Un Atlético de Madrid decepcionante se despide de Europa

Atlético se despide de Europa

Los de Simeone tuvieron un fracaso doble tras caer en la Champions la semana pasada. Esta vez chocaron sin pena ni gloria ante el Porto ante quienes cayeron 2-1.

Publicado en Mundo Deportivo

El Atlético de Madrid no pudo despedirse de  Europa de la peor forma posible tras perder ante el Porto (primero del grupo2-1 y ofreciendo una horrible imagen. Sin actitud, sin juego, sin carácter, sin defensa, sin banquillo, roto… Sin alma.

El club no fue capaz ni de tan siquiera aprovechar el empate del Bayer ante el Brujas. Último de un grupo en el que era favorito. Decepcionante. Fracaso doble, tras caer de la Champions la semana pasada

Salió Simeone con Witsel y De Paul en el centro y Griezmann y Joao Félix arriba. Correa caía por la derecha y Saúl por la izquierda, aunque viendo la precariedad que presenta el equipo por el medio, sorprendió no verle más centrado. Porque con las bajas de Koke, Llorente y Lemar, y con Kondogbia tocado, el Porto se imponía. Sobrado.

Parecía que los rojiblancos salían, bien, con Joao intentándolo, pero fue un espejismo. Porque al primer soplido, el muro (o lo que queda de él) se derribó. Se plantó Evanilson en el área e intentó un disparo que se convirtió en un pase de la muerte para Taremi, que empujó a placer ante la pasividad de la zaga. Una imagen que se repetiría después, esta vez con pifia de Savic y pase atrás de Galeno para que Eustaquio la pusiera pegada al palo.  Fueron dos, pero pudieron ser cuatro, porque Oblak sacó dos que iban dentro.

Un desastre mayúsculo el del Atlético, con una actitud impropia de un equipo que quería seguir en Europa. 

Roto por el medio, sin ideas en ataque y débil en defensa, con Savic y Giménez pareciendo dos cadetes (Molina no se sabe si va o viene), Simeone se desquiciaba en la banda, aunque él fuese responsable de mucho de lo que ocurre en el terreno de juego. Un disparo de De Paul flojo que fue a las manos de Diogo Costa fue todo lo que ofrecieron los colchoneros en el primer acto que, afortunadamente para ellos, llegó a su fin. Sólo Oblak se salvaba de la quema, aunque dentro del muy deficiente generalizado, alguno podía llegar al ‘4’ por querer, más que por poder.

Salió el Atlético tras el descanso sin cambios. Para qué. La primera, de nuevo del Porto. Disparó Taremi y paró Oblak. Ya sí llegaron las sustituciones. Saúl y Joao Felix, fuera. Carrasco y Cunha, dentro. Pero todo seguía igual. Evanilson, con todo a favor, la mandó a las nubes. Con cuatro toques, los lusos se plantaban ante Oblak.  Cuatro daba también el Atlético, pero antes de perderla en posiciones retrasadas.

Oblak evitó un ridículo mayor

Todo podía haber cambiado en el minuto 68, cuando tras un rebote, Griezmann soltó un latigazo para recortar distancias. Quedó anulado porque Orsato señaló después una más que dudosa falta de De Paul. Puestos a ser una feria en defensa, y ya sin nada que perder, el Atlético se fue al ataque, provocando un correcalles en el que Correa, Griezmann y Carrasco (tres veces) rozaron el gol, pero en el que el Porto también podía sentenciar. No lo hizo porque Oblak sí tenía amor propio y evitó que el ridículo fuera aún mayor, entre los ‘olés’ de la grada. Marcano, con un gol en propia puerta, le puso una pizca de emoción en el descuento. 

Un final doloroso para el lamentable periplo europeo del Atlético en la presente temporada. Fracaso mayúsculo. Sin paliativos. Toca reflexionar a todos los niveles. Y mucho, porque este equipo está herido de muerte. Veremos si resucita.

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