*** Rusia seguiría atacando la capacidad energética ucraniana.
Por José Piñeiro
Funcionarios de la compañía nacional de energía nuclear de Ucrania calificaron de “Terrorismo nuclear” el ataque, supuestamente a manos del ejército ruso, registrado esta madrugada del lunes en las proximidades de la central nuclear de Pivdennoukrainsk, en la región de Mykolaiv, al sur del país.
El impacto de un misil Iskander a apenas 300 metros de los reactores de la que es la segunda planta atómica más grande del país provocó una «poderosa explosión» que ha inutilizado tres líneas eléctricas de alto voltaje y una unidad de energía hidroeléctrica. También provocó destrozos en edificios cercanos.
Energoatom compartió la información, además de publicar varias fotografías de los daños. En un comunicado señaló a las fuerzas rusas como culpables del ataque.
La empresa energética anunció que la planta opera con total normalidad y destaca que «afortunadamente no ha habido víctimas entre el personal de la planta».
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, denunció en su canal de Telegram que «Rusia pone en peligro al mundo entero» y que hay que «detenerlo antes de que sea demasiado tarde».
Moscú no ha confirmado ni negado el ataque. Y lo cierto es que Ucrania y Rusia se han acusado repetidamente de realizar ataques en la central nuclear de Zaporiyia, también al sur del país.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), el organismo de control nuclear de la ONU, insistió la semana pasada al Kremlin que entregase el control de la planta de Zaporiyia, advirtiendo de que las «acciones violentas persistentes» en el sitio aumentan el riesgo de «un accidente o incidente nuclear».
Asimismo, la junta del OIEA adoptó una resolución en la que insta a Rusia a «cesar» todas las acciones en y contra la planta, y cualquier otra planta nuclear en Ucrania, para «garantizar su funcionamiento seguro y protegido».