El Papa dijo que hay diálogo con Nicaragua

El Papa asegura que se encarga del tema Nicaragua

***La persecución contra la Iglesia nicaragüense ocupa a Francisco, asegura el propio Sumo Pontífice.

Por Ángela Betancourt

El papa dijo este jueves que “hay diálogo con Nicaragua” y que el Vaticano ha hablado con el Gobierno, al ser consultado sobre la situación en el país centroamericano y los problemas que están sufriendo los católicos.

En Nicaragua las noticias son claras, hay diálogo, se ha hablado con el Gobierno. Hay diálogo, pero esto no quiere decir que se apruebe o desapruebe todo lo que hace el Gobierno”, dijo, asegurando que “hay problemas y hay que resolverlos” y deseó que puedan regresar al país las misioneras de la Caridad, congregación que fundó la Madre Teresa de Calcuta, “porque son revolucionarias, pero revolucionarias del Evangelio y se necesitan mujeres como ellas”.

“Hay cosas que no se entienden, que no se asimilan, pero nunca hay que detener el diálogo”, agregó, tras calificar de “incomprensible” la expulsión del nuncio (Waldemar Stanislaw Sommertag), que es “un buen hombre que ahora ha sido nombrado en otro país”.

Respecto al obispo de la diócesis de Matagalpa (norte), Rolando Álvarez, crítico del Gobierno de Daniel Ortega y quien se encuentra en arresto domiciliario en Managua desde el 19 de septiembre, Francisco dijo que no ha hablado con él.

Francisco señaló sobre la ausencia de libertad religiosa que “hay muchos casos de este tipo en América Latina”.

El pasado martes Cuba no renovó el visado y expulsó del país a David Pantaleón, superior de los Jesuitas, quien había criticado con dureza el Gobierno de Miguel Díaz-Canel.

Al papa se le criticó hace algunas semanas por guardar silencio respecto a las decisiones de Daniel Ortega, pero el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes aseguró en una entrevista que Francisco estaba “súper informado” sobre lo que pasaba en el país.

El 21 de agosto, el papa expresó tras el rezo del ángelus su preocupación y dolor por la situación en Nicaragua e instó a “un diálogo abierto y sincero” para que “se puedan encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacifica”.