Agencias, Cadena Ser
China ha informado este jueves de un número récord de infecciones por COVID-19, y las ciudades de todo el país impusieron confinamientos en localizaciones específicas, junto a otras restricciones que están ensombreciendo las perspectivas de la segunda economía del mundo. El aumento del número de infecciones, que ha alcanzado cifras récord desde un brote en Shanghái a principios de este año, está reduciendo las esperanzas de los inversores de que China reduzca pronto su rígida política de “cero COVID“, que, junto con el declive del mercado inmobiliario, está afectando a la economía.
Las restricciones también han hecho mella en los residentes de China, cada vez más frustrados, así como en la producción de las fábricas, incluida la mayor planta de iPhone del mundo, que se ha visto sacudida por violentos enfrentamientos entre trabajadores y personal de seguridad en una rara muestra de disidencia. “Creemos que la reapertura será probablemente un proceso prolongado con altos costes”, escribieron los analistas de Nomura en una nota. La correduría recortó su previsión del PIB para el cuarto trimestre al 2,4% interanual desde el 2,8%, y también recortó su previsión de crecimiento para todo el año al 2,8% desde el 2,9%.
Los dirigentes chinos se han mantenido firmes en su política de “cero COVID“, que incluye algunas de las restricciones más estrictas del mundo, alegando que es necesaria para salvar vidas y evitar que el sistema médico se vea desbordado.
Sin embargo, en un reconocimiento de la presión sobre la economía, el gabinete dijo que China utilizará recortes oportunos en las reservas de efectivo de los bancos y utilizará otras herramientas de política monetaria para asegurarse de que hay suficiente liquidez, según informaron los medios de comunicación estatales el miércoles, un indicio de que un recorte en el coeficiente de reservas obligatorias (RRR, por sus siglas en inglés) podría llegar pronto.
China registró 31.444 nuevos casos locales de COVID para el miércoles, superando el récord establecido el 13 de abril, cuando Shanghái estuvo bajo un confinamiento de la ciudad que duraría dos meses. Las bolsas chinas caían el jueves, ya que la preocupación por la cifra récord de casos eclipsó el optimismo de los nuevos estímulos económicos.
China confina Zhengzhou por aumento de casos y protestas en fábrica de iPhone
China confinará durante cinco días debido al aumento de casos de covid-19 ocho distritos de la ciudad de Zhengzhou (centro), donde se halla la principal planta de fabricación del iPhone en el país, protagonista de violentas protestas en los últimos días. Las autoridades sanitarias comenzarán una “guerra de aniquilación, control y prevención pandémica” el viernes a las 00.00 hora local (16.00 GMT del jueves) en las principales áreas urbanas de la ciudad ante el aumento de casos de covid, informó el gobierno local.
Los residentes del centro de Zhengzhou requerirán de una prueba de COVID negativa y el permiso de las autoridades locales para salir del área confinada, aunque se les aconseja que no salgan de sus casas «a menos que sea necesario». Las reacciones a la noticia en las redes sociales del país, como Weibo -equivalente a Twitter, censurada en China- fueron instantáneas y en su mayoría cuestionaron que el cierre vaya a durar solo cinco días.
“Si me dices medio mes, todavía puedo creerlo, pero en cinco días es un sueño”, aseguraba en Weibo uno de los comentarios más valorados de internauta con la experiencia de casi tres años de pandemia y comunicados semejantes.
“Vi a muchos jóvenes volviendo a sus hogares con equipaje antes del cierre de Zhengzhou, y un joven me dijo que no creía que se desconfinaría en 5 días por lo que se fue a su casa para el año nuevo”, afirmaba otra cuenta, en una situación que se asemeja a la vivida en las horas previas al primer cierre de la ciudad de Wuhan (centro), supuesto origen de la pandemia, en enero de 2020.
Protestas en la planta de Foxconn
Mientras tanto, Foxconn, la empresa taiwanesa proveedora de la estadounidense Apple y una de las principales ensambladoras de iPhone, emitió un comunicado para defender su posición después de que se hicieran virales en las redes vídeos de trabajadores de su fábrica protestando violentamente por sus condiciones laborales y salariales. La planta de Foxconn lleva al menos un mes funcionando en «circuito cerrado», lo que significa que los trabajadores no pueden abandonar las instalaciones, y en las últimas semanas se ha afanado en contratar a más trabajadores para normalizar la producción y reemplazar a los cientos que se marcharon para evitar quedar confinados.
La compañía declaró que “el salario siempre se ha pagado en base a la obligación contractual” y que la acusación de hospedar en los dormitorios a positivos de covid con los demás trabajadores “es evidentemente falsa”. “Antes de que los nuevos empleados se muden, el entorno del dormitorio se somete a procedimientos estándar de desinfección, y solo después de que el perímetro pasa el control del gobierno, los nuevos empleados pueden mudarse”, agregó la empresa.
Además, aseguró que ante “cualquier violencia”, la firma seguirá un proceso de comunicación con los trabajadores y las autoridades para “evitar que vuelvan a ocurrir incidentes similares”, en lo que sería una confirmación de los incidentes acaecidos en el día de ayer, pero censurados en las redes sociales del país asiático.
Los empleados de la planta de Foxconn salieron de sus residencias durante la madrugada del miércoles empujando a guardias enfundados en trajes EPI, según los vídeos, reproducidos en plataformas como Twitter, vetada en China. Algunos de los guardias golpearon a los trabajadores mientras multitudes de personas trataban de abrirse paso a través de las barricadas y protestaban por los salarios, la comida durante el encierro o la acumulación de basura.
Desde 2020, grandes fábricas en China como la de Foxconn en Zhengzhou, han respondido a rebrotes en las áreas cercanas instaurando un «circuito cerrado», que aísla a los trabajadores durante largas temporadas en las instalaciones para evitar contagios del exterior y mantener la producción, lo que ha causado en ocasiones protestas por las malas condiciones sanitarias o por la falta de víveres.
China permanece aferrada a la política de ‘cero covid’, que consiste en el aislamiento de todos los contagiados y sus contactos cercanos, estrictos controles fronterizos, restricciones a la movilidad y campañas de pruebas PCR masivas allá donde se detecta algún caso.
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