*** Hamid Ramos, dirigente de Acción Democrática en Carabobo, alerta que en Venezuela personas incompetentes y corruptas están en puestos de poder, mientras que los líderes de la oposición han sufrido un retroceso.
“Nunca subestimes el poder de los necios en grandes grupos”
George Carlin
Por Hamid Ramos
El origen de las especies postuló la Teoría de la sobrevivencia del mas apto, del mejor y más evolucionado. El último cuarto siglo hemos observado en nuestro país un proceso diametralmente inverso, donde los incapaces e ineptos se alzan con la prominencia sobre sus iguales. Los peores de la manada en puestos de comando. La involucion venezolana no se reduce únicamente a quienes encabezan el Estado, unos tipos que asaltaron y mantienen el poder mediante artilugios cuestionables, y que han usado el mismo para enriquecerse de manera fastuosa sin reparar en la miseria a la que han sumergido a la gente honrada de este país. Esta distrofia tambien alcanzó otros sectores sociales donde su desempeño y representación deja mucho que desear. Por su lado, los actores de la alternativa democrática han sufrido un enorme retroceso en comparación a lo que fuimos en la segunda mitad del Siglo XX. En la memoria de nuestros mayores reposan los recuerdos de aspirantes bien equipados que no lograron hacerse del poder, aun siendo dignos representantes en sus áreas de pensamiento, como por ejemplo lo fue Prieto Figueroa para la teoría liberal, referentes del conservadurismo como German Borregales o Arístides Calvani, iconos de la intelectualidad como Uslar Pietri o técnicos de elevados estudios como Pedro Tinoco… ahora vemos a “El guácharo” punteando en algunas encuestas y se ha vuelto rutinario presenciar la desalentadora forma de maltratarse de algunos dirigentes, cuyos formidables egos le impide abonar la unidad. Las luchas sociales se han banalizado y son acompañadas casi que exclusivamente por los interesados directos de esa reivindicación; la solidaridad pareciera ser un valor obsoleto y bandas de iletrados, desviados e incompetentes se han atrevido a pretender cargos de elevada responsabilidad sin mucho disimulo de sus colosales lagunas. En esta era de redes sociales pareciera que la forma venció al fondo. La ética perdió contra la estética y las luchas sociales han dado paso a las tonterías del “progresismo” que entierran moralmente a cualquier sociedad.
Con Franqueza: Es tiempo de elevar nuestros estándares, de construir una alternativa seria, donde prive la probidad y no la adulancia y donde prevalezcan las cualidades que alguna vez que convirtieron a Venezuela en el puerto soñado de los inmigrantes europeos, para dejar de ser el territorio exportador de jóvenes sin esperanza que caminan a través de una selva persiguiendo la ilusión de un mejor vivir.