La crisis energética, por la guerra en Ucrania, sacudió el modelo económico alemán, basado en la importación masiva de gas barato de Rusia.
Por José Piñeiro
La economía alemana logró crecer un 1,9%, a pesar de la crisis energética y la guerra de Ucrania, según las cifras preliminares de crecimiento del PIB, publicadas este viernes.
«La economía alemana se recupera a pesar de un contexto difícil», afirma el instituto Destatis. Según una primera estimación, el crecimiento se «estancó» en los tres últimos meses del año.
«Pudo ser peor», resumió Carsten Brzeski, analista del banco ING.
La crisis energetica, derivada de la guerra en Ucrania, sacudió el modelo económico alemán, basado en la importación masiva de gas barato procedente de Rusia.
La guerra puso fin al suministro ruso y ocasionó que se dispararan los precios durante gran parte del año en Europa.
La inflación se disparó, así como los costos de producción industrial, motor del crecimiento alemán, alimentando los temores de una gran crisis económica en el país.
Pero «la economía alemana ha sido más resistente de lo esperado este otoño» boreal, confirmó Jan-Christopher Scherer, experto del instituto económico DIW.
Las industrias «han sido creativas» para economizar gas, indicó Scherer. Según un estudio de IFO, tres cuartos de las industrias que utilizan gas bajaron su consumo sin limitar su producción.
Los precios de la energía, en especial el gas, bajaron los últimos meses gracias a un invierno suave en Europa y a los esfuerzos de Berlín por aumentar su abastecimiento de gas licuado.
Alemania también invirtió generosamente en apoyar a los hogares para mantener la dinámica de consumo iniciada a comienzos del año con el levantamiento de las restricciones por la pandemia del coronavirus.
Del lado de la oferta, la mejora gradual en las tensiones de la cadena de suministros en los mercados mundiales alivió a la industria exportadora.
«Esos efectos positivos han compensado en parte las consecuencias de la guerra y los altos precios de la energía», asegura Brzeski.
Según las previsiones de los institutos económicos, Alemania deberá tener un repunte a partir del segundo trimestre de 2023.