Todos los ojos sobre el negocio están centrados en Nasser Al Khelaïfi, el presidente del PSG que además lo es de Qatar Sports Investment.
Por José Piñeiro
Este viernes llega la primera fecha límite fijada por la familia Glazer, propietaria del Manchester United, para recibir propuestas y ofertas tras la puesta en venta del club.
Todos los ojos están centrados en Nasser Al Khelaïfi, el presidente del PSG que además lo es de Qatar Sports Investment.
Su organización pertenece al gobierno qatarí y es la encargada de hacer inversiones en deporte. Después del Mundial, el objetivo de Qatar es buscar oportunidades y entrar en la Premier. Se habló en primera instancia del Tottenham y desde hace unas semanas la opción del United también es real.
El problema es que la normativa UEFA impide que dos equipos pertenecientes a un mismo dueño jueguen en la misma competición, por lo que QSI tendría imposible que PSG y Manchester United se midieran entre sí en caso de pertenecerles. La única manera de que cohabitaran sería que uno jugara Champions y el otro Europa League o Conference, pero eso parece quedarse corto para clubes con las aspiraciones de estos dos.
Se buscan, en cualquier caso, soluciones a este bloqueo. Una es que QSI no compre del todo la propiedad, sino en parte. Que tenga una participación. Esto ya lo ha hecho recientemente adquiriendo el 20% del Sporting de Braga portugués.
Existe también la opción de que sea QIA (Qatar Investment Authority) la que haga la oferta. En teoría es un ente distinto a QSI, aunque el miembro más alto y la cabeza visible en ambos casos es la misma persona: el Emir de Qatar.
Por último, se valora que sean inversores privados de la familia real qatarí los que hagan la oferta. En este caso Al Khelaïfi no tendría nada que ver, aunque al ser una persona de fútbol y con contactos es más que posible que se le contactara para pedir consejo y ayuda.
De momento, solo un candidato a comprar el United es público: Jim Radcliffe. El propietario de INEOS se postula como un claro pretendiente, aunque su llegada tendría que ser financiada en parte por los bancos y eso es algo que no gusta a los aficionados del club. De hecho, el endeudamiento con los Glazer es algo que llevó a la propiedad a ser fuertemente criticada por la masa social del club.
Las otras alternativas que también emergen son las de fondos americanos y una que envolvería a Arabia Saudí. Como ocurriera con el Chelsea, Rainer Group es la entidad financiera que gestiona la compraventa. Los Glazer habrían puesto un precio de partida de más de 6.000 millones, una cantidad que los compradores, incluido Qatar, consideran muy elevada. Según ellos, el precio de mercado estaría muy por debajo de eso, en torno a 4.000 millones.