El hecho que los republicanos recuperen la mayoría de la Cámara de Representantes que habían perdido en 2018 puede significar dos años de confrontación política con pocos logros legislativos.
Publicado en BBC News Mundo
Estados Unidos tendrá «un gobierno dividido» a partir de enero.
El término se refiere a una situación en la que una o las dos cámaras del Congreso están bajo control de un partido distinto al del presidente en ejercicio, actualmente el demócrata Joe Biden.
El control que el Partido Republicano logró de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de periodo, según proyecciones divulgadas este miércoles de noche, significa que EE.UU. tendrá un gobierno de este tipo cuando los nuevos representantes asuman su cargo.
Gobiernos divididos han sido bastante comunes desde los años 70, el más reciente se dio durante los dos últimos años de la presidencia de Donald Trump, cuando los demócratas controlaban la cámara baja del Congreso.
Que los republicanos recuperen la mayoría de la Cámara de Representantes que habían perdido en 2018 puede significar dos años de confrontación política con pocos logros legislativos, anticipan expertos. Creo que un acuerdo bipartidista sería muy difícil, dada la enorme división entre los dos partidos en casi todas las cuestiones importantes a las que se enfrenta el país», dijo Alan Abramowitz, un politólogo de la Universidad Emory que ha escrito varios libros sobre elecciones en EE.UU., a BBC Mundo.
El camino de una ley
Los republicanos aseguraron los 218 escaños necesarios para obtener la mayoría en la cámara baja del Congreso, proyectó la cadena CBS News, socia de la BBC en EE.UU.
Los republicanos tendrán en total entre 218 y 223 representantes en la cámara de 435 escaños, según CBS.
Esa mayoría es mínima, pero suficiente para estancar la agenda del presidente Biden para los próximos dos años.
Los demócratas lograron mantener la mayoría mínima que tienen el Senado durante las elecciones del martes 8, evitando una oleada de triunfos republicanos que muchos anticipaban.
Que ambas cámaras del Congreso estén en manos de distintos partidos, aunque sea por márgenes pequeños, puede tener varias consecuencias.
En EE.UU. cada cámara puede iniciar un proceso legislativo. El proyecto de ley tiene que ser aprobado por las dos, antes de ser enviado al presidente para que lo firme y lo convierta en ley.
Una ley puede morir en cualquier fase si una de las cámaras vota en contra, o si el presidente la veta.
Abramowitz indicó que el control de la Cámara de Representantes podría darle a los republicanos más poder para abrir investigaciones sobre el gobierno de Biden e intentar someter a juicio político a sus miembros o al propio presidente.
Pero agregó que el hecho de que los demócratas mantengan el control del Senado significa que el presidente aún podrá nominar altos cargos de gobierno o jueces federales, incluso de la Corte Suprema de Justicia, sin que la minoría republicana pueda bloquearlo.
Algunas personas apoyan un gobierno dividido porque significa que cada partido político puede vigilar al otro, por ejemplo, controlando medidas de gasto no deseadas o bloqueando ciertos proyectos para que evitar que se conviertan en ley.
Recientemente, el empresario y actual dueño de Twitter Elon Musk aconsejó a sus millones de seguidores en la red social que votaran a los republicanos en las elecciones de mitad de período, dado que el presidente Biden es demócrata.
Su razonamiento, dijo, es que «el poder compartido contiene los peores excesos de ambos partidos».
Ventajas e inconvenientes
El control logrado en la Cámara de Representantes da cierto alivio al Partido Republicano luego de la decepción que le significaron las elecciones de mitad de periodo.
Pero para hacer valer esa mayoría de margen estrecho, los representantes republicanos deberán actuar con unidad en momentos en que surgen nuevas señales de diferencias en sus filas.
Varios republicanos responsabilizaron a Trump por el fallido intento de lograr una mayoría más contundente en la cámara baja y recuperar también el control del Senado, pese a la baja popularidad del presidente Biden y los elevados índices de inflación en EE.UU.
Si bien ninguna papeleta incluía su nombre, Trump respaldó a candidatos que, como él, se niegan a reconocer su derrota electoral en 2020 y perdieron carreras clave para el control republicano del Senado.
Pese a esto y las crecientes dudas sobre su capacidad de ganar elecciones, Trump anunció el martes que volverá a ser candidato presidencial en 2024.
La tarea de unir a los republicanos en el Congreso recaerá en buena medida sobre Kevin McCarthy, nominado el martes para asumir el liderazgo de la nueva mayoría del partido en la cámara baja.
Si McCarthy, representante republicano por California, logra esa unidad, Biden tendrá más problemas para avanzar su agenda.
Los gobiernos divididos pueden forzar a los legisladores a presentar leyes que tengan una base de apoyo más amplia, lo que hace que sean más difíciles de revocar cuando el poder cambie de manos.
En ese caso, la cooperación aporta estabilidad legislativa.
Pero cuando los partidos están polarizados en sus posiciones, como ocurre ahora, un gobierno dividido puede hacer que a un partido le resulte imposible aprobar leyes, lo que conduce a un punto muerto en el que es difícil avanzar en políticas para todo el país.
Grandes cambios legislativos a menudo han ocurrido bajo gobiernos de un solo partido, como el New Deal del presidente Franklin Roosevelt y la ley de Cuidado de Salud Asequible de Barack Obama, coloquialmente conocida como Obamacare.
Gobiernos divididos también pueden llevar a más cierres de gobierno, que se produce cuando los partidos no se ponen de acuerdo en un presupuesto para continuar con la financiación pública.