Voz de América
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, advirtió sobre el peligro de una China autoritaria y de las consecuencias globales de un conflicto a través del estrecho de Taiwán.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que China presenta un desafío para los intereses nacionales de EEUU en los próximos años, pero a pesar de los aspectos adversos también hay “aspectos cooperativos” en la relación bilateral, como el cambio climático y promover la salud global.
Blinken expresó también el compromiso de EEUU con la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán ante un cambio de postura china con la isla.
El Partido Comunista Chino ha considerado que el status quo ya “no es aceptable” y trata de ejercer su control sobre la democracia taiwanesa “en un tiempo más corto” y posiblemente por la fuerza, añadió.
El diplomático hizo estos comentarios mientras el Congreso del Partido Comunista de China está a punto de otorgar un tercer término como secretario general a Xi Jinping este mes.
“El aspecto competitivo (de la relación de EEUU con China) está en el frente y en el centro”, dijo Blinken el lunes durante una discusión con la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice en Stanford, California.
“Hemos visto emerger a una China diferente bajo el liderazgo de Xi Jinping. Es más represiva internamente y, en muchos casos, eso presenta un desafío a nuestros propios intereses y nuestros propios valores”, señaló.
Sin embargo, Blinken dijo que algunos de los “grandes problemas” como el cambio climático y la salud global son “mucho más difíciles de solucionar” si EEUU y China “no cooperan” entre sí.
En Beijing, Xi presentó el domingo 15 puntos principales en un discurso a unos 2.300 delegados del partido, prometiendo fortalecer la seguridad nacional y la estabilidad social, modernizar los militares chinos y esforzarse por la unificación con “la patria”, en referencia a Taiwán.
En Stanford, Blinken advirtió sobre las enormes consecuencias de un conflicto militar en el estrecho de Taiwán.
“La cantidad de tráfico comercial que pasa por el estrecho diariamente y el impacto a las economías de todo el mundo sería enorme”, dijo.
Además, si hubiera algún trastorno en la producción de semiconductores de Taiwán, habría “una crisis económica” global.