Este ataque tiene lugar tras una visita de Zelenski a Londres, París y Bruselas esta semana para pedir misiles de largo alcance y aviones de caza.
Por José Piñeiro
Rusia lanzó este viernes otro «ataque masivo» con decenas de misiles y drones explosivos que alcanzaron instalaciones energéticas en Ucrania, y la vecina Rumania negó que dos de esos proyectiles hubieran sobrevolado su territorio tras afirmaciones en ese sentido del gobierno ucraniano.
«El sistema de vigilancia aérea detectó un proyectil lanzado desde un barco ruso situado en el mar Negro» en dirección a Ucrania, indicó el Ministerio de Defensa rumano en un comunicado. «Pero en ningún momento entró en el espacio aéreo rumano», señaló, después de que el jefe del ejército ucraniano afirmara que dos proyectiles sobrevolaron Rumania –miembro de la OTAN– y Moldavia.
En cambio, Moldavia sí que confirmó que un misil sobrevoló su territorio y convocó al embajador ruso, para denunciar una «violación inaceptable» de su espacio aéreo.
Este nuevo ataque masivo tiene lugar tras una visita de Zelenski a Londres y París, el miércoles, y a Bruselas, el jueves, para pedir a sus aliados europeos misiles de largo alcance y aviones de caza.
Las autoridades ucranianas afirman desde hace varios días que temen un ataque de envergadura por parte de los rusos, que redoblaron la presión en la línea del frente, en el este.
La fuerza aérea ucraniana afirmó que interceptó 61 misiles de los 71 que disparó Rusia este viernes contra su territorio (incluyendo proyectiles Kh-101, Kh-555 y misiles crucero Kalibr), y que también derribó cinco drones Shahed de diseño iraní, utilizados por Moscú.
En Kyiv se escucharon varias explosiones y por la mañana, ante el estruendo de las alarmas antiaéreas, los habitantes se refugiaron en el metro de la capital.
«Debemos seguir trabajando», declaró una habitante de la zona, aunque admitió que se sentía «segura» en los sótanos del metro aunque otra comentó que, «evidentemente», las idas y venidas al metro para refugiarse formaban parte del día a día.
Desde octubre y tras múltiples reveses sobre el terreno, Moscú ataca regularmente instalaciones energéticas ucranianas, dejando a millones de habitantes sin luz ni calefacción en pleno invierno boreal.
En Kyiv se «derribaron 10 misiles», afirmó el alcalde, Vitali Klitschko, indicando que no «hubo víctimas» pero sí «daños en la red eléctrica».
Según la fuerza aérea ucraniana, «el enemigo golpeó las ciudades e infraestructuras esenciales de Ucrania», a pocos días del primer aniversario del comienzo de la invasión, que empezó el 24 de febrero de 2022.
Según el Ministerio de Energía, varias instalaciones energéticas de seis regiones de Ucrania fueron alcanzadas por los bombardeos. La situación es especialmente «difícil» en Zaporiyia (sur), Járkov (noreste) y Jmelnitski (oeste).
Se efectuaron apagones preventivos de emergencia en varios sectores para evitar una sobrecarga de la red eléctrica, que podría provocar más daños, según la misma fuente.
En Zaporiyia, «una parte de la ciudad está sin electricidad», indicó en Telegram el secretario del consejo municipal, Anatoly Kurtev, según el cual, «en una hora, se registraron 17 bombardeos en la ciudad, [el] mayor número desde el inicio de la invasión» rusa.
«¡Debemos resistir!», instó a la población.
«Basta de palabras y de vacilaciones políticas», tuiteó Mijaílo Podoliak, consejero de la presidencia ucraniana, pidiendo a los aliados de Ucrania «decisiones clave rápidas» sobre el suministro de armas potentes.
La insistencia de Kyiv va en aumento, con las fuerzas rusas bombardeando Bajmut (en el este) y avanzando en su ofensiva hacia Kupiansk y Kreminna, más al norte.