El F-22 es un avión bimotor de los más modernos de EEUU que fue usado por su sistema de sigilo para atacar a su blanco sin ser captado por el enemigo.
Por Pete Romero
Dos días después de que el gobierno de Estados Unidos confirmó la presencia de un globo espía chino, éste fue derribado con apoyo de la Fuerza Aérea norteamericana.
Pese a que el monitoreo y rastro del artefacto de origen asiático contó con apoyo de F-15 y aviones cisterna, el Departamento de Defensa confirmó que fue un caza F-22 raptor el que disparó al dirigible, con el que el gobierno de Xi Jinping realizó labores de reconocimiento e inteligencia por casi una semana.
El F-22 es un avión bimotor de los más modernos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que fue usado por su sistema de sigilo para atacar a su blanco sin ser captado por el enemigo, pues debido a su reducida visibilidad no es detectado por radares, frecuencias radiofónicas o infrarrojos, pero puede ubicar a su objetivo a una distancia de hasta 500 kilómetros, de acuerdo con el fabricante, Lockheed Martin.
El equipo desarrollado en la década de los 90, basado en uno de los aviones usados durante la Segunda Guerra Mundial, cuenta con capacidad para llevar armas en las alas y disparar proyectiles, pues transporta hasta ocho del tipo AIM-120C AMRAAM o AIM-9M Sidewinder.
Es considerado superior al F-15 -que acompañó este derribo- por su mejoría en el sistema de ascenso y tecnología, lo que le permite realizan ataques desde tierra no sólo en aire; sin embargo, éstos dejaron de fabricarse hace casi una década, debido al alto costo que representaba su fabricación.
En esta ocasión disparó un AIM-9X, sistema de quinta generación, para alcanzar al globo espía y provocar su descenso desde un altura de más de 60 mil pies cuando se encontraba en aguas nacionales en Carolina del Sur, según datos del gobierno estadounidense, y que fue grabado por internautas.
Dichas acciones se dan luego de que el gobierno de Joe Biden cambió su postura en torno a la “amenaza” de ese sistema, pues originalmente se reportó que no había tal, pero finalmente el secretario de Defensa, Lloyd Austin, admitió que era necesario actuar contra “un intento de vigilar lugares estratégicos” en el que se violó su soberanía, hecho por el que Beijing ya se quejó al calificar de “exagerada” la reacción por la presencia de este globo en Estados Unidos.