas corrientes del chavismo para la época, porque no logró darle un espacio a la oposición», apuntó.
Roberto Marrero recordó que durante el tiempo que estuvo detenido en el Sebin fue vecino de celda de Juan Requesens, por lo que se apoyaron mutuamente.
«Dentro de todo yo sentí un alivio que era alguien a quien yo conocía. Alguien que ha ido a mi casa como Juan Requesens, que nos unía un lazo de amistad, y que ahora es de hermandad. Escuchar esa voz amiga me dio una tranquilidad y me hizo sentir que no estaba solo», sostuvo.
Además, mencionó que su día a día en el Sebin estaba marcado por la rutina. Sin relojes ni contacto con el exterior, las actividades diarias eran clave para mantener la noción del tiempo.
En ese sentido, apuntó que cuando escuchaba a los guardias caminar y abrir las rejas era porque ya había amanecido. Y señaló que la habitación en la que estaba era de 2×2 metros, de la cual solo salía para la hora del gimnasio.
«Uno va no porque quiera hacer ejercicio, sino para poder salir. O estás en la celda, o en el gimnasio. Yo prefería ir. Entonces todos los días hay rutina y es un mecanismo de castigo; porque si pasa algo o usted se portó mal, le quitan el gimnasio», agregó.
«Es increíble cómo el ser humano termina acostumbrándose a todo. Había veces que yo deseaba que fueran ya las 7:00 pm para poder ir al gimnasio. ¿Cómo me puedo alegrar porque me abren la celda para ir a un gimnasio? Y era estar encerrado bajo techo en un sótano como lo es El Helicoide, con unas paredes de concreto que tienen como medio metro de grosor, pero salías», expuso.
Destacó que durante el tiempo que pasó en la cárcel conoció gente valiosa que está luchando porque «los tienen injustamente 15 o 18 años presos».
«De verdad me siento afortunado por estar libre. En el exilio, que no es lo ideal, pero por lo menos estoy con mi familia. Ellos no pueden tener esa suerte», aseguró.
Roberto Marrero acotó que cuando estás preso «estás a merced de ellos y no puedes hacer nada». Sin embargo, desmintió que fuera torturado en el Sebin.
«Decir que me torturaron físicamente y me cayeron a golpes no es verdad. Cuando me aprehendieron, fueron más de 100 funcionarios, y ahí sí te puedo decir que fue el momento quizás más hostil. Además de uno que otro incidente. Pero decirte que me torturaron, eso no ocurrió, al menos físicamente. Ahora, que me dieron 60 días sin visitas, me presentaron de manera extemporánea en el tribunal, me sembraron pruebas como fusiles y granadas y que se contradijeron durante el juicio, sí. Todo eso son violaciones de los derechos humanos y cualquier detención arbitraria es una forma de tortura», dijo.
Por último, afirmó que hoy en día tiene la suerte de estar vivo y libre.
«No fui tratado adecuadamente según los cánones de presos en el mundo; sin embargo, para lo que pasa en Venezuela como el caso de Fernando Albán o Rafael Acosta Arévalo que los asesinaron, o de Baduel, que le negaron el derecho a la salud hasta provocarle la muerte en presidio, creo que cuento con la suerte de estar vivo y libre», manifestó.
En otro orden de ideas, Roberto Marrero cosidera que sí hay que hacer las primarias en la oposición por lo que exhortó a la Plataforma Unitaria a ponerle fecha.
«Tienen que ser ya para abril del año que viene, sí hay tiempo para hacerlas. ¿Qué Maduro va a jugar adelantado? Bueno, pero nosotros no podemos poner los tiempos, porque el que decide el terreno de lucha es el que tiene la fuerza, y ese es Maduro. Él tiene las Fuerzas Armadas, que son las que ostentan el poder, pues si le retiran el respaldo a su gobierno no puede hacer nada, porque es ilegítimo», aseveró.
A su juicio, hay que tener una renovación de la política en Venezuela y recobrar el valor del voto. «Pero no hay que dejar de protestar y hacer presión. Creer que vamos a sentarnos gratis y hacer las primarias, dejar que Maduro nos ponga fecha mientras sigue metiendo gente presa y persiguiendo a los disidentes, eso es mentira que va a soltar el poder. El que no suelta un preso no suelta el poder», dijo.