Ucrania ha seguido causando grandes pérdidas a las tropas rusas y en las últimas 24 horas el número de bajas entre los soldados rusos ascendió a 420.
Por José Piñeiro
El ejército ucraniano sigue presionando militarmente a las tropas rusas en las regiones de Jersón y Lugansk, mientras que Rusia intensifica sus bombardeos sobre Zaporiyia, aunque los ataques del Kremlin parecen tener un impacto menor en la situación militar.
Los recientes ataques con misiles rusos han perdido virulencia en comparación con los de los primeros días de la invasión, el pasado febrero, subraya Viktor Kevliuk, experto militar del Centro Ucraniano de Estrategias de Defensa.
«Sus reservas han descendido. Los rusos ya no son capaces de generar como cuando lanzaban cientos de misiles al día«, afirmó Kevliuk agregando que los ataques no tienen efecto alguno sobre la situación general en la línea del frente.
Por contra, Ucrania ha seguido infligiendo grandes pérdidas a las tropas rusas. Según su mando militar, el número de bajas entre los soldados rusos ascendió a 420 en las últimas 24 horas.
Unos 150 de ellos murieron en ataques de la artillería en la aldea de Tokarivka, a orillas del río Dnipro, en la región de Jersón, según el último informe del Estado Mayor del ejército ucraniano.
Ucrania sigue atacando a través del Dnipro, mientras que el ejército ruso trata de mantener el abastecimiento de los entre 15.000 y 20.000 soldados que tiene desplegados en la orilla occidental del río y a pesar de que dos puentes clave hayan sido dañados.
En Lugansk se confirmó la liberación de siete pueblos, según el jefe de la administración militar regional, Sergiy Gaidai quie dijo que las tropas ucranianas han ido avanzando poco a poco, pero desestimó dar detalles, a la espera de una información oficial verificada.
«Ambos ejércitos, el ruso y el ucraniano, están exhaustos«, declaraba ayer el analista militar ucraniano de la ONG «Come Back Alive», Mykola Bielieskov, a la agencia Euromaidan Press. El ritmo del avance ha disminuido, añadió.
Pese a esa desaceleración, el ejército de su país está avanzando, probablemente intentando alcanzar Svatove y Kreminna, donde las tropas rusas han estado estableciendo sus defensas.
Además de atacar infraestructuras energéticas y críticas clave, Rusia sigue bombardeando las ciudades que se encuentran dentro del alcance de sus sistemas de misiles S-300 y de lanzacohetes múltiples, como Jarkov y Mykolaiv. Al menos dos civiles murieron tras el derrumbe parcial de un edificio de viviendas la noche pasada.
En paralelo, en las últimas semanas también se han intensificado los bombardeos rusos de Zaporiyia y sus alrededores.